VALENCIA. "El concurso de acreedores evitará la liquidación de la empresa", asegura Juan Vicente Llorens, presidente de la empresa valenciana de lencería Little Kiss. A final de mes está prevista la presentación de un plan de viabilidad que permita satisfacer la deuda con los proveedores sin poner el peligro la continuidad de la empresa.

Esta es la segunda vez que la empresa toma medidas para poner en orden sus cuentas. Ya en abril de 2010, Little Kiss realizó una reestructuración de la compañía para reducir sus costes por medio de la presentación de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) sobre 85 de sus trabajadores para esquivar en ese momento el concurso de acreedores.

La medida fue acompañada de una inyección de tres millones de euros que puso la misma familia propietaria, principalmente destinado a pagar las indemnizaciones. A partir de ese momento, se trazó un plan de viabilidad que, según Llorens, se cumplió. Sin embargo, ha sido la decisión de una de las entidades financieras con las que trabajaba la empresa de rescindir una línea de crédito ha forzado la solicitud de concurso.

EVITAR EL CONCURSO FORZOSO

"No podíamos esperar a que uno de los proveedores instaran a una declaración forzosa que impusiera unos nuevos gestores que llevaran a al empresa a la liquidación", asegura Llorens. Hasta que la familia propietaria tomó esta decisión había intentado encontrar financiación por medio de otras entidades, pero era "o todo o nada".

En todo caso, los problemas se limitarían a la tesorería pero la empresa no estaría apalancada con grandes deudas. "Confiamos en que sea una piedra en el camino y que saldremos adelante", asegura Llorens.

Como otras compañía relacionadas con productos estacionales, Little Kiss depende en un 84% de las ventas realizadas durante el verano. Esta situación, sumada al gran número de clientes pequeños que retrasan habitualmente el cumplimiento de sus pagos le han dejado un remanente de tesorería negativo hasta pasada la campaña.