VALÈNCIA. Gandia es hoy una de las grandes capitales turísticas de la Comunitat Valenciana y, con más de 80.000 habitantes, también la sexta ciudad más poblada. Ese peso demográfico y económico la ha convertido en referente indiscutible de Valencia y en un punto clave del litoral valenciano. Al frente del consistorio se encuentra José Manuel Prieto (1989), que asumió la alcaldía tras la marcha de Diana Morant al Gobierno central, de quien fue uno de sus hombres de confianza. 

Prieto hace balance en esta entrevista con Valencia Plaza de una legislatura marcada por los retos de la vivienda y el modelo turístico que Gandia aspira a consolidar. Entre otros asuntos, defiende su rechazo a la tasa turística y reflexiona sobre la situación del Partido Socialista en un escenario político cada vez más crispado. El alcalde insiste en su autonomía política y lo resume con una frase: no tiene jefes “ni en Madrid ni en València”.

Estamos en el ecuador de la legislatura y en Gandia ya ha habido varios cambios, ¿qué balance podemos hacer de los últimos dos años en la ciudad?

Prefiero hacer los balances cuando acaban las legislaturas. No soy muy amigo de los balances, pero lo cierto es que la ciudad avanza, que todos los indicadores socioeconómicos son mejores que hace dos años, y eso también es prueba de la fortaleza de la ciudad de Gandia y de algo que centra nuestro proyecto de gobierno y de futuro de la ciudad, que es nuestra capitalidad y el liderazgo entre las ciudades valencianas de nuestro tamaño y de nuestro entorno. Y prueba de esa fortaleza es que los indicadores económicos responden a unas premisas muy claras de transformar Gandia para que los protagonistas y los grandes beneficiarios sean los ciudadanos y ciudadanas, para seguir convirtiendo la ciudad en un entorno de oportunidades e inversiones. Y todo esto está configurando las mayores inversiones públicas y privadas de la historia: estamos hablando de más de 120 millones de euros, y también de muchos proyectos que ya hemos dejado preparados en esta primera mitad de legislatura y que ahora van a ser una realidad. Así que llega el momento de hacer realidad todo lo que hemos sembrado y trabajado en estos dos primeros años y, desde ahí, consolidar este modelo de transformación y de futuro.

Este verano usted ha anunciado cinco grandes pactos de ciudad, ¿qué retos tiene Gandia por delante?

Los cinco grandes pactos tienen mucho que ver, en primer lugar, con este modelo de transformación de la ciudad del futuro. Gandia debe continuar avanzando y consolidando no solo las conexiones, las infraestructuras y los proyectos estratégicos que lo hacen posible, sino que también debe responder a los retos que tienen todas las ciudades de nuestro tamaño: la vivienda, el hecho de convertirla en un derecho real. Eso significa dar un acceso efectivo a los ciudadanos a un proyecto de vida y de generar oportunidades. Todo esto se enmarca en los cinco grandes pactos, entendiendo sobre todo que, en un momento de tanto ruido, yo como alcalde tengo la responsabilidad y la convicción de dejarlo de lado, así como la dinámica de confrontación y enfrentamiento de la política a todos los niveles. Creo que Gandia puede volver a ser un ejemplo en este sentido y plantear que determinadas cuestiones queden al margen de los debates partidistas. Especialmente en asuntos como la vivienda, donde en esta primera fase de legislatura hemos lanzado un plan propio, yendo más allá de nuestras competencias. Un plan que da seguridad jurídica a los propietarios de pisos, incrementa la oferta de vivienda y facilita que estos inmuebles puedan incorporarse al mercado de alquiler o que la compraventa se realice de una forma mucho más asequible. Todo eso está en este plan de vivienda, pero creo que podemos ir incluso más allá del propio plan municipal, lanzando un pacto en el que los demás grupos políticos, sobre todo los de la oposición, puedan incorporar propuestas que acordemos entre todos, que es como creo que deben hacerse las cosas en política. Y eso es lo que yo planteo.

Habla usted de ruido político. Durante el mes de agosto la oposición ha comparecido en diversas ocasiones, criticando sobre todo que algunos aspectos de esos pactos no saldrían adelante porque su socio de gobierno, Compromís, pondría palos en las ruedas en cosas en las que puede que estén de acuerdo ¿cómo valora la respuesta del PP a esta propuesta?

