VALENCIA. Inflexible. José María Suescun, máximo accionista de Corporación Dermoestética, es un casero implacable. Al menos así se comporta con su principal inquilino, que no es otro que su propia empresa. El año pasado el empresario valenciano cobró a la cadena de clínicas de estética un total de 2,15 millones de euros en concepto de alquiler de los inmuebles de su propiedad ocupados por los centros.

Esta cantidad es prácticamente idéntica a la del año anterior pese a que según consta en el informe de gobierno corporativo depositado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, en el ejercicio de 2011 facturó a Corporación Dermoestética por dos conceptos distintos: 2,06 millones por los locales Corporación y 0,12 millones por los arrendados a Obesidad y Genética, la filial ahora ya inactiva.

En el informe no se especifica cuántos locales tiene alquilados Suescun a Corporación Dermoestética a través de Soul Corporación, empresa 100% de su propiedad que es la dueña de los inmuebles. Aunque en los últimos años la cadena estética ha tenido que realizar un fuerte ajuste en su actividad por la caída del negocio, la cifra que ha ingresado el presidente de la compañía por alquilar sus locales comerciales a la empresa se ha mantenido inalterable o incluso ha subido.

El año 2009 Dermoestética, en pleno proceso de exclusión de bolsa, comunicó al mercado que iniciaba un duro proceso de ajustes para adecuar su estructura a la nueva situación económica que lastraba sus resultados. En aquella comunicación se anunciaban recortes de gastos en todas las partidas, entre ellas la de los alquileres.

Sin embargo desde entonces la cifra se ha mantenido prácticamente inalterable, cuando no ha crecido, mientras que otras partidas, como las de personal o publicidad sí han sufrido recortes notables en los últimos ejercicios.