Análisis

Comunitat Valenciana

Compromís, frente al peligro de su propio conformismo

Los dos grandes partidos atraviesan problemas en la Comunitat, pero la coalición valencianista no recupera la frescura y el protagonismo que le llevó a dispararse en 2015

  • Diputados de Compromís piden la dimisión de Mazón.
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VALÈNCIA. El pasado 22 de octubre, justo una semana antes de la trágica Dana que azotó la provincia de Valencia, este diario publicaba un artículo titulado: 'Tiempos difíciles para sonreír en Compromís'.

Un análisis realizado pocos días después del congreso de Més (antiguo Bloc), proceso que sirvió para la reelección de Amparo Piquer como secretaria general pero, eso sí, con una división palplable en el partido mayoritario de Compromís, con dos candidaturas alternativas lideradas por David González y Mònica Àlvaro que aglutinaron un 47% de los votos.

Aquel artículo, elaborado justo antes de la catástrofe, se detenía en varios problemas relacionados con el presente y futuro de la coalición valencianista. La citada división en el partido dominante de Compromís, con dos facciones internas con un peso similar; la incógnita sobre la evolución del partido hacia una organización conjunta y permanente; la falta de liderazgos ante la retirada o paso a un lado (voluntaria o forzada) de varios referentes (Mónica Oltra, Joan Ribó, Enric Morera, Vicent Marzà...) y el poco provecho a la representación en Madrid y la alianza con Sumar; eran algunos de los retos que se planteaban en el medio plazo para la presente legislatura.

La cuestión es que, siete meses después, Compromís no ha avanzado en ninguna de esta cuestiones. "Ni un milímetro", coincide un dirigente de la coalición. Tal y como informó este diario, la gestión del Consell y en concreto del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha provocado un aumento de los decibelios en la oposición con el objetivo central de provocar la dimisión -o caída- del líder del PPCV.

Sin embargo, y así lo admiten algunos dirigentes de Compromís consultados por este diario, esta persecución política al presidente de la Generalitat como única tarea ha dejado en estado de absoluta hibernación el resto de deberes de mayor profundidad que requiere la coalición valencianista para engrasar su maquinaria de cara a futuras citas con las urnas. Una circunstancia que preocupa a una parte de esta fuerza política, especialmente cuando ya se acerca el ecuador de una legislatura que incluso podría reducirse si hay adelanto electoral.

En este sentido, lo más curioso y así lo reconocen dirigentes de la coalición, es que la coyuntura política es, probablemente, una de las más óptimas para que Compromís mejore su rendimiento en los próximos comicios. Tal y como ha informado este diario, tanto PPCV como PSPV han sufrido en estos meses cierto desamparo, o directamente un trato poco sensible, por parte de las direcciones nacionales de sus partidos.

Así, la continuidad de Mazón al frente de la Generalitat se encuentra cada vez más cuestionada y Génova busca concretar la fecha de caducidad, lo que pondrá de manifiesto que la legislatura ha sido fallida para los populares valencianos. Mientras, y pese a su reciente visita a València y reunión con las víctimas, la actitud del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en estos meses tras la Dana, sin apenas presencia en Valencia, ha sido más que mejorable. A ello hay que sumar que a la secretaria general del PSPV y ministra, Diana Morant, presumible futura candidata a la Generalitat, le sigue costando aparecer como referencia ante la ciudadanía.

Con un escenario de estas características, todo indica que formaciones como Compromís o Vox deberían recoger importantes frutos de cara a una hipotética visita a las urnas. La coalición valencianista, en especial, puesto que dispone de un argumento único que puede explotar de forma constante (pese a que su alianza con Sumar pueda haberlo debilitado): no depender política ni orgánicamente de nadie en Madrid.

Estos factores se han visto reflejados en algunos sondeos como el de Sigma Dos para El Mundo el pasado mes de marzo, le daba a Compromís un ascenso importante de entre 4 y 6 diputados, mientras a Vox le concedía, como máximo, dos escaños más. Para algunos dirigentes de la coalición, estos estudios -además de los propios datos que manejan- les indican que se encuentran en el camino correcto, mientras que para otros, son una prueba del estancamiento e inmovilismo que sufre esta formación política.

En este sentido, estas fuentes señalan que se ha producido una "tragedia histórica" con 228 víctimas mortales donde el Consell y su presidente han fallado y donde tampoco se ha producido la mejor respuesta del presidente del Gobierno. Y aún así, los ciudadanos siguen sin ver a Compromís como una opción que pudiera ser mayoritaria: "Existe un crecimiento pero parece deberse al enfado de estos momentos", comenta un diputado a este diario. Es por ello que algunos dirigentes consideran que en la coalición se está cayendo en el conformismo y la autocomplacencia, dejando de lado todas las tareas, mejoras y objetivos antes mencionados que deberían aplicarse para el avance de Compromís en esta legislatura.

 

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