La grandeza de los acuerdos estará en la voluntad de poder alcanzarlos o en la facilidad que tengamos todos para ceder, transaccionar y acordar, que creo que es la gran fortaleza de la democracia. Evidentemente, en algunas cuestiones pensamos diferente. Eso también es discrepar, y es lógico que la discrepancia pueda estar en la base del acuerdo. A partir de ahí, en la generosidad de todos podrá verse la voluntad de llegar a acuerdos. Pero mi responsabilidad como alcalde es dar los dos primeros pasos para plantear a los grupos políticos una propuesta de marco sobre temas que creo que deben quedar fuera de la confrontación partidista. Y lo que ha buscado la oposición es precisamente responder a esto con confrontación partidista. 

Me gustaría saber cuáles son las dificultades de gobernar en coalición, pero también quería preguntarle, ¿cómo sería un gobierno en solitario de Prieto? 

Yo creo que son los ciudadanos los que siempre conforman el mapa político, y de la voluntad de los ciudadanos nace la representatividad y cómo se componen los plenos municipales. Creo que los gobiernos en solitario no es algo que yo pueda elegir o decidir, los eligen los ciudadanos. Lo que sí sé es que, en cualquier caso, lo mejor siempre es concertar y dialogar, y que incluso con un aval mayoritario yo siempre he ofrecido no solo a todos los grupos políticos, sino también a Compromís, que es un partido de izquierdas como el mío, la posibilidad de compartir gobierno. Y lo ofrecería en cualquier caso. Creo que siempre es positivo concertar, dialogar con todos y ofrecer acuerdos amplios donde todo el mundo pueda sentirse cómodo en las cuestiones que importan a los ciudadanos, no a sus representantes, no a nosotros.

Hablaba usted antes de la vivienda. Gandia tiene un Plan estratégico de vivienda, ¿qué es lo que se ha hecho hasta ahora y qué es lo que queda por hacer en esta materia?

Ya hemos puesto en marcha un plan pionero, sabiendo que el Ayuntamiento llega hasta donde llega a nivel competencial, pero incluso yendo más allá de nuestras competencias. Hemos lanzado un plan municipal de vivienda en el que básicamente hacemos dos cosas. La primera, una línea de ayudas para sacar pisos al mercado de alquiler. Los seguros de caución los cubre el Ayuntamiento en caso de impagos, de manera que si el inquilino no paga, el Ayuntamiento garantiza ese pago. Y después también ofrecemos una “puesta a punto”, una línea para la rehabilitación de viviendas que necesitan reformas para poder incorporarse al mercado del alquiler. Y, por otro lado, en cuanto a la promoción de obra nueva, hemos establecido un catálogo de suelo municipal que hemos cambiado a tipología mixta, de manera que ofrecemos a la iniciativa privada que, a cambio de la construcción de obra, incorpore a las viviendas de mercado libre viviendas protegidas, para que puedan ponerse a disposición de los ciudadanos que las necesitan. Nosotros tenemos más de 300 viviendas municipales, uno de los parques de vivienda más grandes por habitante de la Comunitat Valenciana. Pero lo hemos ido ampliando con las subvenciones del Plan Estatal, del Ministerio y de la Generalitat.

Lo que yo echo en falta es una mayor corresponsabilidad de las administraciones, fundamentalmente de la Generalitat Valenciana. Hace dos años que tiene concedida una licencia de obra en Santa Ana para comenzar una promoción de viviendas, y dos años después, con la licencia otorgada, no hemos visto el inicio de las obras y creo que no lo veremos en un plazo inmediato. A mí lo que me gustaría es más celeridad y más diligencia, sobre todo cuando los compromisos de todos están claros. Nosotros estamos cumpliendo con el nuestro ante los ciudadanos en las elecciones, pero espero que las demás administraciones hagan también lo mismo. 

¿Y Qué queda por hacer? Vamos a desplegar nuevas medidas del plan de vivienda, vamos a ampliar las que ya hemos puesto a disposición de los ciudadanos, no solo renovando las líneas de ayuda, sino incorporando otras nuevas y, desde luego, medidas urbanísticas que faciliten la construcción de vivienda. Desde la densificación —es decir, permitir más viviendas por manzana en nuestro plan general— hasta la posibilidad, en algunos barrios donde no hay trama comercial, de convertir bajos comerciales que llevan muchos años sin actividad y que no la tendrán en el futuro en viviendas.

