Comarca y empresa

Proyecto Origen: el sueño de repoblar el interior valenciano desde las masías de Moixent

Empresarios, académicos y responsables políticos trazan caminos para repoblar el interior valenciano en torno al proyecto de Manuel García-Portillo

  • Masía en los dominios de Manuel García-Portillo, en Moixent.
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VALÈNCIA. Manuel García-Portillo se crió en las tierras del Guerrer de Moixent. Allí se enamoró de un paisaje de viñas y olivos que fue desdibujándose con el paso de los años, a medida que sus habitantes hacían las maletas en busca de una vida en la ciudad. Como tantos otros, García-Portillo partió dejando atrás las masías, el rumor del campo y la cultura campesina que, poco a poco, se fueron convirtiendo en un recuerdo. Pasaron los años y se convirtió en un referente empresarial de primer nivel en València y en España. Pero nunca olvidó sus raíces. De hecho, siempre pensó que regresaría. Y así lo hizo, decidido a devolver a su tierra el esplendor que el éxodo masivo de talento había arrebatado. 

Ese sueño hoy tiene nombre: Proyecto Origen. Una iniciativa que nace con la fuerza de quien cree que el futuro está en volver a mirar el pasado con otros ojos. Rehabilitar masías, recuperar cultivos y, sobre todo, devolver a las personas el orgullo de vivir en el mundo rural. Un proyecto con alma que sirvió de hilo conductor en las jornadas sobre "Despoblación-Repoblación" celebradas el pasado viernes en el Señorío de Moixent, en pleno corazón de las Terres dels Alforins. 

  • - Foto: MANUEL MARTÍNEZ LEÓN

En esta jornada, participaron el presidente de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV), Salvador Navarro; el Director General de Administración Local de la Generalitat Valenciana, José Antonio Redorat; el presidente de la Confederación Empresarial de la Vall d’Albaida (Coeval), Javier Cabedo; el alcalde de Moixent, Guillermo Jorques; el presidente de la Academia de Gastronomía de la Comunitat Valenciana, Sergio Terol; así como el vicerrector de Participación y Proyección Territorial y catedrático de Geografía de la Universitat de València, Jorge Hermosilla. También estuvieron presentes la secretaria general de la CEV, Esther Guilabert y el secretario general de Coeval, Vicente Donat. Todos ellos pusieron voz a un debate coral que giró en torno a una misma cuestión: ¿cómo recuperar la vida en los pueblos del interior valenciano?

  • - Foto: MANUEL MARTÍNEZ LEÓN

Un proyecto con esencia 

"Hoy hay más de 200 casas derruidas en Moixent y un territorio que llegó a albergar 600 personas está vacío. Los pueblos se han convertido en la antesala de la ciudad y los jóvenes se marchan, mientras solo quedan los mayores", explicó García-Portillo. Frente a esa realidad, el empresario concibió Proyecto Origen como una respuesta vital. 

En concreto, el plan se articula en torno a la rehabilitación de masías en Moixent, Fontanars y la pedanía de Navalón, que se transforman en espacios de hospitalidad y las vincula a la producción de vinos, aceites, panes y otros productos de la huerta. Cada finca se convierte en una experiencia única. Algunos ejemplos son Casa Turís, donde nacen vinos de cepas viejas; Casa La Muda, con la frescura de viñedos jóvenes o Mas del Fondo, donde serenidad y altura se traducen en elegancia. 

  • - Foto: MANUEL MARTÍNEZ LEÓN

Pero, más allá de los productos, el proyecto busca tender puentes entre lo urbano y lo rural, reactivar biodiversidad, rescatar recetas y modos de vida, así como generar comunidad a través de talleres, rutas culturales y el Club Proyecto Origen. "Esto no va de nostalgia, sino de innovación y de respeto por lo auténtico. Queremos que la gente se sienta orgullosa de volver a vivir aquí, con los servicios necesarios, porque el verdadero lujo no está en lo nuevo, sino en lo auténtico", defendió el empresario. 

Las trabas burocráticas y el papel de los empresarios

Sin embargo, la realidad es que los empresarios topan con cientos de obstáculos para que iniciativas como esta puedan multiplicarse en otros municipios con características similares a Moixent.  El presidente de la CEV, Salvador Navarro, subrayó la paradoja de que en algunos lugares la administración actúe con agilidad y, en otros, ponga frenos "insalvables". Así, Navarro puso el ejemplo de la gigafactoría de Volkswagen en Sagunto, donde las licencias y trámites pertinentes para su instalación se han resuelto en tiempo récord gracias a la voluntad política.

"Eso demuestra que cuando se quiere, se puede. Pero, en el interior valenciano, la burocracia ahoga. Si se deja morir la iniciativa privada, proyectos como este están condenados", advirtió Navarro. Para el presidente de la CEV, la mejor colaboración público-privada no pasa por discursos, sino por dejar trabajar al empresario y no convertir cada licencia en un laberinto administrativo. En la misma línea, el presidente de Coeval, Javier Cabedo, explicó que la legislación que regula el suelo, la vivienda o las actividades económicas responde a esquemas "propios del siglo XX", incapaces de responder a las necesidades actuales.

