VALÈNCIA. El alcantarillado se ha convertido en uno de los grandes escollos para la reconstrucción cuando está a punto de cumplirse un año de la Dana que el 29 de octubre azotó la provincia de Valencia y dejó más de 80 municipios inundados.

Los alcaldes de la denominada 'zona cero' han expresado en repetidas ocasiones su inquietud por el estado de la red de saneamiento, conscientes de que una nueva tromba podría volver a colapsar el sistema.

Tras la riada y las semanas de retirada de lodo, el alcantarillado quedó prácticamente inutilizado. El barro absorbido durante días se endureció bajo tierra, complicando enormemente las labores de limpieza.

Así lo han explicado los alcaldes de Paiporta y Sedaví, Vicent Ciscar y José F. Cabanes, quienes advierten de que en muchos casos no basta con desatascar la red: es necesario levantar las calles para sanearla.

Inversiones millonarias para el saneamiento

En Paiporta, Ciscar calcula que entre 12 y 14 kilómetros de calles permanecen con el subsuelo obstruido. El coste de la reconstrucción es tan elevado que el Ayuntamiento decidió destinar los 37 millones de euros aportados por Global Omnium a una renovación integral del alcantarillado y del sistema de saneamiento.

En Catarroja, las primeras obras urgentes se completaron en agosto, cinco meses y 960.000 euros después de la Dana. Los trabajos, financiados con fondos propios, se centraron en los puntos más críticos, a la espera de la subvención de 58 millones de euros que el Ministerio para la Transición Ecológica tiene previsto liberar para la reforma global de la red.

La alcaldesa, Lorena Silvent, recordó entonces que las inundaciones no hicieron más que agravar un problema enquistado desde hace más de tres décadas. “La red de alcantarillado lleva 30 años sufriendo las consecuencias del crecimiento descontrolado y la falta de planificación”, subrayó. Según explicó, el equipo de gobierno ya había previsto inversiones en el ciclo del agua antes de la Dana, pero la catástrofe ha acelerado los plazos: “Nuestro objetivo es reforzar estas actuaciones y mantener la hoja de ruta para evitar que los mismos problemas se repitan”.

Limpieza de imbornales para prevenir riesgos

En la mayoría de municipios, ante la imposibilidad de actuar de inmediato en el subsuelo, se han intensificado las tareas de limpieza de imbornales para retirar hojas, ramas y residuos sólidos como plásticos, que podrían bloquear las alcantarillas.

En Torrent, la empresa Aigües de l’Horta trabaja en las zonas con mayor riesgo de inundación, al igual que en Massanassa. Picanya, en cambio, afronta el otoño con más tranquilidad. Su alcalde, Josep Almenar, asegura que “el alcantarillado está relativamente bien” y recuerda que el Ayuntamiento ha realizado estudios que confirman el buen funcionamiento del sistema, aunque siguen limpiando imbornales “para prevenir riesgos”.

Vaersa como alternativa

La Generalitat Valenciana ha abierto además una nueva vía de actuación. Hace dos semanas, la Conselleria de Medio Ambiente ofreció a los ayuntamientos afectados que la empresa pública Vaersa se encargue de la limpieza del alcantarillado.

El conseller Vicente Martínez Mus defendió que Vaersa es “el instrumento para la recuperación rápida” de los sistemas, frente a la demora en la llegada de las ayudas del Gobierno central. Los consistorios tuvieron hasta este lunes para solicitar la intervención de la empresa autonómica, y se espera que en los próximos días la Generalitat anuncie qué municipios se han adherido a este plan.