VALÈNCIA. Uno de los aspectos del debate tras la catátrofe de la Dana giró alrededor del supuesto desembalse de la presa de Forata. En ello han insistido algunas de las acusaciones como Liberum o asociaciones como Hazteoir, para señalar a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) por no avisar de la apertura de compuertas a los municipios ribera abajo. Sin embargo, un técnico perito ha confirmado ante la jueza de la Dana que la presa no desembalsó sino que las puertas "estaban abiertas desde el principio".
El ingeniero de caminos de la Universitat Politècnica de València (UPV) Francisco Vallés Morán estaba citado este viernes para declarar como testigo en el juzgado de Instrucción 3 de Catarroja, que sigue la investigación por la causa de la Dana. Vallés elaboró un modelo hidráulico para estudiar cómo se desenvolvió el agua la fatídica tarde en los barrancos del Poyo, el Pozalet y el Túria, lo que permitió a la Guardia Civil busca a víctimas desaparecidas.
Así pues, Vallés ha respondido a las preguntas formuladas por las acusaciones, entre otras cosas, sobre la presa de Forata. Según el ingeniero de caminos, la presa "hizo un gran papel". "Toda presa que no colapsa tiene un efecto laminado de la avenida, retrasar su punta en el tiempo y amortiguarla. Lo que entra por cola de embalse se va almacenando y actua como un gran pulmon, y cuando llega a la cota del aliviadero empieza a salir, y lo que sale es menor, y retrado por lo que da tiempo a avisar", ha explicado ante la jueza.
En ese sentido, el perito ha confirmado algo que ya había dicho la CHJ, y es que la presa de Forata no desembalsó sino que las compuertas "estaban abiertas desde el principio". Esa es, ha dicho, "la norma general" desde la pantanà de Tous: "A final de verano cuando la campaña de riego ha terminado se dejan abiertas". "Para las danas, el efecto siempre es beneficioso", ha asegurado, y ha destacado que en el caso del pasado 29 de octubre "jugó un papel importante".

- Embalse de Forata en una imagen de archivo. Foto: EDUARDO MANZANA/EP
El problema, ha aseverado, es que "se llenó mucho, y llega un momento en el que no tienes control". "Si se llena mas podía haber vertido por coronación, y eso siempre es peligroso", ha explicado. Precisamente el miedo al desbordamiento de la presa o una posible rotura fue lo que centró las miradas aquella tarde en el centro de coordinación de emergencias (Cecopi). Con todo, señaló que "no hubiera sido un caso Tous porque no era de material suelto. No se hubiera puesto en peligro su estabilidad porque el vertido no las erosiona".
"Las predicciones de Aemet debían haberse tenido en cuenta"
En su declaración, también ha defendido a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y ha manifestado que "por interés" y "formación" fue siguiendo los avisos de Aemet los días previos a la riada. Al respecto, ha manifestado que el día antes de la dana, la predicción de la Agencia era "muy fiable": "Las predicciones tenían que haberse tenido en cuenta", ha manifestado.
"Hay que tomarse en serio a Aemet, que hizo un gran papel avisando desde días anteriores. Mi hija ya recibió la tarde anterior un aviso de no ir a la universidad y eso era por el aviso de lluvias, nivel naranja", ha apostillado. Y ha añadido que Aemet emite pocos avisos de nivel rojo y el del día 29 fue el primero del año. "Una tormenta con nivel rojo es una tormenta muy fuerte que puede tener un impacto muy alto. Las inundaciones en este tipo de cuencas se llaman inundaciones relámpago. Y los avisos tienen que vincularse a las lluvias, no las crecidas", ha explicado.
El perito ha manifestado que su trabajo se ha centrado más en la rambla del Poyo, puesto que es vecino de Buñol y allí se quedaron incomunicados tras la dana. Ha indicado que en el caso del Poyo no hay ninguna presa que haga de efecto aliviador, mientras que en el Magro está la presa de Forata, que hizo ese día un gran papel. Ha apuntado que las compuertas de Forata estaban abiertas desde el principio porque es la norma general desde Tous. "El efecto siempre es más beneficioso", ha dicho.