VALÈNCIA. La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) alerta de la situación crítica que atraviesa el servicio de urgencias del Hospital de Llíria, donde se están registrando esperas superiores a 11 horas, pacientes ingresados en camas de urgencias durante días y una atención cada vez más difícil debido a la falta de espacio físico y al elevado volumen de usuarios, especialmente en el repute estacional.

Desde CSIF se quiere dejar claro que, según ha trasladado la propia dirección del centro, no se trata de una falta de personal. De hecho, la plantilla de enfermería ha sido reforzada y doblada tanto en urgencias como en las plantas de hospitalización. Incluso, cuando las plantas están más tranquilas, parte del personal de refuerzo baja a urgencias para dar apoyo asistencial.

El problema radica en que el número de pacientes supera con creces la capacidad estructural del servicio. Actualmente, el área de urgencias cuenta con 13 boxes, de los cuales 4 están doblados con camas, una situación que resulta inviable por la limitación del espacio. Además, en los últimos días se han tenido que habilitar hasta cinco camas en los pasillos, algo que evidencia la saturación extrema del servicio.

Esta despreocupación provoca las situaciones muy preocupantes: pacientes con patologías respiratorias graves compartiendo espacio con pacientes psiquiátricos en crisis, personas mayores desorientadas sin acompañamiento, realización de técnicas en espacios inadecuados y un ambiente de ruido constante que impide el descanso y la recuperación. Hay caos de pacientes que llevan ingresados desde el fin de semana en la cama en urgencias, sin información clara a sus familiares durante horas o incluso días.

El propio diseño del área de urgencias, con el control de enfermería en el centro y las camas de alrededor, hace que todo quede expuesto y a la vista, incrementando la sensación de caos y agotamiento tanto para pacientes como para profesionales.

Desde la dirección de enfermería se reconoce que no se puede hacer más sin liberar camas en planta, ya que el hospital ha llegado a su límite físico. Mientras no haya altas suficientes, la única alternativa es derivar a pacientes a otros centros o mantenerlo en urgencias en condiciones claramente insuficientes.

Además del malestar del personal sanitario, CSIF denuncia la dificultad de ofrecer una atención de calidad con tantos pacientes en tan poco espacio en el centro. La saturación esta generando numerosas quejas por parte de los usuarios, que sufren largas esperas y falta de descanso. Por ello, solicitamos a Conselleria medidas estructurales urgentes que permitan ampliar espacios, mejorar la capacidad de hospitalización y garantizar una atención digna y segura para los pacientes como para los sanitarios.