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José Luis Olivas resurge, Francisco Pons tropieza

  • Francisco Pons y Rodrigo Rato, en Valencia
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VALENCIA. La crisis abierta en el seno de Bancaja como consecuencia del pulso que le ha echado Caja Madrid en Banco Financiero y de Ahorros (BFA) amenaza con convertirse en un conflicto de primera magnitud cuya solución, sea cual fuere, no supondrá nada bueno ni para la imagen ni para la posición de la entidad valenciana en el grupo BFA-Bankia, donde los representantes de la caja con sede en Pintor Sorolla han quedado en una situación de extrema debilidad.

El tenso consejo de administración de la caja valenciana del pasado martes, en el que se decidió rechazar de plano el acuerdo de BFA de volver a valorar el Banco de Valencia y enmendar la plana a los representantes de Bancaja en el banco común, que votaron a favor de una resolución contraria a los intereses de la entidad, supone la consolidación de un enfrentamiento societario que tuvo sus inicios en la laminación paulatina de los directivos valencianos en la matriz de Bankia y que estalló con el abandono a su suerte de Banco de Valencia, su posterior intervención por el Banco de España y la defenestración de José Luis Olivas.

Rodrigo Rato y José Luis Olivas en Valencia | Efe

Si la dimisión del que fue artífice de la fusión por la parte valenciana y su posterior sustitución por Francisco Pons en la vicepresidencia tanto de BFA como de Bankia parecía haber cerrado el conflicto, los acontecimientos de las últimas semanas han demostrado que se cerró en falso. Los socios de Bancaja han puesto en duda la veracidad la valoración del grupo valenciano y, por ende, su porcentaje en el grupo fusionado.

Si proyectar la sombra de la duda sobre la caja valenciana es, en sí mismo, un hecho extraordinariamente grave, lo peor, según coinciden fuentes financieras tanto de dentro de la caja como de fuera, ha sido el comportamiento de los consejeros de BFA que representan a Bancaja. La posición de debilidad que mostraron en el consejo celebrado el pasado 7 de febrero al asumir sin matices el planteamiento de Caja Madrid ya no solo ha indignado a la cúpula de Bancaja, donde Olivas se mantiene atrincherado, sino que ha generado una situación kafkiana.

"O DIMITE UNO O SE VAN SEIS"Sede del Banco de Valencia | Eva Máñez

En la reunión del consejo del martes, los consejeros Ángel Villanueva, Rafael Ferrando y Remigio Pellicer tuvieron que aguantar en persona la reprobación del consejo. Los otros tres representantes de Bancaja en BFA, Antonio Tirado, también presente en la reunión aunque no estuvo en el consejo de la matriz de Bankia el día en que se decidió pedir la auditoría de Banco de Valencia, y José Rafael García Fuster y Francisco Pons, que no forman parte del consejo de la caja, se libraron de los reproches en vivo. Pero no de una amonestación real.

"La situación es insostenible. La reunión de ayer [por el martes] debió saldarse o con una dimisión o con seis", explica una fuente cercana a la cúpula de la caja. La afirmación se basa en que o José Luis Olivas deja la presidencia de Bancaja y se cierra un ciclo que parece enquistado, o lo hacen los representantes de la caja en BFA por no haber defendido los intereses de Bancaja en un asunto que puede perjudicar a la sociedad a la que representan. En la reunión del consejo se oyeron algunas voces que instaron a los consejeros de BFA a "reflexionar si deben continuar en sus puestos".Francisco Pons y Rodrigo Rato, en Valencia

LA COMPLEJA SITUACIÓN DE FRANCISCO PONS

Y es que lo que se puso en evidencia en el consejo de Bancaja del martes es que el puñetazo en la mesa de BFA lo lideró un Olivas al que todos daban por amortizado. Ha sido una muestra del poder que sigue manteniendo en el seno de la caja y de una capacidad de liderazgo que los consejeros que él mismo nombró para BFA -aspecto que no hay que olvidar- no demostraron cuando se tuvieron que enfrentar a una decisión perjudicial para los intereses de Bancaja.

La posición de Olivas, en todo caso, es relativamente cómoda ahora que está fuera de BFA-Bankia. Casi todo lo que podía perder, lo perdió. Y en su debe, como se recuerda el entorno del Banco de Valencia, su voz no se oyó cuando BFA decidió dejar caer a la histórica entidad, desencadenando la intervención del Banco de España.

Los siete presidentes de las cajas que formaron BFA en junio de 2010

Lo que preocupa ahora es el papel de Francisco Pons, el empresario en el que se han depositado las esperanzas de recuperar capacidad de influencia en la cúpula de BFA y de Bankia. Pons, que como el resto de consejeros valencianos, votó a favor de volver a valorar al Banco de Valencia, no consiguió, ni consta que lo intentase, parar un acuerdo que, según fuentes de Bancaja, nunca debió discutirse. "Una lectura del contrato de fusión era suficiente para demostrar su improcedencia", asegura un conocedor del acuerdo firmado en su día.

Pons mantiene un perfil bajo desde su nombramiento como vicepresidente de BFA y de Bankia. Tan bajo que no son pocos los que recelan de su capacidad para actuar de contrapeso a Rodrigo Rato. Su situación, máximo representante de Bancaja en el grupo fusionado pero ausente de los órganos de dirección de la caja, no contribuye a reforzar su posición. Y pese a que el mundo económico, financiero e incluso político de Valencia muchos dan por descontado que, más pronto o más temprano, Pons ocupará el puesto de Olivas en Bancaja, ese escenario puede difuminarse a pasos agigantados con la crisis abierta ahora.

EL RETO DE DEFENDER EL RECHAZO DE BANCAJA EN BFA

Sede de Bancaja en Valencia | Eva MáñezTras la amonestación formal del consejo de Bancaja, la incógnita ahora es si Pons liderará el ‘motín' de los consejeros valencianos al acuerdo de BFA. El mandato que tiene tanto el vicepresidente de Bankia como Tirado, Villanueva, Ferrando y García Fuster es defender el acuerdo de la caja: negar el incumplimiento del contrato, rechazar el intento de reescribir lo pactado y advertir que, sea cual sea la decisión tome BFA, que puede nombrar un auditor y echar adelante la revisión del valor del Banco de Valencia, Bancaja no aceptará el resultado del mismo sea cual sea.

Y en el fondo de todo este complejo panorama, el nuevo escenario financiero que está por dibujarse en España al que los valencianos llegan no ya sin entidades con las que componerlo, sino sin una voz fuerte capaz de influir en el debate. Magro resultado para una reordenación que ha eliminado la mayor parte del el sistema financiero local pero que los hechos apuntan a que aún puede ser peor.

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