VALÈNCIA. Si acabas de empezar a practicar algún deporte es muy posible que aun no hayas descubierto hasta donde llega tu cuerpo. Y es posible que si llevas un tiempo practicándolo pienses que ya lo conoces a la perfección. La realidad es que el cuerpo no deja de sufrir modificaciones tanto articulares como musculares, tanto si lo usas con regularidad, como si no. Del mismo modo que las piezas de un coche se deterioran y desgastan, nuestro cuerpo sufre cambios y ajustes constantemente.
En los últimos años el mundo del running y los eventos populares han experimentado un auge exponencial. Son disciplinas de fácil acceso, el equipo necesario resulta económico y los eventos populares como triatlones o maratones suponen un nuevo aliciente para un público que o bien apenas había practicado deporte o bien no se había planteado practicarlo con un componente competitivo. ¿Pero sabe la gente por qué realiza un tipo de entrenamiento u otro? ¿Es este el entrenamiento que necesita el cuerpo para determinado momento de la preparación?
Ante esta nueva avalancha de atletas los expertos insisten en que es tan malo el sedentarismo como el exceso de ejercicio. El desconocimiento a la hora de practicar deporte ha hecho que aumenten en los últimos años el número de muertes derivadas de patologías relacionadas con el deporte de alta intensidad.
En países como Francia e Italia ya es obligatorio presentar un reconocimiento médico antes de recoger el dorsal para competir en cualquier maratón. No es el caso de España de modo que la responsabilidad de estar en condiciones de afrontar una prueba de este tipo queda en manos del atleta.
Por eso, el próximo jueves 19 de octubre el centro Life E-Fitness House ofrece de manera gratuita un reconocimiento a través de pruebas de entrenamiento, consulta nutricional y test fisioterapéutico acompañado de un breve informe personalizado.
Dentro de la responsabilidad de lo estrictamente deportivo de cada deportista existen dos factores importantes a considerar:
Conocer nuestro estado cardiovascular para descartar tener algún riesgo que comprometa nuestra salud durante el ejercicio físico y analizar nuestra postura o la forma en que nos movemos, ya que son factores que inciden sobre cualquier ejercicio o gesto de nuestra disciplina deportiva. En este sentido, el trabajo de fuerza se convierte en un valor añadido a la práctica habitual. Y el entrenamiento preventivo cobra protagonismo dentro de la fuerza.
Otro beneficio del entrenamiento de fuerza es la mejora del rendimiento a través de la activación muscular para la mejora directa de la fuerza en su aplicación sobre gestos técnicos o habilidades básicas como correr, saltar, golpear, lanzar, etc.
Cada persona es totalmente distinta así que el mejor modo para conocer toda esta información es mediante un chequeo médico y diferentes test de fuerza y movimiento. A través de ellos podremos observar/detectar las necesidades propias de cada uno/a, posibles desequilibrios musculares y los errores técnicos que puedan derivar en una lesión, e incidir de forma directa y personalizada sobre cada necesidad planificando el entrenamiento correcto para cada caso.
