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La interminable reforma de las cajas

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MADRID. Y en marzo, el Banco de España saca la lista de las nueve cajas que necesitan sanearse y buscar capital. Pero les da hasta octubre para hacerlo (con prórroga hasta marzo 2012, para algunas), aunque cuatro cajas no encontrarán inversores y tendrán que ser nacionalizadas temporalmente. Al final, serán dos años de retraso para un saneamiento que tendrá importantes ayudas públicas y donde muchas cajas, limpias de ladrillo, oficinas y personal, serán subastadas entre bancos españoles y extranjeros.

El 10 de marzo de 2011, dos años y medio después de estallar la crisis financiera, el Banco de España decidía por fin hacer público el chequeo al sistema financiero español: de 55 entidades, sólo 13 necesitaban sanearse y buscar capital: cuatro bancos (Bankinter, Bankpyme y las filiales de Barclays y Deutsche Bank) y nueve grupos de Cajas (Bankia, Novacaixagalicia, CatalunyaCaixa, CAM, Banco Base, Banca Cívica, Banco Mare Nostrum, Unnim y Caja España-Caja Duero). En total, necesitaban inyectar 15.152 millones de euros (de ellos,14.077 las cajas). Eso supone que 33 bancos están sanos y también otras nueve Cajas: la Caixa, Ibercaja, Unicaja, las tres Cajas vascas (BBK, con Caja Sur, Kutxa y Vital), Caja 3 (CAI, Caja Círculo, Caja Badajoz) y las Cajas de Ontinyent y Pollensa.

Los cuatro bancos van a capitalizarse sin problemas (son sólo 1.075 millones), ampliando capital. El problema es buscar inversores que pongan 14.077 millones para tapar los agujeros de las 9 Cajas a sanear. Tras los primeros tanteos, cinco han dicho que saldrán adelante sin ayudas públicas: Bankia (Caja Madrid, Bancaja, Laietana, Ávila, Segovia, Rioja, Insular), Banco Base (Asturias, CCM, Cantabria, Extremadura), Banca Cívica (Navarra, Burgos, Canarias, CajaSol y Guadalajara) y Banca Mare Nostrum (Murcia, Penedés, Granada, Sa Nostra) buscarán capital privado saliendo a Bolsa y Caja España-Caja Duero se fusiona con Unicaja y así se sanea.

Pero otros cuatro grupos de cajas no encuentran capital privado sin malvenderse y han pedido ayudas públicas, la entrada temporal del FROB para sanearlas. Son la CAM (que rompió su alianza con Banco Base), donde el Estado entraría con mayoría (70%) y tres que tratan de vender activos y conseguir capital para que la entrada del FROB no sea mayoritaria: Novacaixagalicia (Galicia y Caixa Nova), CatalunyaCaixa (Catalunya, Tarragona y Manresa) y Unnim (Sabadell, Terrasa y Manlleu).

El plazo para conseguir dinero acaba el 30 de septiembre, aunque hay tres meses de prórroga e incluso hasta marzo de 2012 para cerrar los procesos. La clave es la valoración de las Cajas, tanto para las 4 que salen a Bolsa (la primera, Bankia, en julio) como para las 4 donde se meta dinero público. Se habla de una rebaja del 30 al 40% sobre su valor en libros.

El Estado, a través del FROB, podría llegar a aportar en capital a esas 4 Cajas unos 7.700 millones de euros, que se suman a los 11.167 aportados en 2010 por el FROB en forma de créditos y otros 4.167 millones de ayudas en la intervención de CCM y Caja Sur. En total, unos 23.000 millones de ayudas públicas a las Cajas, un sector que ganó 3.403 millones en 2010. A ello hay que sumar un coste público de 1.100 millones en ayudas a las 12.000 prejubilaciones que van a hacer las Cajas: salen a los 55 años, están dos en el paro (cotizando por ellos el INEM) y luego se prejubilan a los 63 años, ahorrándose dos años de sueldos y cotizaciones.

La entrada del Estado en las cajas, vía directivos propuestos por el FROB, será suave y no implica la salida automática de los actuales gestores (responsables del riesgo político y del ladrillo de muchas Cajas), que se librarán de sanciones (sólo ha habido multas y expedientes en las dos Cajas intervenidas, CCM y Caja Sur) y que siguen con elevados sueldos: 15 Cajas han subido los sueldos de sus directivos en 2010 y otras 20 los mantuvieron. Eso sí, las Cajas que han recibido o reciban ayudas públicas no pagarán bonus y recortarán los Consejos a 15 miembros (5 independientes), con lo que tendrán que salir más de 50 consejeros, muchos de ellos políticos locales. Y tendrán que cerrar 2.538 oficinas y recortar gastos y costes, también Obra Social.

Al final, al retrasar otros seis meses (o incluso un año) el saneamiento de las cajas, su situación se va a deteriorar. Los directivos, preocupados por no perder su sillón, estarán más ocupados en buscar capital y recortar costes, plantillas y oficinas que en el negocio, con lo que darán menos créditos (y con lupa) y volverán a perder cuota de mercado frente a la banca. Y como nadie se fía todavía de lo que las cajas tienen en las tripas, puede que algunas no consigan inversores para sanearse y haya más nacionalizaciones temporales. Y nuevas fusiones. Es lo malo que tiene haber perdido dos años: las Cajas estarán peor y sanearlas costará más. Eso sí, luego, cuando estén limpias de ladrillo, oficinas y personal, gracias a las ayudas públicas, el próximo Gobierno venderá varias al mejor postor, un banco español o extranjero. Y quedarán una docena. Pobres cajas.

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(*) Javier Gilsanz es periodista y autor del blog 'Economía a lo claro'

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