Comunitat Valenciana

Mazón encara los presupuestos de 2026 con la incógnita de si Vox jugará un 'doble o nada'

  • Mazón, en Les Corts, antes Llanos (Vox).
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VALÈNCIA. El próximo 31 de octubre, según refleja la ley, será el último día para presentar los presupuestos de la Generalitat Valenciana para el ejercicio 2026. Una fecha que, tal y como se ha demostrado en algunas ocasiones como el pasado año, puede rebasarse pese al imperativo legal, si bien esta circunstancia funciona como termómetro de la estabilidad de un gobierno, en este caso el valenciano.

El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, tal y como han publicado diversos medios en los últimos días, tiene como objetivo sacar adelante las cuentas en tiempo y forma. Más aún, las distintas consellerias ya se encuentran trabajando en ello, lo que evidencia la voluntad política del jefe del Consell de tener presupuestos de nuevo. Un proceso para el que necesita los votos de Vox en Les Corts, puesto que resulta evidente que no podrá contar con el respaldo de PSPV y Compromís.

En este sentido, cabe recordar que el gobierno liderado por el PP consiguió aprobar los presupuestos del presente año gracias, precisamente, al respaldo del partido de Santiago Abascal. Ahora bien, no lo hizo ni mucho menos en los plazos que marca la ley: Mazón comparecía públicamente el 17 de marzo para anunciar un preacuerdo con Vox con un discurso en el que asumía diversos postulados de esta formación que hasta ese momento no había verbalizado. Finalmente, las cuentas veían la luz en el Parlamento valenciano a finales de mayo, hace ahora poco más de tres meses.

Pese a este retraso y las concesiones que Mazón se vio obligado a realizar en favor de Vox, la aprobación de las cuentas también le proporcionó beneficios de cara a la opinión pública: en primer lugar, por la necesidad de que el Gobierno valenciano pudiera funcionar con unos presupuestos actualizados, especialmente tras la Dana; y en segundo, aunque no menos importante, por la mejora discursiva que suponía para el presidente de la Generalitat, que atravesaba un momento más que delicado por las críticas ante su gestión de la catástrofe. 

Así, la aprobación de los presupuestos del Consell de Mazón permitió al líder del PPCV destacarse frente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que sigue funcionando con las cuentas prorrogadas de 2023. De esta manera, pese a las cesiones en muchos casos polémicas concedidas a Vox, la defensa de Mazón estos meses se ha centrado en la "obligación" de aprobar unos presupuestos frente a la Dana a diferencia de La Moncloa. Un discurso aprobado por la dirección nacional del PP situada en la calle Génova que incluso ha sido utilizado en ocasiones por el propio Alberto Núñez Feijóo.

Por tanto, y así lo señalan fuentes populares consultadas por este diario, el objetivo inicial de Mazón va dirigido a intentar de nuevo la aprobación presupuestaria para, además del objetivo obvio de higiene en la gestión, poder mantener su discurso de estabilidad gubernamental frente a un Sánchez que, de nuevo, tiene difícil sacar adelante unas cuentas por tercer año consecutivo.

Ahora bien, y esta es la gran incógnita, está por ver cuáles son los planes de Vox en esta ocasión. El portavoz de este partido en Les Corts, José Mª Llanos, aseguraba este lunes que todavía hay "mucho que trabajar" sobre los presupuestos de 2026 y apeló a "aplicar el sentido común". "Hay que ejecutar y que poner en marcha todo lo que ya se acordó. Costó, pero se consiguió acordar esos presupuestos buenos para la reconstrucción, y creo que todavía tienen mucho que trabajar sobre esos presupuestos", comentó el diputado, en una postura que parece apuntar a una prolongada negociación tal y como ocurrió en la ocasión anterior.

  • Mazón saluda a Llanos (Vox) en Les Corts. Foto: EFE/Biel Aliño

Más aún, la gran duda de cara a las conversaciones sobre las cuentas reside en si Vox apostará, cuando llegue el momento, por redoblar sus peticiones para apretar las tuercas más aún a Mazón y aumentar la visibilidad del partido de Abascal en la Comunitat Valenciana. Es decir, lograr introducir un mayor número de sus reivindicaciones, muchas de ellas ideológicas, o forzar el desmarque del presidente de la Generalitat, dejándole las cuentas sin aprobar y, por tanto, sin una de sus piedras angulares de su discurso en los últimos meses.

En esta línea, tampoco se descarta que Vox pueda entrar en disquisiciones interinstitucionales en la negociación, como por ejemplo en relación a la Diputación de Valencia. Así, también este lunes, el propio Llanos advertía a la vicepresidenta de la institución y portavoz de Ens Uneix -socio del PP en la corporación-, Natàlia Enguix, de que su formación "no cambia sus opiniones con amenazas ni por ninguna cuestión o rédito electoral", para insistir en acusar a la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) de ser "un caballo de Troya que está perjudicando nuestra identidad valenciana y la unidad nacional".

Unas manifestaciones que llegaban después de que Enguix proclamara la pasada semana que "ninguna formación política, y menos de ultraderecha", impedirá que Ens Uneix defienda "el valenciano y nuestras señas de identidad" desde la Diputación de Valencia. Estas declaraciones se producían después de la iniciativa de esta formación de compensar económicamente a la AVL ante los recortes impuestos por el Consell fruto del pacto presupuestario de Mazón con Vox. Una pista de por dónde podrían venir las nuevas exigencias que plantee el partido de Abascal en las próximas negociaciones sobre las cuentas.

 

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