VALÈNCIA. La Generalitat Valenciana ha sacado a información pública el decreto con el que pondrá en marcha una Red de Espacios Climáticos de la Comunitat Valenciana para combatir el calor extremo. Este decreto establece un marco legal para habilitar y coordinar espacios públicos y privados que funcionen como refugios ante episodios de calor y frío extremo. El decreto parte del ascenso constante de las temperaturas, la multiplicación de olas de calor -hasta ocho veces más frecuentes en las últimas décadas- y el aumento de la duración e intensidad de estos eventos meteorológicos, que hacen que la exposición térmica sea una amenaza real para la salud pública.
Los efectos combinados del calor urbano, agravado por la falta de vegetación y la proliferación de superficies asfaltadas, generan el fenómeno conocido como isla de calor urbana, que convierte las ciudades en trampas térmicas que afectan especialmente a los grupos vulnerables: mayores de 65 años, niños pequeños, personas con enfermedades crónicas, personas sin hogar, o en situación de pobreza energética, entre otros. Según recoge el documento, un análisis de la Conselleria de Sanitat alertaba de que el grupo de edad entre 18 y 45 años es el que más ha incrementado su exposición a las olas de calor, lo que pone en evidencia la falta de conciencia colectiva sobre la vulnerabilidad frente al calor.
¿Qué son los espacios climáticos?
Los espacios climáticos son lugares —ya sean interiores o exteriores— acondicionados para ofrecer confort térmico durante situaciones de temperaturas extremas. Estos espacios deben contar con accesibilidad, agua potable, zonas de descanso, aseos y, en el caso de los interiores, mantener una temperatura máxima de 27 ºC. En el caso de los espacios exteriores, como plazas o zonas verdes, deben cumplir ciertos requisitos de vegetación (un índice NDVI superior a 0,4 y más de 0,5 hectáreas de superficie) y contar con sombras naturales o artificiales, fuentes y asientos. Todo ello con el objetivo de convertirse en refugios climáticos abiertos y gratuitos para la ciudadanía.La integración en la red será voluntaria, tanto para ayuntamientos como para entidades privadas con espacios de uso público, como centros culturales o deportivos. Una vez inscritos en el Catálogo de Espacios Climáticos, estos lugares deberán activarse automáticamente cuando la autoridad sanitaria declare una alerta por calor o frío extremo.
Los espacios podrán funcionar durante las 24 horas del día, especialmente aquellos al aire libre durante las noches calurosas. Además, la gestión de estos espacios deberá coordinarse a través de los Planes de Acción por el Clima y la Energía Sostenible (PACES) municipales, que incluirán rutas de acceso seguras, análisis de riesgos y mapas de población vulnerable.
Urgencia social y sanitaria
El proyecto de decreto señala que esta red responde a una urgencia social y sanitaria. Las temperaturas extremas no solo causan incomodidad; están directamente relacionadas con un aumento de la mortalidad y morbilidad, especialmente en colectivos frágiles. En este sentido, recuerda las muertes generadas en 2003 a causa de una ola de calor. La propuesta también enlaza con los compromisos del V Plan de Salud 2022-2030 y del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, reconociendo que las ciudades deben evolucionar no solo para ser más sostenibles, sino para garantizar la salud y bienestar de sus habitantes.
El decreto señala que esta política pública debe desarrollarse sin impacto en los presupuestos existentes. Por tanto, se plantea su implementación mediante recursos y personal ya disponibles en las administraciones, lo que plantea un reto organizativo para los municipios, especialmente los más pequeños. Sin embargo, la Generalitat abre la puerta a convenios público-privados y a posibles fondos específicos para garantizar el mantenimiento de la red, así como a acciones de formación y concienciación ciudadana.
