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UGT denuncia que el complejo de Cheste arranca el curso con el agua contaminada y botellas de plástico como solución

Casi 3.000 estudiantes, deportistas y futuros agentes de policía conviven desde hace cuatro meses sin agua potable

  • Imagen de archivo del Complejo Educativo de Cheste.
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VALÈNCIA. UGT Serveis Públics del País Valencià denuncia que el complejo educativo de Cheste ha empezado el curso con el mismo problema con el que acabó: sin agua potable en todo el recinto y con la necesidad del alumnado y el personal docentes de tener que usar agua de botellas de plástico.

Según denuncia el sindicato en un comunicado, desde el pasado 9 de mayo, el depósito que provee las instalaciones educativos está contaminado con pesticidas y, a pesar del tiempo transcurrido, "no hay una fecha para el arreglo ni una solución alternativa real. De esta manera, el que tendría que ser un referente educativo y deportivo de la Comunitat Valenciana vive una situación de precariedad sin precedentes".

Así, en pleno inicio de curso, las más de 3.000 personas que estudian, entrenan y trabajan en el complejo solo tienen una opción para beber y cocinar: agua embotellada. Duchas y lavabos continúan funcionando con el agua de red, autorizada para higiene personal, aunque, aseguran desde UGT Serveis Públics, circulan vídeos internos en los cuales el agua sale con un preocupante tono marrón.

El sector de Enseñanza de UGT Serveis Públics se hace eco de la indignación del personal, que ha ido creciendo a medida que pasan los meses sin respuestas. Los intentos de obtener explicaciones de la gerencia del complejo han sido en vano, por lo que el profesorado ha trasladado formalmente la queja a UGT. Así, el sindicato ya ha anunciado que tomará medidas. Además, advierte de que no se puede normalizar que un centro público de estas dimensiones funcione durante meses con un problema de salud pública sin una respuesta clara ni una planificación urgente. 

Aunque la Conselleria de Educación insiste en que el reparto de botellas garantiza la actividad diaria en Cheste, la realidad es otra: alumnado que lleva agua de casa, improvisación en las cocinas para preparar menús con garrafas, y un campus que, cuatro meses después, sigue sin poder abrir un grifo para beber. El sindicato tilda la situación de "uno de los casos de desidia más escandalosos de la gestión educativa de los últimos años".

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