Gandia es una de las capitales turísticas por excelencia de la Comunitat Valenciana. En muchas ciudades el problema de vivienda viene agravado por un aumento de los pisos turísticos: hasta julio de 2025, aproximadamente 960 apartamentos turísticos en la playa de Gandia contaban con un Código de Registro único que permite operar legalmente en plataformas como Airbnb o Booking, ¿hay alguna alternativa desde el Ayuntamiento para frenar un aumento significativo de estas viviendas y para frenar los apartamentos ilegales?

Nosotros siempre hemos sido un destino donde, en proporción, la gran mayoría de los alojamientos turísticos han sido apartamentos. No hemos tenido, aun así, ningún problema, salvo algún caso localizado en alguna comunidad que tenemos muy detectado y muy controlado. No somos una ciudad donde este tema esté en el debate público ni forme parte de la realidad, más allá de esos casos puntuales, en los que siempre dialogamos con los vecinos y, por supuesto, también con los operadores. Y esto ha sido posible porque ha habido un trabajo, sobre todo en los últimos años, de lucha contra el intrusismo en los apartamentos turísticos. Hemos trabajado con el sector, que está haciendo las cosas, para mí, impecablemente bien, para ir regularizando en la medida de lo posible todos los alojamientos que estaban fuera de la regulación y poder incorporarlos al registro de apartamentos con sus inspecciones. Y este trabajo ha permitido luchar contra el intrusismo. Hay que premiar al sector que lleva trabajando en esta materia desde hace muchos años en un destino turístico como el nuestro y, por supuesto, de adaptarnos a las regulaciones y a los cambios legales, fundamentalmente de la ley estatal, para poder favorecer la convivencia entre comunidades de vecinos y alojamientos turísticos. Ese creo que será el otro gran reto, para que esta buena convivencia refuerce también la premisa de este destino turístico: un buen destino para ser visitado es, en primer lugar, una buena ciudad para vivir.

¿Cuál es el modelo turístico actual de Gandia y qué tipo de turista recibe?

Nosotros hemos trabajado en dos aspectos. Primero, diversificar el perfil del turista. No renunciamos a ningún perfil, pero creo que todos son complementarios y pueden ayudar a incrementar el nivel de gasto del visitante. Además de diversificarlo, hemos apostado por extenderlo más meses al año. Trabajamos mucho mejor en meses que antes no eran considerados estrictamente de temporada alta. Tenemos muy buenos datos de ocupación en abril, en marzo, en noviembre, en octubre, incluso en meses como febrero o también en noviembre. Además, estamos consiguiendo, a través de esta diversificación, cada vez nuevos perfiles de turistas, de procedencias distintas y cada vez más variadas. Con dos valores fundamentales que lo han hecho posible: primero, la calidad del destino turístico. Somos, después de València, el segundo destino turístico de la Comunitat Valenciana con más sellos de calidad en destino, tanto en alojamientos como en establecimientos turísticos, hostelería, restauración, hotelería. Y, además de eso, hemos desplegado, por encima de otros grandes destinos turísticos, tres planes de sostenibilidad que nos están ayudando a convertir el espacio público en un entorno de oportunidades, más amable, más accesible para el peatón, más atractivo para los visitantes y, en definitiva, más habitable y aprovechable en todas sus dimensiones, también la económica. Con una variable nueva: hemos introducido la premisa de construir más hoteles, porque eso ayuda a trabajar mejor en esos meses y porque eso contribuye a construir industrias sostenibles vinculadas al turismo que también son capaces de generar empleos estables. Tenemos un incentivo urbanístico hotelero que ya se extiende a toda la ciudad por primera vez desde hace décadas, y que nos ha permitido atraer más de 40 millones de euros de inversión en dos nuevos hoteles y otros cuatro en reforma, para adaptarse a esos cambios que creo que Gandia está liderando.

Por tanto, ¿podemos decir que Gandia tiene un turismo sostenible y aspira a tener un turismo respetuoso con el entorno y con la ciudad?

Sin duda, Gandia trabaja desde los perfiles de la calidad y de la sostenibilidad y, en este camino, en el que el sector nos ayuda y que el propio sector lidera, creo que podemos seguir avanzando, porque ya somos uno de los grandes referentes del turismo en España.

¿Y por qué usted no quiere que se implemente una tasa turística en Gandia?

