VALENCIA. En los últimos tiempos se han producido muchos cambios en las empresas. Se han ajustado plantillas, se han remodelado los sistemas retributivos, se han reordenado prioridades y se intenta volver a lo básico, a lo que aporta valor. Pero deberíamos darnos cuenta que en lo referente a los equipos humanos hay cosas que no han cambiado.
La alta dirección, propietarios y directivos desean que las personas que forman los equipos de trabajo estén motivadas y se impliquen en lo que hacen, que no reinara en el ambiente laboral la desilusión y el desánimo.
Pero ante la situación actual, una vez ya realizados los ajustes necesarios (expedientes de regulación de empleo, prejubilaciones, despidos y no renovaciones), los responsables de la empresa deben gestionar el estado de ánimo de la empresa, minimizar el impacto de la incertidumbre y revitalizar la empresa, devolver la necesaria confianza, ahora más que siempre.
Se hace necesario, por tanto, incorporar a la gestión de los directivos modelos que aporten indicadores que permitan cuantificar el nivel de vitalidad de la empresa y diseñar planes de acción para lograr la creatividad, la cooperación de todos, la vitalidad de la empresa y sus equipos, para generar el clima de confianza mutua en el futuro.
En este contexto nuestra propuesta ReEnergy identifica y analiza un conjunto de aspectos desde tres variables clave:
• El Burnout, que indica el nivel de desgaste profesional e incluye aspectos relacionados con el estrés, el cansancio, la falta de interés y la indiferencia hacia el trabajo.
• El Engagement, entendido como un estado positivo frente al trabajo caracterizado por el vigor, la dedicación y la concentración en lo que se hace.
• El nivel de Confianza en la Dirección que se refiere a la percepción que los colaboradores tienen de sus directivos tanto en aspectos relacionados con su capacidad de gestión como a su competencia a la hora de interactuar, compartir información y procurar un buen clima de trabajo.
A partir del análisis y medición de estos tres conceptos, procedemos elaborando un cuadro de mando del ánimo de la empresa y estableciendo un mapa en el que queda, por un lado, segmentada y clasificada la energía de los equipos, de acuerdo a su desgaste profesional y de su estado positivo frente al trabajo y, finalmente, la confianza en la dirección, aislando los aspectos en los que es necesario mejorar la situación y afrontar con mayores garantías el medio y largo plazo.
Nuestra convicción se fundamenta en que "cuando los equipos creen que los directivos son capaces de reimpulsar la empresa, de pilotar un proyecto, y al mismo tiempo se interesan por las personas que colaboran con ellos, no solo se reduce el nivel de incertidumbre dominante, sino que se incrementa el grado de motivación y los niveles de cooperación y un ambiente de trabajo gratificante".
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Marcos Pascual es director técnico de Inmerco MKt.