VALÈNCIA. Erasmus Student Network (ESN), asociación de estudiantes de Erasmus con presencia en 42 países, destaca el "poco presupuesto" de las ayudas de la Generalitat Valenciana para cofinanciar el programa Erasmus + frente a la "gran cantidad de solicitudes" que recibe la Administración autonómica cada año. Así lo detalla en el VI Observatorio de Cofinanciación de Erasmus + que analiza las ayudas que se otorgan a los estudiantes que realizan este programa desde la Administración central y, sobre todo, desde las respectivas comunidades autónomas.
La dotación para la movilidad en el extranjero de estudiantes españoles para el curso que acaba de terminar roza los 218 millones de euros, de los cuales 145,4 millones son aportados por la Unión Europea y los 72,5 millones restantes por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Estos fondos son complementados por la mayoría de comunidades autónomas con convocatorias específicas, lo que puede provocar diferencias en las cuantías que reciben los estudiantes de Erasmus españoles según la región en la que residen.
En el caso de la Comunitat Valenciana, las ayudas para el curso 2024/2025 alcanzaron los 750.000 euros, 10.000 euros más que en el ejercicio anterior, con un aumento de 40 euros mensuales en la ayuda a los beneficiarios, algo que desde la red de estudiantes ven "interesante". No obstante, estos no fueron los únicos cambios impulsados por el Consell en estas becas, pues también redujo de 9 a 5 meses el plazo máximo de subvención para cada alumno, una cuestión que rechaza ESN en el observatorio: "Debido a esto aquellos estudiantes que realicen una movilidad de curso completo no reciben la ayuda por la totalidad de su estancia y se encuentran en desventaja respecto a aquellos estudiantes que realizan un solo semestre", destaca la entidad en el documento publicado el pasado mes de marzo.
Cabe mencionar que desde la Conselleria de Educación enmarcaron la decisión de reducir el número máximo de meses de las ayudas con el objetivo de alcanzar un mayor número de beneficiarios. Una cuestión que, efectivamente, se produjo: la Conselleria de Educación adjudicó a mediados de diciembre las ayudas a un total de 465 beneficiarios, el 12,6% del total de solicitantes, en torno a 2,5 puntos porcentuales más que durante el curso anterior. Unos datos que no analiza ESN en su informe, pues tiene en cuenta los del ejercicio anterior. En cualquier caso, su valoración respecto a este punto se basa a que el "modelo debe modificarse aumentando considerablemente el presupuesto asignado" para evitar que el porcentaje de beneficiarios sea reducido.
En cualquier caso, cabe remarcar que las ayudas que ofrece la Generalitat Valenciana son complementarias a las que los estudiantes reciben a nivel nacional y que va desde los 250 hasta los 350 euros mensuales en función del país de destino. Además, existe un refuerzo de estas subvenciones para el alumnado que cuenta con "menos oportunidades", para quienes realizan prácticas en empresas durante el periodo en el extranjero, así como para los que viven en "regiones ultraperiféricas de la Unión Europea", como es el caso de las Islas Canarias.
El dinero llega con el curso ya empezado
Por otro lado, el observatorio de ESN pone de relieve que la resolución de la convocatoria para el presente curso escolar fue publicada el pasado 11 de diciembre, fecha a partir de la cual se ingresan las cuantías en un plazo de 20 días naturales. "Teniendo en cuenta estos plazos, nos encontramos con una situación en la que el estudiantado no reciba la ayuda hasta pasado el mes de diciembre, estando ya una parte del estudiantado en el país de destino desde septiembre en el caso de movilidades de primer semestre o curso completo", remarca la entidad, que destaca que los estudiantes tienen "más necesidad" de esta ayuda "durante los primeros meses" del curso.
Sistema "injusto", aunque con factores positivos
De la misma manera que en años anteriores, desde ESN ponen de relieve que la ayuda que se ofrece en la Comunitat Valenciana ordena a los estudiantes según su nota media, lo que supone que el presupuesto se va asignando al alumnado en función de su nota hasta agotar el presupuesto. Desde esta organización ven "injusto" para los estudiantes con más necesidades que no se tenga en cuenta "ningún factor asociado a la renta del núcleo familiar"
"Consideramos que este sistema es muy injusto para aquellos con más necesidades, puesto que no contempla la realidad socioeconómica del estudiantado", insiste el observatorio de la red de estudiantes de Erasmus, que pone de relieve que puede haber casos en los que el estudiantado con mayor nota media no necesite tanto esta ayuda como otros con una nota inferior.
A pesar de estas críticas, ESN destaca como principal factor "positivo" que sean las entidades de Educación Superior las encargadas de gestionar directamente las solicitudes, lo que provoca que todo el alumnado sea automáticamente inscrito como solicitante, evitando de esta manera que pueda haber casos en los que finalice el plazo de la convocatoria sin que la solicitud sea enviada. La organización también ve como punto positivo que las ayudas valencianas se basen en un modelo que tenga en cuenta el coste de vida de cada territorio y la duración de la movilidad, aunque se limite la dotación económica a un máximo de cinco meses.
Andalucía, autonomía de referencia
En comparativa autonómica, la red de estudiantes ve como modelo "ideal" de cofinanciación el de Andalucía, autonomía de la que destaca su "enfoque inclusivo" al ofrecer ayudas complementarias a aquellos estudiantes "de entornos desfavorecidos". "Este compromiso con la equidad es crucial para garantizar que la movilidad internacional no sea un privilegio exclusivo, sino una oportunidad accesible para todos", valora ESN en la sexta edición del observatorio.
Desde la organización también resaltan "la insuficiencia" de los enfoques de Extremadura y Murcia, dos regiones en las que las que "la falta de fondos y modelos de ayudas únicos limita las oportunidades para los estudiantes". "La ausencia de un soporte financiero adecuado se traduce en una reducción de la posibilidad de movilidad y en el agravamiento de las desigualdades entre regiones", apunta la entidad en un informe en el que reivindica la necesidad de avanzar hacia un modelo "que no dependa de privilegios individuales, sino que brinde oportunidades reales a todo el estudiantado".