Porque no arregla el problema de la financiación, porque nadie puede decir que sea una tasa finalista y porque haría que solo graváramos a los apartamentos turísticos legales frente a aquellos que son ilegales, que no la pagarían. Yo prefiero introducir este criterio de lucha contra el intrusismo en el sector de los apartamentos y tener una regularización prácticamente completa, que permita que todos compitan en igualdad de condiciones, y prefiero abordar la cuestión de la financiación desde una perspectiva global. Lo que yo quiero es que se cambie la financiación de los municipios turísticos. Y eso lo dice la ley y también lo dice la Constitución española. Yo estoy a favor de ese cambio de financiación, para poder asumir los servicios que prestamos como municipios turísticos y, además, para poder ir al origen del problema, que no es una tasa, que no deja de ser una cuestión coyuntural. Yo quiero resolver el problema estructural de aquellos municipios turísticos que, asumiendo por convicción más servicios públicos —porque queremos seguir asumiéndolos—, además queremos prestarlos en condiciones de excelencia para quienes nos visitan. Y creo que ese sería el cambio que resolvería la cuestión de la financiación de los aspectos vinculados al turismo y a la prestación de sus servicios públicos. La tasa turística no solucionaría los problemas de servicios públicos en Gandia tanto para nuestros ciudadanos como para nuestros visitantes.

La campaña de verano prácticamente ha acabado, ¿podría hacer un balance en datos?

Estamos en una media de incremento en mayo y junio del 3–4% en la ocupación hotelera. En agosto, esa ocupación hotelera ha sido del 95%, y eso supone, en la tendencia de los meses de primavera y otoño, cuatro puntos más de ocupación que la media de la provincia de Valencia. Creo que eso ha demostrado la fortaleza del destino, la referencia turística que es Gandia dentro y fuera de nuestras fronteras, trabajando mejor más meses al año y, por tanto, consolidando una tendencia que ya no responde a una coyuntura de tres meses, sino que ya se extiende durante más tiempo y con mejores resultados económicos. Y creo que, frente a todas las incertidumbres de los mercados internacionales, el mercado nacional del turismo está fuerte y Gandia lidera esas tendencias de consolidación y de fortaleza del mercado turístico nacional. Me parece un buen dato. En cuanto a los balances, digo lo mismo que con los balances políticos: prefiero esperar a la evolución de los próximos meses para hacer un balance más aterrizado, pero teniendo en cuenta los datos del verano y lo que ya acumulamos de los últimos meses, el verano está siendo bueno en Gandia y seguirá siendo bueno, porque nos espera un mes de septiembre en el que también trabajaremos muy intensamente para que así sea.

Aprovecho para preguntarle por la Fira i Festes de Gandia, ¿qué pueden esperar la gente de la ciudad y los visitantes?

Bueno, yo cuando hablo de la Fira i Festes creo que puedo presumir de pixaví, porque lo digo con una sinceridad muy rotunda: Es una de las mejores ferias de todo el territorio nacional, de las mejores de la Comunitat Valenciana, sin duda, porque sorprende en cada rincón de la ciudad con un modelo muy consolidado de feria de proximidad, donde el ciudadano y el visitante son los protagonistas, y con espectáculos para todos los gustos y de todas las variedades de estilos: teatro de calle, canción, canción tradicional, conciertos, etc. Además del recinto de atracciones, tenemos espectáculos abiertos a todo el mundo. Por primera vez este año, los conciertos de música serán gratuitos para todos los ciudadanos y ciudadanas. Es una novedad que introducimos pensando que la gratuidad ayuda a que todo el mundo pueda disfrutar de la Fira i Festes, con independencia de sus condiciones económicas, y eso es una ventaja que queremos introducir y consolidar.

¿En qué fase se encuentra la propuesta del tranvía Gandia-Dénia? ¿Llegará algún día?

