VALENCIA. La comparecencia de José Manuel Uncio en la comisión de investigación de la CAM de les Corts Valencianes se esperaba con expectación. El que fuera director del Instituto Valenciano de Finanzas y miembro de la comisión de control de la entidad se había hecho de rogar, con dos aplazamientos previos, y llegaba precedida por una información publicada por el diario El Mundo confirmando lo que era en los corrillos financieros un rumor muy extendido: Uncio fue un 'topo' del Banco de España en la entidad, a la que le trasladó información previa a la intervención. 

Los diputados iba a tener ante sí, por tanto a un hombre clave para intentar extraer algo positivo de este proceso. Pero lo que obtuvieron fue un desarie que algunos miembros de la oposición no dudaron en calificar de de burla. 

Inconexo, disperso y dispuesto a perderese en nimiadades y a no contestar preguntas concretas, Uncio cumplió con una obligación a la que era reticente. Fue a la comisión pero,  ¿contestó a algunas de las preguntas que se le hicieron? No. De hecho, pronto quedó claro que el otrora poderoso dueños de las finanzas de la Generaitat no iba a aclarar nada. 

Pero nada de nada.

Hasta el punto de que en sus respuestas vino a echarle la culpa la Banco de España. Un argumento muy repetido por las bancadas populares pero que choca con el pliego de descargo que el propio Uncio remitió al regulador y en el que afirmaba que la caja había estado en manos de directivos incapaces de salvaguardar el patrimonio de la entidad, y que en ocasiones actuaron en beneficio propio.

Los diputados de la oposición, que se mostraron desconcertados, trataron de arrancarle algún datos útil, más allá de las obviedades y circunloquios con los que machacó a los presentes. Y así el tiempo fue pasando, agotando sus turnos el exdirector del IVF en largas digresiones en las igual salía Zapatero, que Fernández Ordóñez, que Oliver Wyman o la crisis financiera mundial.

En la búsqueda de un titular, los medios que siguieron su comparecencia cazaron una frase de las pocas que tenían sentido: "Nos hurtaron información [a la comisión de control]". Pero quien fue el responsable de ese hurto (porque de los de las pensiones millonarias, o los sueldos estratosféricos no hablo) quedó como otra de las preguntas sin respuesta. Fue un 'manzanas traigo' en toda regla.

Y si fue o no un topo del Banco de España, Uncio decidió que iba a mantener su identidad secreta, como hacen los espías. Quizá por eso mostró esa inivadversión hacia el Banco de España.  

Eso sí, Uncio aprovechó para recordar que ya no trabaja para Renomar, la empresa de energía eólica de la que fue director general. "Estoy sin trabajo, como tantos españoles... aunque sigo asesorando a empresas y participo de varios consejos de administración". Como tantos españoles.