Fotogalería: Jornada 'Los retos de la economía valenciana' de GSM&B con Joaquín Maudos en Elche (Fotos: Pepe Olivares)

ELCHE. La economía de la Comunitat Valenciana se enfrenta a varios tipos de retos. Algunos circunstanciales y actuales - como las consecuencias de la guerra arancelaria de Trump- y otros estructurales -como una productividad baja o la infrafinanciación-. Pero para dar con soluciones, primero hay que ver, de forma tanto general como precisa, la situación económica valenciana y hacer un diagnóstico. Por todas esas fases de reconocimiento de la situación, retos, recomendaciones y conclusiones ha pasado el catedrático de Fundamentos de Análisis Económico en la Universidad de Valencia Joaquín Maudos en la jornada 'Los retos de la economía valenciana' organizada por GSM&B, en el marco de su 50 aniversario, en las instalaciones de Grupo Soledad en la Sala de Conferencias de Elche Parque Empresarial. Un encuentro de análisis sosegado, pero contundente. Entre otras cuestiones, Maudos ha identificado siete factores que afectan a una baja productividad en la Comunitat Valenciana y también ha aportado recetas para darle la vuelta. Algunas requieren de cambios profundos y, todas, de implicación de actores sociales y administración. 

En la bienvenida del evento, Laura Vicente, socia directora ejecutiva de GSM&B, ha destacado que "Joaquín Maudos es un gran amigo y ya nos visitó en 2013, en una sesión donde también abordamos los retos y dificultades de la economía valenciana". Y destaca que esta nueva visita llega, más de diez años después, en los que "hemos sobrevivido a una crisis, la covid, la inflación derivada de una guerra, la dana, y ahora, los aranceles".

Pero antes de las claves, como Maudos ha reflejado en su ponencia, hay que hacer un diagnóstico de la situación. Maudos ha anclado el indicador de bienestar de la economía al PIB per cápita. Afirma que ahí ya hay un problema en la Comunitat Valenciana porque su economía, "en lugar de acercarse a la media nacional, en los últimos años, cada vez se separa más de la media". En renta por habitante ya se está casi 15 puntos por debajo de la media. En 2013 estaba 10 puntos por debajo.

Y, de esta forma, según el catedrático, eso implica que, de 17 comunidades autónomas, la valenciana esté en el puesto 12 en renta per cápita. "Estamos más cerca de las regiones pobres que de las ricas y ese es un mensaje preocupante". Detrás de esta situación, Maudos ve que hay una baja productividad de la economía valenciana. En concreto, lo es un 7% por debajo a la media del país y "sistemáticamente, en los últimos años está ahí". Es, de esta forma, según analiza Maudos, algo estructural y, por lo tanto, complejo de cambiar. "Por tanto, si no recortamos la brecha en productividad, no recortaremos la brecha en renta por habitante". 

De 60 ramas de actividad, la Comunitat Valenciana solo es productiva en 15

En su 'disección' de la economía de la Comunitat, Maudos la ha dividido en 60 ramas de actividad. Y, de ellas, solo ha encontrado 15 donde la productividad valenciana supera la media nacional. Y son solo el 16,5% del PIB de la Comunitat Valenciana. Otro mensaje preocupante, según el catedrático. "En el 84% del PIB lo hacemos peor que la media" Detrás de esa baja productividad están esos siete factores explicativos.

El primero de esos factores es que la especialización de los sectores valencianos tienen un reducido valor agregado bruto (VAB) por persona empleada y un nivel de productividad inferior a la nacional en la mayor parte de las ramas de actividad. Afirma el experto en la jornada de GSM&B que algunas de esas especializaciones de la Comunitat como el mercado inmobiliario, la construcción, el comercio y la restauración tienen una productividad menor que en el resto del país.

El segundo factor es que existe un "reducido esfuerzo innovador". Esa cifra, en inversión en I+D en la Comunitat es un 17% menor que la media del país. El menor tamaño empresarial es una de las causas de una menor inversión por la parte empresarial, porque son las más grandes las que más destinan medios a esa innovación, a nivel porcentual.

