VALÈNCIA. La calle Rafael Valls de Manises luce desde hace años una hilera de pancartas que, con letras negras y rojas sobre fondo blanco, rezan: "Ronda Nord, ja!". Los vecinos las han colocado en sus balcones y no pasan desapercibidas; no tanto por lo que dicen, sino por todo lo que evocan a cualquiera que conozca la larga reivindicación de esta vía estrecha y saturada de tráfico.

El mensaje, repetido fachada tras fachada, refleja el malestar de un vecindario que vive en la principal vía de entrada al municipio, de doble sentido y que soporta a diario el paso de camiones de grandes dimensiones, autobuses, ambulancias y otros vehículos, aun cuando la ordenanza municipal lo prohíbe.

El problema volvió a evidenciarse a principios de noviembre, cuando un camión que circulaba por esta calle se llevó por delante un balcón. El vehículo arrancó la reja de cuajo, destrozó la fachada y dejó cascotes sobre la acera y la calzada, que, con su desprendimiento, pusieron en riesgo la seguridad de peatones y también coches que pasaban por la misma vía. 

Los bomberos tuvieron que apuntalar la estructura y, tras el incidente, los afectados presentaron una denuncia que se suma a las más de 60 registradas en los últimos años por sucesos similares.

"En un mismo verano, tuve tres camiones estampados en la fachada"

Para los vecinos de Rafael Valls, lo ocurrido no fue una sorpresa, sino la consecuencia de décadas soportando un tráfico intenso en una calle que, según recuerdan, está catalogada como casco antiguo, con aceras que miden un metro de ancho y viviendas pegadas a la calzada.

"En un mismo verano, tuve tres camiones estampados contra la fachada. Yo llevaré como 8 o 10 impactos", relata Toni Vivas a Valencia Plaza, uno de los vecinos que residen en esta calle. Vivas explica que los vehículos pesados, al cruzarse con otros coches, "se suben por encima de las aceras", lo que convierte cada desplazamiento en una maniobra de riesgo.

"Yo he salido de mi puerta y me he encontrado un camión parado a un metro de mí encima de la acera. Lo raro es que no haya pasado nunca una desgracia", lamenta. Vivas insiste en que esta situación se arrastra "desde hace 40 años" y que, legalmente, esta calle "debería ser peatonal", porque "las aceras son tan estrechas que no caben dos personas enfrentadas".

A todo ello, se suman problemas de contaminación debido al elevado volumen de tráfico que circula a diario por esta zona: "Abres una ventana y la casa se te llena de humo. Las fachadas dan asco". Vivas asegura que algunos seguros han dejado de cubrir los daños tras el gran número de siniestros.

Sin embargo, durante un tiempo, llegó a denunciar de forma individual cada infracción. "Estuve tres meses yendo a la policía a denunciar 40 o 50 camiones cada semana", recuerda Vivas. Pese a la prohibición, los vehículos pesados seguían circulando, lo que llevó a los vecinos a plantear cortar la calle si no se actuaba.

Convertir la calle en una vía de un único sentido

El Ayuntamiento de Manises admite la gravedad del problema. "La calle Rafael Valls es uno de los principales accesos a Manises, una calle muy antigua que se quedó bastante pequeña", señala el concejal de Urbanismo, Guillermo Martínez, en declaraciones a este diario.

Martínez explica que la situación se agravó cuando comenzaron las obras de la N-220, que han derivado parte de la circulación hacia Rafael Valls. También ha influido la actividad del polígono cercano, que ha provocado un mayor incremento del tráfico en el entorno.

Como alternativa, el consistorio instaló el año pasado cámaras de videovigilancia capaces de captar matrículas, reforzó la señalización y declaró la zona como área videovigilada. Además, incrementó la presencia policial en horas punta. 

Martínez asegura que estas medidas han permitido "un año bastante tranquilo", aunque reconoce que "hace un mes hubo de nuevo otro accidente" porque "algún camión se coló". No obstante, la solución definitiva llegará con la Ronda Norte, la infraestructura que debe desviar el tráfico pesado fuera del casco urbano.

El proyecto fue aprobado en mayo de 2024 y las obras comenzaron a principios de este año. El edil asegura que "continúan ejecutándose a buen ritmo" y que "finalizarán en enero de 2026". La nueva vía conectará la rotonda del puente entre Paterna y Manises con el polígono El Barranquet y la calle Constitución, convirtiéndose así en la nueva entrada principal al municipio.

Martínez asegura que, tras la apertura de la ronda, se actuará de inmediato sobre Rafael Valls: "Automáticamente la calle se convertirá en una dirección de entrada". La intervención inicial consistirá en aplicar pintura vial para reorganizar los carriles y la posible instalación de bolardos o maceteros para separar la circulación de las fachadas. En una segunda fase, se prevé una rehabilitación integral de la calle.