VALÈNCIA (EFE). El abogado Gonzalo León, que representa a la Asociación de Damnificados Dana Horta Sud de Valencia, ha asegurado que los testimonios de familiares o allegados de víctimas mortales de las inundaciones del 29 de octubre demuestran "una vez más" que cuando se envió la alerta a los móviles "ya se habían producido muchas de las muertes y muchas de las lesiones".

En declaraciones a los periodistas a las puertas de la Ciudad de la Justicia de València, donde han ido a declarar varios testigos, entre ellos el novio de una fallecida en la A-3 en Chiva arrastrada por el agua, León, del despacho Vilches Abogados, ha dicho que "todos" coinciden en que para cuando llegó el aviso de Es-Alert (20:11) "estas personas ya estaban siendo víctimas de la corriente y en algunos casos las víctimas mortales ya se habían producido".

Esta afirmación se sostiene en relatos como el del chico cuya novia falleció tras salir ambos del vehículo en la A-3 en Chiva "porque se veían ya ahogados" y se agarraron a los quitamiedos de la carretera, pero la fuerza del agua arrastró a la chica, cuyo cuerpo apareció cuatro días después.

Este hombre ha relatado a la jueza cómo intentó rescatarla hasta que vio que no podía y que su vida también corría peligro, y que después fue carretera arriba y se refugió en un autobús, donde permaneció junto a otras personas hasta la mañana siguiente, cuando las rescataron.

Esas personas pudieron coger sus pertenencias y refugiarse en el autobús y, una vez dentro de este vehículo, fue cuando llegó la alerta y todos exclamaron "a buenas horas llega la alerta", según ha expuesto el abogado.

El testigo ha explicado, según Gonzalo León, que iban escuchando las noticias en el coche pero hablaban de otros municipios y se encontraron con personal de la UME que les dijo que en dirección a València "no había ningún problema" y continuaron su trayecto.

Familiares de dos fallecidos en L'Alcúdia han relatado "lo mismo", que cuando la alerta llegó a los móviles, en varios municipios "ya era muy tarde".

También han declarado este jueves ante la jueza dos familiares que permanecieron junto a los cadáveres durante toda la noche en su propia casa y que fueron ellos los que intentaron reanimarles porque la ayuda de emergencia no llegó, y personas relacionadas con una residencia donde se produjeron muertes.