  • - Foto: MANUEL MARTÍNEZ LEÓN
 

Al margen de todo ello, Cabedo insistió en que la repoblación es una carrera de fondo que requiere paciencia, pero también determinación: sin visibilidad ni apoyo, los pueblos quedarán reducidos a "escenarios turísticos de fin de semana". Por su parte, el presidente de la Academia de Gastronomía de la Comunitat Valenciana, Sergio Terol, añadió un matiz. Terol puso como ejemplo a Japón, un país que, con un 85% de masa forestal y 120 millones de habitantes, ha sabido organizar su equilibrio territorial.

"Aquí seguimos mirando el campo como un problema, cuando en realidad las ciudades dependen de él. La clave está en generar empleo y en comunicar mejor la importancia de este patrimonio. Sin datos reales de la pérdida de población y sin proyectos que den contenido, seguiremos en la queja", insistió Terol. Por tanto, el reto es tanto cultural como económico: recuperar la autoestima de lo rural.

  • - Foto: MANUEL MARTÍNEZ LEÓN

Del diagnóstico a la acción

El Director General de Administración Local, José Antonio Redorat, quiso dejar claro que la Generalitat Valenciana trabaja en soluciones para revertir esta tendencia. En ese sentido, Redorat recordó que en los dos últimos años se han destinado más de 12 millones de euros a municipios en riesgo de despoblación, con una media anual de seis millones que el Consell quiere mantener abierta en el tiempo. Para este 2025, detalló, el fondo cuenta con 5,2 millones de euros distribuidos entre 188 municipios, conforme a los criterios de la Ley 5/2023 y su desarrollo normativo. Redorat subrayó que este nuevo marco legal ha actualizado la zonificación del riesgo demográfico, lo que permite que más localidades puedan acceder a estas ayudas. El modelo de distribución, explicó, combina una cantidad fija por municipio con una parte variable según población, garantizando equidad territorial y autonomía local.

En términos de impacto, destacó que en los últimos cuatro años se han asentado 4.400 personas más en los pueblos con riesgo de despoblamiento, de las cuales 1.365 lo hicieron solo en el último año. "El reto demográfico no es solo de los municipios que pierden población, sino de todo el sistema, porque las ciudades están colapsadas y el interior abandonado", dijo. En ese marco, situó el Plan Integral de Reto Demográfico como el instrumento que marcará un antes y un después, apostando por el arraigo, el desarrollo rural y un cambio normativo y presupuestario sin precedentes. "El reto demográfico no es solo de los municipios que pierden población, sino de todo el sistema, porque las ciudades están colapsadas y el interior abandonado. Hemos cometido errores con nuestra huella antropológica y ahora debemos equilibrar. El reto demográfico requiere un Pacto de Estado", subrayó Redorat. 

Por su parte, el vicerrector de Participación y Proyección Territorial y catedrático de Geografía de la Universitat de València, Jorge Hermosilla, recordó que este plan no se limita a un listado de medidas, sino que incorpora más de 200 acciones estratégicas y un proceso de participación social. Sin embargo, la gran novedad será la creación de un laboratorio territorial contra el despoblamiento, un instrumento pensado para garantizar que las medidas se ejecuten y no queden en papel mojado. Además, Hermosilla insistió en un concepto clave: el sentimiento de pertenencia. "Lo que mantiene a la gente en un pueblo es poder decir: 'es mi pueblo'. Ese vínculo es insustituible. Por eso, cada acción debe adaptarse a la singularidad de su territorio", matizó.

  • - Foto: MANUEL MARTÍNEZ LEÓN

El alcalde de Moixent, Guillermo Jorques, insistió en las carencias diarias que padecen los vecinos y vecinas de su municipio. Jorques recordó que Moixent estuvo casi una década sin tren por las obras de la doble vía y que, en la actualidad, un desplazamiento hasta València supone hora y media de trayecto. "Queremos oportunidades, pero sin transporte, vivienda asequible y servicios sanitarios, es difícil atraer población. La calidad de vida depende de esos recursos y, sin ellos, no podemos competir", admitió el primer edil.

Un territorio que quiere volver a sonreír

Las jornadas celebradas en el Señorío de Moixent concluyeron con una visión compartida por todos sus ponentes: sin empleo, vivienda, infraestructuras y servicios, la repoblación es imposible; sin agilidad administrativa, la inversión se frena y, sin pertenencia, el territorio se vacía. Pero también quedó patente que hay oportunidades y proyectos que ya han echado a andar.

En ese sentido, Proyecto Origen brilló como ejemplo. Masías rehabilitadas, vinos y aceites en el mercado, talleres gastronómicos, rutas culturales y un club que quiere implicar a ciudadanos y empresas. "La esencia no está en el producto, está en las personas", insistió García-Portillo. El valle de Les Alcusses, que durante años guardó silencios, empieza a recuperar murmullos de vida. Casas que vuelven a lucir, viñas que reverdecen, caminos que esperan ser transitados. 

  • - Foto: MANUEL MARTÍNEZ LEÓN

Un territorio que, poco a poco, se deja "poner guapo" para atrapar a todo aquel que decida mirarlo de nuevo. Proyecto Origen es la prueba de que el medio rural puede recuperar pulso, de que las masías pueden volver a llenarse de vida y de que los pueblos del interior tienen aún mucho que contar.

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