VALÈNCIA. España todavía continúa enfrentándose a una intensa oleada de incendios forestales, con decenas de focos activos en comunidades como Castilla y León, Galicia, Extremadura o Asturias. Este está siendo uno de los veranos más complicados de los últimos años: miles de hectáreas han ardido en pocas semanas, provocando evacuaciones, cortes de transporte y graves daños medioambientales en todo el país.
La Comunitat Valenciana no ha quedado al margen de esta situación. Aunque la magnitud de los incendios ha sido menor que en otras regiones, la amenaza permanece latente, avivada por las altas temperaturas y el abandono progresivo del monte.
La memoria colectiva aún conserva el recuerdo de grandes fuegos como los de Bejís y Vall d’Ebo en 2022, o los de Andilla y Cortes de Pallás en 2012, que arrasaron miles de hectáreas y marcaron un antes y un después en municipios y comarcas de toda la Comunitat. Años después, el foco se desplaza hacia la recuperación de estos paisajes y la prevención de nuevos episodios.
“Esperamos tener en 10 años el monte completamente recuperado”
Bejís sufrió hace tres años el que fue considerado el peor incendio forestal registrado en España en tiempos recientes. El fuego arrasó cerca de 20.000 hectáreas, afectando también a municipios vecinos como Teresa o Torán. Su alcaldesa, María José Madrid, relata a Valencia Plaza cómo se encuentra actualmente el municipio, tras un incendio incontrolable que permaneció activo durante 12 días y tardó más de 30 en darse por completamente extinguido. “Cuando el fuego se desmadra no lo para nadie, se nos echaba encima y era imposible de extinguir”, explica Madrid. Ahora, la esperanza está puesta en una recuperación a medio plazo: “Esperamos tener en 10 años el monte completamente recuperado”.
Según la alcaldesa de este municipio del Alt Palància, “el monte es agradecido” y, aunque aún se mantienen en pie numerosos árboles calcinados, el color verde ha regresado al suelo del bosque.

- Imagen de bejís tras el incendio -
- Foro: KIKE TABERNER
“Poco a poco vamos a ir cortando los pinos que aún permanecen calcinados”, señala. A través de un Plan Director Forestal —ya solicitado por el Ayuntamiento— y con el asesoramiento técnico de especialistas en gestión forestal, se abordará la reforestación y la plantación de especies adecuadas para el monte de Bejís.
Será precisamente ese plan el que marque la hoja de ruta para la prevención: “Se plantarán diferentes especies que sean más resistentes al fuego y que favorezcan a la prevención” de futuros incendios.
En el caso de Vall d’Ebo, en Alicante, el fuego arrasó más de 12.000 hectáreas. Hoy, el monte ha recuperado parte del verdor que lo caracterizaba, pero al igual que en Bejís, muchos de los árboles calcinados siguen en pie.

- Imagen aérea de la Vall d Ebo un año después del incendio -
- Foto: EFE/Ismael Cirujeda
De forma paralela, la Generalitat Valenciana ha aprobado un plan de restauración forestal destinado a las zonas afectadas por los incendios de 2022, entre ellas Bejís, Vall d’Ebo y Venta del Moro. El presupuesto global supera los 7,7 millones de euros e incluye actuaciones como la gestión del arbolado quemado, la reforestación, la creación de franjas de seguridad, la conservación del suelo y la mejora de accesos e infraestructuras para fauna.
Incendios de sexta generación: llamas incontrolables
Los incendios de Bejís y Vall d’Ebo fueron los primeros registrados en España considerados de sexta generación. Este tipo de incendios presentan comportamientos extremos: son capaces de modificar la meteorología local, propagarse con gran velocidad, mantener múltiples frentes activos y, en ciertos momentos, superar la capacidad humana de extinción.

- Incendio del 25 de agosto en un municipio de Ourense -
- Foto: Rosa Veiga/EP
Trece años después del fuego
También permanecen imborrables en la memoria los incendios de 2012 en Cortes de Pallás y Andilla, que llegaron a teñir de rojo el cielo de la ciudad de València. Se calcula que entre ambos fuegos ardieron entre 48.500 y 50.000 hectáreas: aproximadamente 28.600 en Cortes de Pallás y 19.900 en Andilla.
Trece años después, Cortes de Pallás ha vuelto a arder. Aunque el alcance no ha sido comparable al de 2012, el fuego ha reavivado el recuerdo de aquel angustioso mes de agosto. El nuevo incendio se declaró en un contexto de temperaturas extremadamente elevadas en la Comunitat Valenciana, lo que complicó las tareas de extinción, en un momento en el que los equipos de emergencia combatían también otros fuegos en Bicorp y Teresa de Cofrentes.

- Incendio de Cortes de Pallás en 2012 -
- Foto: Biel Aliño
Un año después del gran incendio de 2012, un blog de Greenpeace subrayaba el prolongado impacto ambiental de la catástrofe, la necesidad de gestionar adecuadamente los residuos y alertaba sobre la falta de políticas forestales eficaces.
Hoy, con la ayuda de planes de restauración ecológica y trabajos de limpieza, el paisaje que entonces quedó arrasado ha ido transformándose. Aunque los vestigios de aquella catástrofe siguen siendo visibles, la regeneración, lenta pero constante, ha permitido que parte del entorno vuelva a ser habitable y natural.