VALENCIA. Enrique Bañuelos vuelve a la bolsa española y lo hace para quedarse. El empresario valenciano que saltó al estrellato (para bien y para mal) con su inmobiliaria Astroc, se ha convertido en el máximo accionista de una pequeña empresa tecnología, Amper. Una operación de cerca de 20 millones de euros que suponen la primera inversión en España de Veremonte, la empresa en la que Bañuelos concentra sus inversiones en esta segunda etapa de sus vida.

Tras las operaciones que le devolvieron a primera fila de la actualidad en Brasil, Bañuelos ya considera que ha pasado el tiempo suficiente para que las empresas españolas confíen en él. "Desde 2010 la filial de Veremonte en España está analizando oportunidades en empresas cotizadas de diferentes sectores que tengan una fuerte presencia en Latinoamérica", explican fuentes oficiales de la compañía. Amper ha sido la primera en formalizarse, "pero en breve plazo de tiempo habrá otras".

Tras su salida del capital de Vanguarda Agro, con la que obtuvo unos 120 millones de euros, Bañuelos trata de escapar de su imagen de empresario inmobiliario. "La entrada en Amper es una operación financiera con vocación de permanencia y de participación activa en la gestión", explican las mismas fuentes. El empresario, en todo caso, no se incorporará al consejo de administración.

Bañuelos dirige su grupo inversor desde Londres, donde tiene establecida su residencia y donde está basada la cabecera del holding. De ella dependen cuatro filiales, dos en Latinoamérica, Brasil y Colombia, otra en China (Pekín) y la española.

"El objetivo del grupo es Latinoamérica. Las filiales en España y China trabajan con ese objetivo", explican desde la empresa. Hay matices, en todo caso, entre estas dos filiales. Mientras que en España sí se buscan inversiones empresariales, en China Veremonte solo actúa como delegación comercial, buscando clientes para el negocio agrícola, al que sigue vinculado.