La revolución digital y la popularización de los smartphones ha acabado con el revelado y con su nicho de negocio pese a la tradición familiar de tres generaciones
VALENCIA. Una historia casi centenaria y un apellido mítico en Valencia en el mundo de la fotografía han puesto el punto y final como empresa como consecuencia de sucesivas revoluciones tecnológicas y sociales que han arrasado al propio sector. Primero, en 1996, la revolución digital, y después, a partir de 2007, la globalización en toda Europa del uso de cámaras en smartphones o teléfonos inteligentes.
Este viernes, 31 de octubre, Alfonso Nácher, nieto de Pascual Nácher, mítico fundador en 1922 (junto a su hermano José) de la empresa familiar dedicada en Valencia a laboratorio y posteriormente a tiendas de revelado y material fotográfico, echó la persiana al último local que permanecía abierto en el número 13 de la calle Ruzafa. "¿Qué cómo estoy? Muy triste. Muy mal. Es muy duro", ha explicado este lunes tras el cierre a Valenciaplaza.com.
"Estaba meditado, no ha sido una decisión de última hora y ya se ha consumado. Ahora hay que abrir una página nueva". Así de desolador ha sido su análisis como autónomo, decepcionado, pero al tiempo realista, después de no haber podido mantener en pie una firma con todo el aval que suponía el peso de la historia de tres generaciones dedicándose a dicho negocio. "Ahora únicamente queda recoger todo el material que queda de la última tienda y acabar de vaciar y empaquetar, porque del futuro aún es pronto para hablar", ha señalado Nácher sin tiempo apenas para atender a este diario por el ajetreo del cierre.
Hablar de los Nácher es hablar de una nuevo arte, la fotografía, que nació en el siglo XIX, un centenar de años antes de que abriera sus puertas el laboratorio familiar.
HISTORIA DE LA FOTOGRAFÍA
En su "Historia de la Fotografía en España", Emilio Luis Lara, ha apuntado como la paternidad del invento fotográfico se atribuye por igual a Nicephore Niépce y Louis Jacques Mandé Daguerre. Nièpce,
en 1826, obtuvo la primera fotografía, pero el autoretrato de Daguerre, en 1837, y una excelente campaña publicitaria francesa le permitió finalmente pasar a la posteridad. El primer daguerrotipo en España tuvo que esperar a 1839 y fue tomado en Barcelona. Y en Valencia la Wiquipedia describe la primera imagen como una toma de las obras de la carretera que une a la ciudad con Madrid.
Pero habrán de pasar varias décadas hasta llegar a esos 20 últimos años del siglo XIX (entre 1880 y 1900) para hablar de la definitiva popularización entre el público, "que se contemplaba en retratos y, al mismo tiempo, poseía imágenes de sus poblaciones y de otras ciudades españolas o extranjeras, generándose una especie de conocimiento del mundo", ha descrito Lara.
Entrado el siglo XX, en 1922, Pascual y Jose Nácher deciden apostar por este novedoso sector, después de comprobar que no había dejado de crecer el número de aficcionados y profesionales. Así fue como abrieron su laboratorio de revelado fotográfico en la plaza Nápoles y Sicilia.
"Mi abuelo Pascual comenzó a ser conocido en Valencia por sus grandes ampliaciones, que ocupaban patios antiguos de Valencia", ha recordado Nácher. Y poco a poco se fueron introduciendo en la fotografía. Después, en 1946 abrieron la primera tienda en la Calle del Mar, número 6, un local dedicado al revelado fotográfico y también con servicio de papelería. 
Como cuentan en su web "poco a poco se fueron introduciendo cámaras y material químico hasta llenar las estanterías de aparatos cada vez más completos".
En la década de los 80 el negocio no paraba de prosperar y abrieron dos nuevas tiendas en las calles San Vicente y Ruzafa. Y por último en los 90 abrieron el que sería su cuarto local, ubicado en la calle de la Vall d'Uixò.
Fue su momento cumbre, en el que llegaron a trabajar en la empresa entre 20 y 30 personas, según Alfonso Nácher. Pero algo estaba comenzando a cambiar a finales del siglo XX y principios del XXI.
"MÁS FOTOS, PERO NADIE REVELA NADA"
"En 1996 padecimos nuestra primera gran crisis con la revolución digital", ha explicado Nácher. El peritaje y las aseguradoras, grandes clientes de la empresa, comenzaron a no revelar sus fotos en papel. Y el colofón llegó con el desembarco masivo de los móviles inteligentes con sus cámaras, los cuales sepultaron definitivamente el revelado. "Los smartphones han hecho mucho daño", ha denunciado Nácher. Hasta ese momento el libro digital era una salida, pero ahora "la gente hace muchísimas fotos, más fotos que nunca, pero nadie revela nada".
El futuro no está escrito, aunque de momento para la familia Nácher no pasa por la fotografía. Pero Alfonso Nácher no descarta reinventarse a la larga dentro del sector.
