VALÈNCIA. "Los europeos somos un protectorado militar de Estados Unidos”. Así lo ha manifestado este jueves el exalto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, quien ha abordado la situación geopolítica del continente durante su intervención en el 40º Congreso de AECOC, celebrado este miércoles en el Roig Arena de València.

El diplomático ha trazado un análisis del papel de Europa en el actual escenario internacional, al que ha definido como un "nuevo desorden mundial", marcado por la guerra, la fragmentación política, la competencia tecnológica y la pérdida de influencia del bloque europeo. "Hemos vivido bajo el paraguas de seguridad de Estados Unidos. Europa nació para rechazar la guerra, y quien rechaza la guerra no quiere tener un ejército. Hemos vivido bajo la proteccion militar de EEUU", ha señalado.

Borrell advierte de que Europa está perdiendo poder en todos los frentes: económico, productivo y demográfico. "Somos pocos y viejos si hubiera que ir a una guerra", ha lamentado. Además, ha destacado que, a nivel económico, lo que cuenta no es el PIB total, sino el PIB per cápita. "Éste no aumenta lo suficiente porque seguimos teniendo un problema estructural de productividad", ha reconocido.

En su intervención, el alto cargo de la UE ha situado a China y a Estados Unidos como los dos polos dominantes de un sistema internacional en transformación. “China produce el 30% de los bienes del mundo y controla el 90% de los materiales críticos, desde el titanio hasta el litio. Estados Unidos, por su parte, mantiene el 60% del poder financiero mundial gracias al dólar”, ha explicado. “Uno domina la producción, el otro domina la moneda", ha resumido. En este sentido, ha manifestado que Europa creía tener suficiente soberanía con el comercio y la capacidad financiera. Sin embargo, China ha tomado la delantera.

"Los chinos son grandes planificadores y empresarios"

A juicio del exministro, China ha logrado un equilibrio que Europa no ha sabido reproducir. "Los chinos son grandes planificadores y empresarios. El Partido Comunista gobierna con mano de hierro, pero permite que las empresas compitan a muerte. Han conseguido algo que ni nosotros ni los rusos han logrado, combinar planificación y competencia", ha destacado.

Borrell ha considerado que la pandemia de la Covid-19 fue una llamada de atención sobre la vulnerabilidad europea. "Europa no producía antibióticos ni paracetamol, y esos productos que no eran productos estratégicos se convirtieron entre la barrera entre la vida y la muerte", destacaba. "Lo que antes se medía en eficiencia y precio, ahora se mide en seguridad. La palabra clave ya no es ‘barato’, sino ‘seguro", ha señalado. En su opinión, Europa debe reforzar su autonomía industrial y tecnológica para no quedar atrapada entre las grandes potencias.

También ha destacado la crisis global de la democracia y la verdad. "La frontera entre la verdad y la mentira se ha desdibujado. La inteligencia artificial y las fake news amplifican la polarización. La democracia declina en calidad y en cantidad, y los modelos autoritarios ganan terreno”, ha alertado.

El exrepresentante europeo también ha sido crítico con el sistema de gobernanza de la Unión Europea, al que consideró incapaz de responder con agilidad a los desafíos actuales. "Esta arquitectura fue pensada para otro mundo. Las decisiones por unanimidad paralizan el avance. Y para abandonar la unanimidad… hace falta unanimidad", ha ironizado.

Borrell también se ha referido al Informe Draghi sobre competitividad, que plantea invertir 800.000 millones de euros en reindustrialización. Sin embargo, se ha mostrado escéptico sobre su aplicación: “Draghi no dice de dónde saldrá ese dinero. No creo que el sector privado europeo pueda hacerlo solo. ¿Con deuda? Los alemanes dicen que sí, que se endeudarán lo que haga falta”.

Por último, ha llamado a un cambio de mentalidad en la regulación europea, tras años de hiperburocracia. “Después de aprobar una avalancha legislativa, ahora todo el mundo pide desregular. Pero cuidado con irse al otro extremo”, ha advertido. "No soy pesimista, soy activista. Tenemos problemas graves, pero los podemos resolver si queremos. El primer paso es ser conscientes de ellos. No sirve esconder la cabeza bajo el ala", ha señalado.