VALENCIA (EFE). Soriano ha afirmado este martes en Valencia que "no hay fórmulas mágicas que valgan para todas las empresas familiares", por lo que en esta materia "es muy difícil dar consejos".

Según ha dicho Soriano en el acto de inauguración del año académico 2013-2014 de la Cátedra de Empresa Familiar de la Universidad de Valencia (CEFUV), con las empresas familiares ocurre lo mismo que con la educación de los hijos, "en cada casa lo mismo funciona de manera diferente, pues al igual que cada persona, cada compañía es única".

La consejera delegada ha reiterado en varias ocasiones que existen tantos modos de gestionar válidamente una empresa como empresas hay, y que "lo peor es querer ser quien no se es".

Según Soriano, en el caso de Porcelanosa "todos cabemos en la empresa familiar, pero siempre ejerciendo con responsabilidad. Mejor eso que malas imitaciones, ya que lo importante no es la gestión, sino amar a tu empresa como fuente generadora que es".

Ha resaltado que esta empresa familiar tiene muchas ventajas, puesto que les permite estar "en contacto directo con los problemas, por lo que se toman las decisiones rápidas. Tampoco se tiene miedo al error, no escatimamos esfuerzos y el trato con los trabajadores es de proximidad y confianza".

Porcelanosa tiene ahora 40 años de existencia, se creó cuando María José Soriano tenía 9, y desde entonces ha estado vinculada a la compañía: "Se podría decir que mi vida y la de mi familia ha estado condicionada, en lo bueno y en lo menos bueno, por Porcelanosa".

Cuando cumplió los 13 años empezó a trabajar en la línea de producción un mes en verano, "mi padre pretendía no solo que conociese la empresa desde dentro, sino que empatizara con los empleados". Después empezó a acompañarle en viajes y ferias comerciales: "Según él me necesitaba por el asunto de los idiomas".

El mismo verano que acabó los estudios entró a trabajar en la compañía, "no creo que haya pasado nunca más de una semana sin pasar por la empresa, yo diría que junto a mi marido y mis hijos es lo que más quiero del mundo".

Ha añadido que una empresa familiar "no es una ONG", hay que cubrir los presupuestos de ventas y no pasarse en gastos, ya que de lo contrario "vas muy mal porque sin resultados esa empresa que amas, la que te da la vida, puede peligrar".

Ha hecho hincapié en la importancia del cuidado de las pequeñas cosas como la limpieza y mantenimiento de todos los rincones de la empresa, y los servicios técnicos y de prevención de riesgos laborales, entre otras.

Soriano ha defendido a las segundas generaciones de las empresas familiares: "Lo tenemos más difícil que la primera, nosotros no hemos elegido estar ahí, pero tenemos la responsabilidad de seguir haciéndolo bien".