
Ingeniera Industrial y directiva de Celéstica, la nueva presidenta del Consejo Social de la UPV se ha impuesto captar mecenas para la institución
VALENCIA. La Universidad Politécnica de Valencia (UPV) ha optado por rejuvenecer contundentemente los puestos directivos de su consejo social, la institución que ha de servir de puente entre la Universidad y la sociedad valenciana. "Se trata de un cambio generacional", reconoce Mónica Bragado, nueva presidenta del organismo.
Después de que un empresario tan conocido como Rafael Ferrando (ex presidente de la patronal autonómica Cierval) ejerciera la presidencia durante 16 años, la entrada de esta ingeniera industrial por la UPV y alta ejecutiva en la empresa canadiense Celestica, pretende redefinir la función del organismo.
"La Universidad no deja de ser una empresa y, como tal, ha de redefinir su modelo de negocio", sentencia Bragado. Ya no se trata de competir con la otra gran universidad de la ciudad, la Universitat de València, sino de tener un visión mucho más global.
"El rector, Francisco Mora, tiene muy claro que la UPV tiene que actuar en un mundo en el que no hay barreras, donde se debe tener una visión global. Nuestra referencia debe ser el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) o la Universidad de Harvard", señala como si fuera una obviedad.
SE BUSCAN MECENAS
El camino no va a ser fácil. La transformación requiere sobre todo dinero y los presupuesto son los que son. "La situación actual no es la mejor, pero creo que es la hora de aportar". En su caso, promete volcar la experiencia comercial y empresarial adquirida en los 19 años de desarrollo profesional, un periodo en el que ha trabajado sectores tan distintos como el de los servicios a la industria o el aeroespacial.
Por ello, espera que su huella al término de su presidencia sea la puesta en marcha de una estrategia de captación de mecenazgos para la UPV, en sintonía con las que se aplican en las universidades norteamericanas. "Hay que identificar clientes y plantearles proyectos concretos", señala Bragado.
Aunque entiende prioritario que la Universidad escuche a la empresa y que esta conozca de primera mano las posibilidades generales que se le ofrecen, a la hora de pedir la participación de las empresas hay que ponerles sobre la mesa algo que les interese, "dejando claro cuál puede ser su aportación y cuál, el retorno que obtendrán con ello".
RENOVACIÓN EN CARNE PROPIA
En el caso de su empresa, la renovación ya pasó por allí. Celestica, en el antiguo centro de IBM de Pobla de Vallbona (Valencia), aplicó un intenso redimensionamiento laboral en 2009, que fue acompañado de una transformación de la actividad del centro.
Dedicado a la fabricación por volumen de terminales informáticos y su reparación, el centro pasó a orientarse hacia una mayor flexibilidad, a realizar contribuciones de alto valor añadido y desarrollar una estrategia de lean manufacturing, producción ajustada a demanda.
"Actualmente, Celestica exporta entorno al 99% de su producción, mantiene un crecimiento sostenido y ha conseguido una estabilidad financiera", reconoce Bragado, al igual que destaca el respaldo de su compañía para que ella desarrolle actividades como esta presidencia del consejo social de la UPV, del mismo modo que ya fue miembro durante 12 años de la junta directiva del Colegio de Ingenieros Industriales de Valencia.