VALÈNCIA. El Campus de Tarongers de la Universitat de València ha vivido una semana intensa después de que el pasado lunes se conociera la previsión del cierre de la cafetería Automatiek, situada en el aulario norte de la Facultad de Derecho, el próximo 19 de noviembre. Una decisión, según explican fuentes de esta institución, que parte de la mesa de campus, un "órgano colegiado" en el que están representadas las diferentes facultades y bibliotecas que componen este espacio.
El movimiento que ha generado especial malestar entre el estudiantado, que organizó una concentración estudiantil el pasado miércoles en la que exigió a la Universitat una solución para que se mantenga esta cafetería, así como el personal que actualmente trabaja en ella. Tras esta acción, las asociaciones estudiantiles SAÓ-UV, AVE, BEA y SEPC han firmado un manifiesto conjunto en el que muestran su "firme oposición" al uso de este espacio para cualquier fin distinto al de la restauración.
"Esta situación no solo implica la pérdida de un servicio, sino que también genera una serie de problemáticas que impactan directamente en la vida y el bienestar de la comunidad universitaria y de los actuales trabajadores de la cafetería", reza el documento. Las fuentes de la Universitat de València consultadas por este periódico explican que la intención es destinar a "usos académicos y docentes" las instalaciones que albergan esta cafetería en la actualidad.
Por su parte, las asociaciones estudiantiles citadas anteriormente denuncian que esta acción supone la "eliminación de un servicio para el estudiantado", una "reducción de los lugares de ocio y descanso para la comunidad universitaria" y el "despido de trabajadores". Ante ello, mediante este manifiesto, solicitan a la Universitat de València que el espacio de cafetería Automatiek "continúe utilizándose para el servicio de restauración", que consideran "fundamental para la comunidad universitaria".
Entre otras cuestiones, piden a la universidad "se plantee el cambio de administración de las cafeterías, pasando de un modelo de concesión a uno de gestión propia o directa". En caso de que se adopte esta decisión, las organizaciones también reclaman un "compromiso de bajada y contención de precios" para asegurar la "accesibilidad" de las cafeterías por parte del alumnado.
Mientras que, de producirse un cambio en la gestora de este espacio, reclaman que se exija que la nueva empresa mantenga el empleo al personal actual. "Esperamos una respuesta rápida y favorable a estas demandas, priorizando el bienestar de los trabajadores y de toda la comunidad universitaria por encima de cualquier otro interés", apostillan las asociaciones en este comunicado.