El tercer factor es un menor esfuerzo inversor en activos intangibles. La digitalización exige invertir en intangibles (software, bases de datos, marca, diseño, estudios de mercado, mejoras organizativas, formación... pero en la Comunitat se invierte menos. Una noticia buena es que se reduce algo la brecha con la media estatal por la llegada de los fondos Next Gen, que, precisamente, van más a empresas de menor tamaño. El peso inversor en la Comunitat es del 16% frente al 18,7% en el país. "Las regiones más ricas y productivas ponen mayor peso en la economia digital".

El cuarto factor es una menor dotación de capital humano. El porcentaje en la Comunitat de personas con empleo que tengan estudios universitarios es de un 42,4% y en la media de España es de un 46,7%. "La preparación de empresarios y directivos es clave para la orientación de las estrategias de las empresas, para intensidad tecnológica, internacionalización, digitalización y la importancia de intangibles".

El quinto factor es un menor peso de las empresas grandes -las más productivas- y mayor de las más pequeñas -menos productivas-, que reduce la productividad media valenciana. El peso en la Comunitat de grandes firmas es un 2,9% menor, un 12,7% frente al 15,6% nacional. 

En sexto lugar, el factor de una menor inversión pública en la Comunitat Valenciana, que la penaliza con una dotación de capital público por habitante inferior a la de España. El stock de capital público por habitante ha caído un 7,4% desde 2007. Mientras, en el conjunto del país ha aumentado un 4,1%. Así, se amplía la brecha con el país, que pasa de un 16% en 2007 a un 16% en 2023. 

El séptimo factor es que "el sector público no puede apoyar al productivo". Porque la infrafinanciación debilita el gasto en políticas de desarrollo regional. Se destina casi todo a los servicios esenciales y "cuando llega el momento de destinar fondos a otros asuntos, como la productividad, no queda casi nada". En este sentido la Comunitat está 10 puntos por debajo de la media estatal. "Hemos tenido déficit público todos los años y tenemos la mayor deuda por PIB de España, el sector público no llega a ayudar a los empresarios". 

Maudos habla de que, desgraciadamente, "podemos, incluso, hablar de una historia de un fracaso de la economía valenciana, porque si en el año 2000, hace 25 años, la renta per cápita era similar a la media, ahora es 15 de puntos menor". 

Cómo intentar levantar la productividad

El reto, para el catedrático, es aumentar el esfuerzo inversor en los determinantes de la productividad. "En los últimos años, desde la covid, el PIB de la economía valenciana ha crecido con la media, pero hemos ha traído más población. Hemos creado más empleo, que es una buena noticia", pero solo en parte, porque "gran parte del empleo que creamos es de baja calidad, de baja remuneración". De esta forma, baja la renata media. "Ahí el sector turístico influye porque tiene un nivel de remuneración media muy bajo".

Así, asegura que "potenciar la industria sería una solución", y hacerlo en la que ya se es productivo. "No tiene sentido incentivarla en lo que lo hacemos peor". Y en sectores con mucho peso "lo hacemos peor". 

Propone Maudos es necesario redirigir la inversión hacia activos intangibles; impulsar las profesionalización de la gestión de empresas; incorporar recursos humanos cualificados y permanentes a las plantillas; promover la transformación digital de las organizaciones; evaluar las políticas públicas para asegurar su eficacia y eficiancia del gasto público y, tras la dana en Valencia, aumentar la inversión en infraestructuras hidráulicas, en un sistema de indicadores para monitorizar la recuperación, aumentar el montante de ayudas no reembolsables en invertir en intangibles como sistemas de alertas, formación de ciudadanía y de quien toma las decisiones. Aprovechar la reconstrucción para aumentar la productividad. 

Los aranceles: un impacto directo pequeño pero incertidumbre en el indirecto 

La Comunitat Valenciana exporta el 7,7% a Estados Unidos, un total de, aproximadamente, 2.800 millones de euros. Destacan algunos sectores como la cerámica,  paneles solares, maquinaria de equipos, calzado y el agroalimentario; en especial, conservas y verduras. Lo que más preocupa a Maudos, además, de lo que pueda llegar a esos sectores, es el impacto indirecto de los aranceles de Trump. "Ahora hay una incertidumbre macroeconómica, inestabilidad financiera, ¿qué va a pasar con los tipos de interés? Pide estar atentos a los impactos colaterales. Aunque ahora Trump anuncia una pausa de 90 días de los aranceles a países como España, no se sabe qué va a suceder en unos días.