VALENCIA. "Como no sois capaces de poneros de acuerdo he encargado a una consultora que revise el plan director de los institutos tecnológicos y que ponga orden". La sentencia la pronunció el conseller de Economía, Máximo Buch, el pasado 31 de octubre en una tensa reunión con los directores de los institutos tecnológicos valencianos. Ocho meses después ha llegado el día de conocer ese informe.
El conseller ha citado a los mismos directivos a una reunión en la que presentará los resultados del trabajo realizado por la consultora BDO. Un informe "demoledor", según han explicado a este periódico fuentes conocedoras del contenido que alerta de la inviabilidad económica de la actual red de centros de investigación si no se acometen reformas, algunas de las cuales también se exponen en el documento que, al parecer, desciende al detalle.

A pesar del enfrentamiento entre el responsable de la cartera de Economía e Industria y los institutos tecnológicos a cuenta de los impagos que arrastra la Generalitat, el conseller trató de rebajar la tensión este lunes asegurando que deben ser los propios centros los que decidan su futuro, si bien apuntó a la necesidad de propiciar fusiones y replantear modelos.
Pero el fondo del problema va más allá. La red de institutos tecnológicos que se impulsaron desde el Impiva hace dos décadas precisa de una revisión aplazada en el tiempo. Muchos de estos centros viven prácticamente de la subvención de la Generalitat. Los contratos que firman con empresas han caído en picado por la crisis y en algunos casos incluso el sector para el que trabajan prácticamente ha desaparecido.
El Consell, que espera pagar la deuda que tiene con los centros en breve gracias al nuevo plan especial de pago a proveedores aprobado por el Gobierno central este viernes, quiere que los institutos reduzcan esa dependencia de los presupuestos públicos, cifrada el año pasado en 36 millones de euros.
El informe de BDO, aunque se presenta como una herramienta para que los centros de investigación puedan tomar una decisión autónoma sobre su futuro, es en realidad el argumentario que utilizará Buch para advertir a los responsables de la red de que en esta época de vacas flacas no se pueden mantener estructuras que no justifiquen la inversión con un retorno al sistema productivo.