Comunitat Valenciana

La Generalitat asegura que ninguna zona agrícola "va a dejar de serlo tras la disolución del Consell de l'Horta"

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VALÈNCIA (EP). El conseller de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca, Miguel Barrachina, y el titular de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, Vicente Martínez Mus, han defendido que la disolución del Consell de l'Horta "no supondrá la pérdida de suelo agrícola en la huerta valenciana ya que ninguna zona agrícola va a dejar de serlo tras la disolución del organismo".

Así lo han afirmado los dos consellers tras mantener una reunión con el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado y con el secretario general de la organización agraria, Juan Salvador Torres, en la que se ha analizado el impacto de la reforma de la normativa, que este miércoles se votará para ser ratificada en Les Corts, según ha informado la Generalitat en un comunicado.

En este sentido, Barrachina ha asegurado que la protección del suelo agrícola "seguirá siendo una prioridad" para el Consell presidido por Carlos Mazón y ha anunciado que se multiplicarán "las ayudas al mundo agrario en la huerta de Valencia, eliminando gasto superfluo para poner al agricultor en el centro de nuestras políticas".

Barrachina ha anunciado que los recursos destinados a la huerta "se llevarán a cabo desde la propia Conselleria de Agricultura. Apoyamos al sector agrícola, con el objetivo de fortalecer la producción local y asegurar su viabilidad a largo plazo". Asimismo, ha explicado que el objetivo es "la huerta, protegiendo al agricultor, no persiguiéndolo. Proteger la huerta es garantizar la libertad del agricultor. Nadie mejor que él conoce la tierra, la cuida y la ama".

A su juicio, con el cambio en esta ley "ponemos fin a una pésima y costosa idea del anterior Consell que solo ha traído problemas a los agricultores y a los ayuntamientos". "Este organismo ha gastado en los últimos años más en nóminas y gastos de funcionamiento que en ayudar al sector," ha subrayado Barrachina.

Según la Generalitat, en 2021, del total del presupuesto definitivo de esta entidad, cercano al millón de euros, "solo un 2 por ciento se destinó a ayudas a la huerta"; en 2022, sobre el presupuesto de 1,7 millones, "el porcentaje para ayudas fue del 24% y en 2023, de 2,4 millones de presupuesto, la partida destinada a ayudas a la huerta alcanzó el 21%". El resto del presupuesto se empleó "en gasto de personal, gasto corriente y partidas no ejecutadas".

"Zona récord de abandono"

En este sentido, Barrachina ha afirmado que, con las decisiones del Consell de l'Horta, "se perdieron entre 2018 y 2023 más de 2.186 hectáreas en la huerta valenciana, lo que significa una media de 437 hectáreas por año, mientras que entre 2000 y 2018 se perdieron 2.914 hectáreas, una media de 161,8 por año." "Este organismo no solo es que no ha frenado el abandono en la huerta de Valencia, sino que lo ha multiplicado por 3,5, convirtiéndola en la zona récord europeo en abandono de terrenos agrícolas," ha indicado el conseller.

Por su parte, Vicente Martínez Mus ha señalado que es necesario ver la huerta "como una actividad agrícola, que es lo que es porque es una actividad económica" y ha rechazado que se aspire a que sea "un jardín o un paisaje".

El titular de Medio Ambiente ha señalado que la norma "se ha demostrado ineficaz" y ha criticado que el plazo de cinco años que estableció para recuperar enclaves de huerta degradados "ha sido un fracaso ya que ningún proyecto ha prosperado". "Era una necesidad aumentar este límite temporal", ha apostillado.

Por su parte, AVA-Asaja ha valorado que la Generalitat Valenciana modifique la Ley de la Huerta de Valencia y, tras la publicación de urgencia del Decreto-ley 4/2025, trasladará durante el periodo de negociaciones que abrirá una serie de propuestas destinadas "a mejorar la actividad agraria en este espacio singular".

Peticiones

Según ha informado la organización agraria en un comunicado, en la reunión solicitaron que la normativa desarrolle las infraestructuras hidráulicas "que resulten necesarias para minimizar los daños ante futuras riadas, así como para suprimir las limitaciones impuestas a la agricultura y establecer incentivos que refuercen la rentabilidad de las explotaciones agrícolas".

Aguado asegura que "cuando el anterior gobierno valenciano aprobó en su momento la Ley de la Huerta lo hizo de espaldas a los agricultores. Quería mantener un paisaje en foto fija, pero los promotores de la legislación no se daban cuenta de que para preservar ese paisaje había que proteger a las personas que cuidan ese paisaje. Y eso no ocurrió. La consecuencia de hacer las cosas mal es que ha crecido el abandono en la huerta, más incluso que la media en el resto de la agricultura valenciana. Es la demostración palmaria de que la ley es un fracaso desde el punto de vista de los agricultores".

Por ello, AVA-Asaja aboga por "replantear" la legislación de manera que "elimine las limitaciones, restricciones y prohibiciones a la actividad agraria (por ejemplo, a la hora de mejorar la dimensión de las parcelas y los invernaderos, modernizar el riego, construir secaderos de chufa, vallados, etc.) y, en su lugar, apruebe medidas de apoyo, financiación y promoción de las empresas agrarias".

"Respetando los valores medioambientales, paisajísticos y culturales de la huerta de Valencia, la ley siempre debe buscar el equilibrio con la rentabilidad de los agricultores. La mejor manera de mantenerla viva es velar por la sostenibilidad ambiental, pero también social y económica, de las explotaciones agrarias", ha afirmado Aguado.

Por otra parte, la asociación comparte con el actual Consell la necesidad de llevar a cabo las medidas hidráulicas oportunas para minorar los siniestros materiales y medioambientales, incluso las pérdidas humanas, de fenómenos similares a la dana en el futuro, que son recurrentes en la cuenca mediterránea.

En palabras de Aguado, "recientemente hemos sabido que muchas de las infraestructuras hidráulicas demandadas por el sector agrario y la sociedad en general no se pudieron hacer, entre otras cosas, porque la Ley de la Huerta lo impedía. Los efectos de la dana del 29 de octubre es otra demostración de que hay que cambiar la Ley para acometer rápidamente las medidas necesarias: mejorar los cauces y barrancos, establecer nuevas conexiones hídricas y construir infraestructuras tanto de retención ante riadas como de almacenamiento de agua ante épocas de sequía".

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