VALÈNCIA. Las consecuencias de la dana que azotó la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre todavía se dejan sentir en el tejido empresarial de muchos municipios. Un año después, los datos del último informe del IvieLAB revelan un mapa económico de contrastes: mientras algunas localidades han conseguido remontar con fuerza sus ventas, otras siguen atrapadas en la parálisis. Detrás de las cifras, se dibuja una recuperación a dos velocidades que divide a la provincia entre quienes han logrado reactivar la actividad y quienes aún luchan por volver a la situación previa a la riada que asoló numerosos municipios de la provincia de València.
El estudio, elaborado por los economistas Joaquín Maudos y Carlos Gómez, analiza el impacto de la dana sobre las empresas a través de la evolución de sus ventas y del empleo medido por los ERTE. En conjunto, el balance podría parecer optimista: las compañías de los municipios afectados incrementaron su facturación un 3% en el último trimestre de 2024 y un 6,1% en el primero de 2025. Pero tras ese promedio se esconden historias muy diferentes. En las zonas más dañadas, el crecimiento fue apenas simbólico, del 0,3%, y en algunos casos inexistente; mientras que en otras áreas la recuperación fue incluso explosiva, con repuntes que superan el 100%.
En el global de los municipios afectados, las ventas empresariales aumentaron un 3% en el cuarto trimestre de 2024 y un 6,1% en el primero de 2025. Sin embargo, los datos cambian radicalmente cuando se pone el foco en las zonas más perjudicadas. En los 28 municipios en situación de emergencia 2, el crecimiento apenas fue del 0,3% al cierre de 2024, aunque repuntó más fuerte, con un 7,4%, en el primer trimestre de 2025.
Pese a esas cifras globales, algunos municipios siguen muy por debajo de los niveles previos a la catástrofe. Paiporta, por ejemplo, sufrió una caída del -17,7% en sus ventas en el último trimestre de 2024 y volvió a perder un -5,2% en los primeros meses de 2025. Godelleta y Sot de Chera muestran trayectorias similares, con descensos acumulados que superan el -25%.

Otras localidades de la zona cero también registran pérdidas: Algemesí (-9,8% y -1,5% en ambos trimestres) y Aldaia (-2,9% y -0,8%) siguen sin recuperar su nivel de actividad. A ellas se suman Montroi, Alfafar y Llocnou de la Corona, donde la facturación continúa en negativo incluso en el trimestre de supuesta recuperación.
En contraste, algunos municipios lograron un repunte notable. En la zona de emergencia 1, Turís y Millares experimentaron incrementos de ventas superiores al 100%, mientras que otros como Paterna, Llíria o Carcaixent también destacan con fuertes crecimientos.

En la zona cero, las empresas con una facturación superior a seis millones de euros consiguieron incluso crecer un 2,4% en el trimestre del temporal, mientras que las de menor tamaño sufrieron un desplome del 10,6%. La brecha se amplía en la fase de recuperación: las grandes aumentaron sus ventas un 4,8%, pero las pequeñas apenas un 4,3%, un avance insuficiente para compensar las pérdidas iniciales.
El patrón se repite en otras áreas afectadas. En l’Horta Sud, las grandes empresas lograron mantener la estabilidad, con un crecimiento del 4,5% en el trimestre de la dana y del 7,2% en el de recuperación. En cambio, las pequeñas retrocedieron un 6,1% durante el temporal y solo lograron una ligera mejora del 4,2% meses después. "La dana vuelve a mostrarnos la mayor resiliencia de las grandes empresas ante shocks adversos", explican los autores del estudio, que apuntan a la falta de músculo financiero y capacidad de respuesta como las principales debilidades del pequeño empresariado.
A la diferencia por tamaño se suma la brecha sectorial, que deja también una estela de contrastes. La industria manufacturera y el transporte y comunicaciones fueron los sectores más castigados por el temporal. En la zona cero, las empresas industriales vieron caer sus ventas más de un 6% en el trimestre de la dana y otro 0,6% adicional en el siguiente. El transporte sufrió aún más: un 9,7% de descenso en 2024 y un 6,5% en el inicio de 2025. Estos sectores, muy intensivos en capital y dependientes de la logística y la conectividad, tardan más en recuperar la normalidad, especialmente cuando las infraestructuras quedan dañadas.
En cambio, otras ramas económicas muestran una recuperación más rápida. La construcción y los servicios personales registran crecimientos significativos en el primer trimestre de 2025, impulsados por la reparación de daños, la reposición de materiales y la demanda local. También el comercio y la hostelería, pese al fuerte golpe inicial, comienzan a mostrar signos de dinamismo en municipios como Buñol, Sedaví o Beniparrell, donde las ventas repuntan por encima del 10%.
El análisis del Ivie también revela la fragilidad de sectores más pequeños, como las actividades artísticas y culturales, que sufrieron una de las peores caídas en la fase inicial y no han logrado aún consolidar su recuperación. En contraste, los servicios empresariales y financieros lograron mantener un comportamiento más estable, demostrando su menor exposición directa a los daños físicos causados por el temporal.
Los autores del estudio insisten en la necesidad de focalizar las ayudas en los sectores y municipios donde las pérdidas persisten. "Conviene seguir monitorizando la evolución de las localidades más agraviadas, como Paiporta o Algemesí, para implantar medidas de apoyo localizadas", recomiendan.