Sí, tiene que llegar y entre todos debemos hacerlo posible. Lo que pasa es que desde la táctica política no llegará. Llegará desde un debate sincero, honesto, sobre nuestras infraestructuras y desde la cooperación leal entre todas las administraciones. Nosotros hemos liderado desde Gandia no solo muchas reuniones con el Ministerio, con el Secretario de Estado y con el conseller, sino también con los agentes sociales, con los alcaldes de la Safor y de la Marina, en busca de una solución realista, práctica y efectiva para resolver el problema de movilidad y de conexión de dos comarcas emocional e históricamente vinculadas. Y en esa línea yo celebro que la Generalitat responda a esta hoja de ruta que hemos trazado, con el compromiso que adquirió con Gandia el conseller de impulsar los estudios que hagan posible ese trazado de tramo que resuelva la solución ferroviaria que Gandia y Dénia necesitan. Lo que pasa es que, hasta poder encargar los estudios, han pasado dos años. Yo espero que para la próxima decisión, más allá de los estudios, no vuelvan a pasar otros dos años más, porque si seguimos alargando el cronograma es evidente que el tren no llegará en el momento en que lo necesitamos. Pero, más allá de esto y del debate partidista, que cada cual se atribuya los méritos que quiera, es Gandia la que ha impulsado esta concertación entre todos los alcaldes, entre los empresarios y los agentes sociales, para hacer posible una solución ferroviaria realista y práctica que pueda financiarse y que pueda asumir el reto de la movilidad y de las conexiones. Porque no nos podemos conformar con este statu quo de conexiones: no puede ser que el tráfico por carretera sea el que es en este momento, ni que las comarcas no estén bien comunicadas. Y eso lo vamos a resolver con una buena propuesta. El tramo, así me lo parece, y estoy seguro de que en la llamada que Gandia hará no solo a la Generalitat, sino también al Ministerio —para después ponernos de acuerdo en quién hace qué—, todas las administraciones responderán y darán lo mejor de sí para superar las confrontaciones partidistas y hacer realidad esta infraestructura.

Habla usted de la Generalitat Valenciana, ¿Considera que la administración autonómica se porta bien con Gandia?

Mi misión es pedir siempre más. Y yo creo que dos años para unos estudios del tranvía… No sabemos demasiado tampoco, ni con compromisos firmados, porque comprometí a la Generalitat a que, si asumía el centro de formación profesional, firmaríamos unos compromisos de tiempos y tampoco se están cumpliendo los plazos del centro de formación profesional. He propuesto una comisaría para los antiguos juzgados de Gandia, de acuerdo con el Ministerio y con la Dirección General de Policía, y todavía no sé nada de la propuesta de la Generalitat, si acepta que vaya una comisaría o no. Tampoco hemos avanzado en la CV-60 tanto como yo querría. Es evidente que hay cosas en las que la Generalitat no está haciendo todo lo que cabría esperar, pero mi obligación como alcalde es seguir reivindicando, y desde luego no lo hago porque la Generalitat sea de un color político contrario, también lo hago con la administración del Estado. Esa es la obligación que tenemos los alcaldes: pedir siempre lo que Gandia merece. Ni más ni menos que otros territorios, ni más ni menos que otras ciudades. Y es evidente que hay algunas cuestiones en las que el trabajo debe ser más intenso para dar una respuesta más eficaz.

¿Y el Gobierno de España? Al fin y al cabo tenemos una ministra que ha sido alcaldesa de Gandia (Diana Morant).

Pues lo mismo: yo siempre reivindico y pido. Sí que, del Gobierno de España, hemos visto más de 14 millones de euros en un instituto oceanográfico en el puerto. Sí que tenemos un protocolo de infraestructuras firmado y ahora tenemos que ponerle plazos y financiación para poder abordar todos los retos que, en materia de movilidad, necesita la ciudad. Sí que tenemos ya en redacción el trazado de la doble vía. Eso es fundamental, y ahí hemos desbloqueado con el Gobierno de España, después de muchos años y de expedientes muy dispersos, un proyecto tan estratégico que permita algo tan básico como mejorar el servicio de cercanías que damos a nuestros ciudadanos, que creo que es muy mejorable. Y no solo eso, sino ganar tiempo en la frecuencia del viaje a València, hacernos más competitivos, incorporarnos al trazado ferroviario del Corredor Mediterráneo. Era uno de los proyectos que a mí me interesaba desbloquear del Gobierno de España. Pero que no se preocupe nadie, porque siempre que haga falta reivindicar para obtener resultados, ahí estaré como alcalde. Me da igual quién gobierne, lo que quiero es poder obtener resultados.

Hablemos sobre el PSOE. Usted siempre se muestra como una persona bastante objetiva y su principal preocupación es Gandia. Igualmente, ¿cómo valora la situación actual de su partido tras la crisis política que ha vivido en los últimos meses? ¿Qué errores cree que ha cometido el PSOE?

