VALÈNCIA (EFE). El capitán Manuel Lareo, del 2° Batallón de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y al mando de la 21 Compañía de Intervención, destinado en la base de Morón de la Frontera (Sevilla), fue movilizado para acudir a Valencia por la dana y lo describe como "un escenario bélico" como cuando estuvo en Kosovo en 2002.

 Recuerda en una entrevista con EFE que el primer batallón de la UME movilizado el mismo día de la dana y el primero en intervenir fue el de Valencia, el más cercano, para rescates de personas que es lo primero que se hace, y posteriormente, se fueron activando todos los batallones.

"A nosotros nos movilizaron en dos subgrupos tácticos distintos, que son como dos núcleos, cada uno de ellos con un capitán. El primero salió para Valencia en día 30 con unos cien hombres y menos de dos días después -quedaron pendientes de lo que pudiera pasar en Málaga donde se desplazaba la dana-, fuimos el otro grupo, con otros cien", indica.

Su grupo fue al polígono de Loriguilla, en Riba-roja, donde empezaba la búsqueda de desaparecidos, una vez ya finalizado el rescate de personas vivas.

"Cuando se desbordó el barranco del Poyo, que pasa justo al lado, era horario de trabajo y había bastante gente. Se nos asigna una zona donde se esperaba encontrar desaparecidos arrastrados por la corriente ", rememora y de hecho, el dispositivo de búsqueda que, además de la UME, tenía efectivos de otros cuerpos, encontró "varias víctimas".

"La cifra de desaparecidos disminuía conforme aumentaba la de víctimas", y sostiene que la imagen in situ les "sorprendió muchísimo; por la televisión te haces una idea pero hasta que no estás allí físicamente, no lo sabes bien".

Asombrado por la fuerza del agua espeluznante

Recuerda que el puesto de mando avanzado lo pusieron encima de una rotonda porque "era el único sitio en alto y alrededor corría el agua", y remarca que allí vio "camiones completamente doblados y cómo corría el agua por el barranco del Poyo, me quedé verdaderamente asombrado por la fuerza del agua".

"Recuerdo una llamada a  mi mujer y decirle que tenía la sensación de estar en Kosovo, como cuando estuve en 2002, o sea, un escenario absolutamente bélico", resalta.

"A mí me sorprendió muchísimo y ya había pasado más de un día". Vio camiones de gran tonelaje "completamente doblados, como si lo hubiese cogido alguien con dos manos, lo hubiese retorcido; el agua tenía que llevar una fuerza bestial para hacer eso con vehículos de semejante tonelaje".

Lareo estuvo con su grupo en Valencia del 31 de octubre hasta prácticamente el mes de marzo del año siguiente y asegura que ha estado en otros sitios de riadas, pero nada que ver con lo que se encontró en Valencia: "la fuerza del agua tuvo que ser espeluznante; tuvo que ser un verdadero infierno en el momento en que ocurrió, no había visto nada igual", concluye.