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EL FUTURO DE UNA RED DE I+D QUE FUE MODELO A SEGUIR

El 'plan Buch' de fusionar institutos tecnológicos fracasa pese a los graves problemas de varios centros

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VALENCIA. "Como no sois capaces de poneros de acuerdo he encargado a una consultora que revise el plan director de los institutos tecnológicos y que ponga orden". La sentencia la pronunció el conseller de Economía, Máximo Buch, el 31 de octubre 2012 en una tensa reunión con los directores de los institutos tecnológicos valencianos. El estudio, encargado a la consultora BDO, se presentó ocho meses después y, al margen de desgranar lal penosa situación económica y organizativa de algunos de los centros de la entonces red del Impiva (hoy Ivace), recomendaba unos procesos de concentración para reducir el número de centros y hacerlos viables. 

Más de 10 meses después de aquella presentación la red de institutos teconológicos sigue siendo exactamente la misma que entonces. De hecho, hasta los dos procesos de acercamiento que se produjeron hace unos meses han acabado en nada, según explican fuentes del sector a ValenciaPlaza.com.

El plan pasaba por reducir a solo cinco los centros de investigación -fuertemente subvencionados con dinero público por la caída de los ingresos de los encargos de empresas privadas- con el objeto de reducir costes a base de aplicar economías de escala y mejorar su eficiencia.

En concreto, el diseño que se había realizado era el siguiente: el instituto de Bienes de consumo quería integrar Aitex (textil) e Inescoop (calzado); Manufacturas avanzadas debería fusionar a Aiju (juguete), Itene (embalaje y embase), Aimme (metalmecánico), Aimplas (plástico), ITE (electricidad), ITI (informática) y Aido (óptica), formando estos tres últimos una división interna de fabricación avanzada; el del Hábitat debería concentrar a Aidima (mueble y madera), Aidico (construcción) y ITC (cerámica); y finalmente Alimentación, con Ainía (agroalimentación), y Salud, con el IBV (biomecánica).

El órdago del conseller, que pasaba por advertir a los responsables de estos centros que la aportación de la Generalitat estaría vinculada a que aceptaran las fusiones, no surtió efecto. De hecho, solo Aimme y Aimplas, por una parte; e ITE, ITI y Aido llegaron a sentarse para estudiar su fusión sin lograr ningún avance.

Las mismas fuentes consultadas por este periódico apuntan a que el director general de Industria y del Ivace, Joaquín Ríos, ha llegado a mantener tensas reuniones con representantes de los centros para intentar forzar la puesta en marcha del proceso de concentración, pero solo se ha encontrado con un rechazo firma tanto por el objetivo como por las formas.

SITUACIONES MUY DELICADAS

La cuestión es que el plan que debía garantizar la viabilidad de los institutos tecnológicos -que son formalmente organismo privados pero que en muchos casos viven del dinero público- no ha servido para evitar que varios de estos centros se encuentren en una situación precaria. El caso más grave es el de Aidico, el instituto de la Construcción, al que el Consell le tuvo que inyectar 1,7 millones para evitar su quiebra y, aún así, no pudo evitar el preconcurso de acreedores en el que está inmerso desde junio.

Pero no es el único, y el temor en el sector es que la negativa a las fusiones agrave más sus precarias situaciones económicas tanto por falta de negocio como por un recorte en las aportaciones del Consell de cumplirse las amenazas de Buch.  

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