Yo creo que hay un clima político de confrontación que resta credibilidad a la tarea de la gestión pública y me parece necesario recuperar la concordia, el entendimiento, el consenso y el acuerdo entre las fuerzas políticas. Veo lo que está pasando estos días con los incendios y la confrontación partidaria en torno a ellos, y no me parece razonable que, mientras existe una preocupación principal que deja una emergencia como los incendios, la respuesta sea la confrontación partidaria. Y podemos extenderlo al resto de problemas o retos de la sociedad. Yo creo que el Partido Socialista es una fuerza de certeza y, desde la distancia que me ha dado no estar en las cuestiones de partido —porque yo no tengo cargo orgánico más allá de mi agrupación—, pienso que la respuesta a muchos de los retos ha de ser una respuesta diligente, una respuesta eficaz. Y en muchas cuestiones, como en los incendios, he visto que el Gobierno de España ha dado un plus de responsabilidad y de rebaja necesaria del debate encendido y partidista, para poder ofrecer certezas a los ciudadanos. Creo que esa es nuestra responsabilidad y eso es lo que espero de un partido político al que yo pertenezco. 

Dicho esto, si tenemos que valorar las cuestiones de los últimos meses, yo no distinguiría por siglas a la hora de hablar de "puteros" y de corruptos. Yo creo que este tipo de personas no responden a unas siglas, responden a un mal comportamiento que debe ser erradicado. Y creo que así ha sido, de manera eficaz y lo más rápido posible, desde la gestión pública. Ese tipo de personas no pueden estar en el ámbito público porque agravan el descrédito que ya se está generando en el debate político y en la visión que los ciudadanos tienen de los políticos. No puede ser que si el alcalde de una ciudad plantea cinco pactos, la oposición piense que es un “tú y yo a espada” para resolver lo que no parece un pacto sino un reto. No, mire, la política no es espectáculo, la política no es enfrentamiento, la política no es confrontación: la política es respuesta con orden, con diligencia y con eficacia a los retos y a los problemas de las sociedades y de los ciudadanos. Si no hacemos eso, mejor no contribuir a inflamar ni a encender más el debate político.

Usted dijo que no tenía jefes ni en Madrid ni en València, ¿cómo es su relación con el PSPV?

Esa frase la acababa diciendo que mis jefes son los gandienses. Bueno, la lógica es que soy miembro del PSPV, mi relación es buena, pero no sigo manuales. No tengo complejos a la hora de ejercer mi responsabilidad y mi tarea. Evidentemente, debo lealtad al partido por el que me presento, y soy militante del Partido Socialista desde que tenía 18 años, por lo que no se puede sospechar que no sea un integrante leal a los valores del partido, pero es evidente que tengo criterio propio. Y mi primera obediencia es hacia los ciudadanos y ciudadanas de Gandia, y creo que no engaño a nadie al plantear esto, porque ni tengo complejos ni respondo a manuales, y eso lo debe tener claro todo el mundo.

Hablábamos antes de Diana Morant. Ella ha sido alcaldesa de Gandia y ahora es ministra en el Gobierno de España, ¿cree que llegará a ser presidenta de la Generalitat?

Yo lo espero. La ayudaré en todo lo que haga falta para que Diana pueda ser la presidenta de la Generalitat. Creo que la Comunitat Valenciana necesita una presidenta como Diana. No solo porque considere que el gobierno de la Generalitat no lo esté haciendo bien —porque no lo está haciendo bien—. Yo no era partidario de que hubiera una dimisión inmediata del presidente. Estaba convencido de que el presidente no había estado al mando el día que debía estarlo, pero que debía poder ponerse al mando de la reconstrucción. Sin embargo, creo que eligió el camino equivocado, porque ni se puso al mando de la reconstrucción ni respondió a esta con un debate honesto; optó por la confrontación, que es lo peor que podía ocurrir a la sociedad valenciana. Por eso creo que la Comunitat Valenciana merece un gobierno mejor, y estoy convencido de que Diana puede liderarlo.

Pero, ¿cree que Mazón debería apartarse?

Se me escapa cómo se debe resolver esto, pero es evidente que el gobierno valenciano no está respondiendo a la reconstrucción, ni a algo que me parece casi igual de importante: la altura del debate político que se necesita en un momento tan urgente y de emergencia para la sociedad valenciana. ¿Cómo puede ser que, después de la catástrofe más grande de la sociedad valenciana, el presidente de la Generalitat esté confrontando todos los días? Esto no se entiende. No se entiende si no es desde la incapacidad de responder, que creo que es lo que está pasando.