VALÈNCIA. La Autoridad Portuaria de Valencia (APV) ha aprobado la concesión administrativa a Servicios Portuarios Garba-Port S.L. para ampliar sus instalaciones en el recinto portuario de València. La decisión, publicada este martes en el Boletín Oficial del Estado (BOE), autoriza a la empresa a ocupar una superficie de 2.654 metros cuadrados en la zona del Dique Norte, concretamente en el conocido como callejón del Norte.

La concesión tiene un plazo inicial de seis años, con posibilidad de prórroga por tres años adicionales. El acuerdo incluye tanto la ocupación de los terrenos como el uso de las obras e instalaciones existentes en la parcela, con las tasas correspondientes fijadas por la Autoridad Portuaria. Además, Garba-Port abonará una tasa de actividad de 1,5 euros por cada metro cúbico de residuos gestionados bajo esta autorización.

Garba-Port proyecta en la parcela la creación de una planta de triaje, es decir, una instalación destinada a la clasificación y segregación de residuos sólidos con el fin de mejorar su gestión ambiental. El objetivo declarado del proyecto es valorar hasta el 90% de los residuos gestionados, contribuyendo así al cumplimiento de los principios de la economía circular y a una gestión más rigurosa y eficiente de los residuos portuarios.

El desarrollo de esta planta implicaría incrementar la plantilla dedicada a tareas específicas de segregación, mejorando los procesos internos y la capacidad operativa de la empresa. Según el documento de solicitud, esta ampliación responde a la necesidad de adecuar sus medios a las exigencias actuales en materia de sostenibilidad y tratamiento de residuos.

Garba-Port opera en el puerto desde su constitución en 2002, y actualmente es titular de una licencia para la recogida de residuos MARPOL V, es decir, residuos sólidos generados a bordo de buques. Esta actividad se desarrolla en el ámbito portuario bajo el marco del Convenio MARPOL, que obliga a todos los buques a descargar sus residuos en puerto, evitando su vertido al mar. La empresa recoge los residuos directamente de los barcos, mediante contenedores homologados ubicados en los muelles, con el compromiso de no interferir en las operaciones portuarias.