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Siliken negocia a contrarreloj un crédito de 130 millones para evitar el concurso de acreedores

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VALENCIA. La compañía de energía solar fotovoltaica Siliken afronta la renta final de la refinanciación de un crédito de 130 millones de euros con diversas entidades financieras para evitar la declaración de concurso de acreedores el próximo viernes. Fuentes conocedoras de la operación reconocen que la negociación está siendo complicada y no se descarta que termine con la suspensión de pagos por parte de la compañía.

Para evitar llegar a esta situación, el pasado mes de septiembre, la empresa controlada por el grupo Zriser, propiedad de Pablo Serratosa, anunció la concentración de toda su producción de módulos en sus fábricas en España, después de que la compañía emprendiera un plan de reestructuración a principios de año.

En este redimensionamiento se optó por el cierre de las plantas de Casas Ibáñez (Albacete) y Ontario (Canadá), y la ejecución de un expediente de regulación de empleo (ERE) en sus fábricas de Rafelbuñol (Valencia) y Chisoda-Timis (Rumanía), que se empieza a ejecutar este miércoles, y el cese de la actividad en Tijuana (México), centrándose la empresa en las labores de comercialización de producto en stock.

CRISIS Y CAMBIO DE REGULACIÓN

El presidente del grupo, Carlos Navarro, ya reconoció con la presentación de las medidas de ajuste que las líneas manufactureras que mantenía hasta ahora "no eran viables económicamente" tras el descenso de la demanda fruto de la crisis y de los cambios de regulación que han retirado la mayor parte de las ayudas públicas al sector.

En todo caso, a finales de año se aplicará una intensa revisión del resto de actividades para ganar en eficiencia y competitividad, "asegurando el cumplimiento de los niveles de servicio con el cliente, así como la calidad de nuestro producto", remachó Navarro.

El pasado mes de junio, la empresa ya firmó un primer acuerdo de refinanciación por 111,4 millones de euros en el que intervinieron Bankia, Banesto y Catalunya Bank como entidades directoras y estructuradoras del nuevo estatus de financiación y que contó con el apoyo de 12 bancos nacionales e internacionales.

REFINANCIACIÓN EN DOS TRAMOS

La refinanciación de esta deuda se planteó en dos tramos. El primero de ellos, destinado a la financiación estructural, significó la renegociación de un préstamo sindicado, así como de un conjunto de préstamos bilaterales por un importe de 41,9 millones de euros. Este tramo se refinanció a una duración entre cinco y siete años, considerando las amortizaciones.

Por su parte, el tramo B se concretó con la novación modificativa de instrumentos de financiación circulante por importe de 69,5 millones de euros. El plazo establecido para este segundo tramo fue de cinco años y cuenta con un esquema de renovaciones tácitas sujetas al cumplimiento de 'convenants' financieros.

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