Comunitat Valenciana

Salud mental y educación interrumpida, "desafíos" para los menores de la Dana

VALÈNCIA (EP). La organización Save The Children ha alertado este martes de los tres "desafíos" a los que se encuentran los menores que han vivido el paso de la dana por la provincia de Valencia y que concreta en salud mental, crecer en una vivienda que pueda ser insalubre y una educación interrumpida.

Así lo ha advertido en un comunicado cuando están a punto de cumplirse tres meses desde que las inundaciones afectaron a la provincia de Valencia. La ONG cifra en más de 70.000 los niños y niñas que viven en las zonas más perjudicadas.

Los menores han sido uno de los colectivos que más han sufrido a nivel de salud mental, con síntomas como mutismo, pesadillas recurrentes, miedo a fenómenos atmosféricos o niños y niñas que no querían salir a la calle o hablar de la situación. Algunos adolescentes han experimentado ira, rabia, problemas de sueño y confusión, y algunos han entrado en una etapa de tristeza.

Sandra, una madre de Sedaví con tres hijos de tres, siete y once años, explica que sus niños "la tarde que pasó todo no paraban de llorar al ver la situación y al mayor hasta le dio un ataque de pánico y se desmayó. A día de hoy está siendo medicado porque está sufriendo mucho: no duerme bien, tiene pesadillas, se encuentra mal muchos días, me llaman del colegio para que lo recoja; a mi otro hijo, el mediano, le han diagnosticado una hiperactividad por ansiedad. Tiene demasiada energía y muchos nervios, lo que hace que no le vea el peligro a nada y tengamos accidentes domésticos a menudo, señala.

"Es imprescindible que desde las administraciones se refuercen los servicios de salud mental infantojuvenil. Estos niños y niñas y sus familias necesitan sobre todo atención psicológica, porque el impacto en su salud mental ha sido enorme. Es muy importante que la tratemos ahora para evitar problemas mayores en el futuro", ha detallado Rodrigo Hernández, director de Save the Children en la Comunitat Valenciana.

Por otro lado, familias con niños, niñas y adolescentes de las zonas más afectadas viven todavía a día de hoy en muchos casos en pisos que no reúnen las condiciones adecuadas. Y, según subraya la ONG, habitar lugares con graves deficiencias de construcción, insalubres o convivir en hacinamiento "tiene efectos sobre la salud, seguridad y bienestar de las personas y afecta especialmente al crecimiento, desarrollo y oportunidades de niños, niñas y adolescentes".

"Solo se salvó un cuadro y el aire acondicionado"

Nicoletta vive en un bajo en Alfafar con su marido y sus dos hijos, uno de 15 años y otro de 7. "Mi casa fue totalmente devastada, solo se salvó un cuadro y el aire acondicionado. Hemos perdido los muebles, los recuerdos, la vida entera... absolutamente todo. Tengo humedades y he pintado las paredes, pero vuelven a salir, la pintura salta. Me faltan todavía puertas por poner, una balconera, la puerta de la cocina, alisar paredes que los muebles destrozaron...", relata a Save The Children.

Ante este tipo de situación, el responsable de la ONG ve "imprescindible aumentar las ayudas para la renovación y rehabilitación de viviendas que hayan sido afectadas por la dana, ya que ahora mismo se está permitiendo que miles de niños y niñas vivan en estas condiciones, algo que como sociedad no podemos tolerar. Además de seguir reforzando alternativas habitacionales para familias con hijos e hijas a cargo".

Además, en lo que respecta a las medidas destinadas a la compensación por daños en las viviendas, la organización recuerda que las familias más vulnerables suelen vivir de alquiler, y lo que se está encontrando en esta emergencia es que muchas de ellas "incluso estaban sin contrato, por lo que es necesario que se tomen medidas para ayudarlas también en esta materia".

Por último, muchos niños y niñas de las zonas afectadas estuvieron semanas sin ir al colegio, ante la cancelación de las clases debido a los destrozos materiales ocasionados por la catástrofe. Esto provocó que se quedaran muchos de los contenidos sin impartir, pero también de otras necesidades que a día de hoy no se han podido cubrir.

"Mi hijo pequeño, que tiene TEA, lleva tres meses sin poder ir al logopeda, algo fundamental para él. Ha empeorado muchísimo desde que no va, pero es que hay muchos niños y niñas afectados que necesitan recursos, y no hay suficientes", ha apuntado también Nicoletta.

Save the Children considera "imprescindible" realizar un seguimiento del alumnado reubicado en otros centros educativos, además de la planificación de programas de apoyo y refuerzo a medio y largo plazo para que se pueda recuperar el contenido que no se haya podido impartir. También es necesario "flexibilizar los criterios de evaluación y que la repetición de curso no sea una opción, por ser una medida socialmente injusta".

"Espacios seguros"

Save the Children ha puesto en marcha seis espacios seguros y amigables para la infancia en diferentes municipios de la zona donde un equipo de profesionales, entre los que hay trabajadoras sociales, psicólogos, educadoras o pedagogos, ofrecen a los niños y niñas apoyo emocional, físico y educativo en un entorno seguro, a la vez que están protegidos. Además, realizan actividades deportivas, creativas y también juegan.

"Aquí no solo están a salvo de riesgos físicos y de cualquier tipo de violencia, también continúan su educación y se les proporciona atención psicológica para que puedan procesar sentimientos de miedo, pérdida y ansiedad en un ambiente seguro. Después de una tragedia como la que han vivido, en estos espacios pueden volver a ser lo que son: niños y niñas", ha añadido Hernández.

Save The Children subraya que muchas de las familias con las que ya se trabajaba de forma habitual "fueron gravemente afectadas por las inundaciones", por lo que los primeros momentos de la respuesta de la organización se centraron en identificación de familias del programa perjudicadas por la dana; ayuda inmediata en productos de higiene, limpieza y material escolar, además de agua potable y a paquetes de alimentos y específicos para bebés y apoyo psicosocial y de salud mental directo.

A partir del 4 de noviembre, la respuesta de la organización a la emergencia se ha diseñado para la protección a la infancia en diferentes ESAI: 79 niños y niñas en el de Sedaví a través de un equipo educativo y psicosocial; a 74 niños y niñas en el CEIP Padre Manjón (La Torre) junto con la entidad local Proyecto Babhel; a 104 niños y niñas del CEP Lluís Vives de Massanassa en actividades tanto en aula como en horario extraescolar; a 20 niños y niñas del IES Joanot Martorell; a 50 niños y niñas en CEIP Vicent Ricard Bonillo (Benetússer); a 50 niños y niñas en CEIP Ausias March y más de 100 del CEIP Lluis Vives de Paiporta, entre otras acciones.

La ONG ha entregado más de 290.000 euros de ayudas directas de efectivo a 405 personas adultas y menores, 260 familias, 16 entidades colaboradoras (entre las que se encuentran tres centros municipales de servicios sociales) y 19 localidades.

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