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POR UN EURO Y CON UN INESPERADO ESQUEMA DE PROTECCIÓN CONTRA PÉRDIDAS A DIEZ AÑOS

Y Fainé salvó al Banco de Valencia

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VALENCIA. "Hay que actuar con rapidez y decisión, sin que el análisis nos conduzca a la parálisis". Con esa máxima de Isidre Fainé entró La Caixa en el proceso de venta de Banco de Valencia en el que nadie le esperaba. Las quinielas, cuando no el escepticismo absoluto sobre el resultado de la subasta, apuntaron siempre a otros. Pero fue la caja catalana la que ganó la puja por un banco que no pocos dieron por desahuciado, candidato incluso a ser el cabeza de turco del sistema financiero español: si hay que liquidar alguna entidad, que sea el Banco de Valencia, decían.

Cómo llegó La Caixa a una subasta en la que, aparentemente, no estaba interesada está aún por explicar. Seguro que en la decisión del equipo de Fainé pesaron varios argumentos. Que el Gobierno haya querido evitar a toda costa que ninguno de los bancos españoles intervenidos y nacionalizados quiebre y acabe liquidado, es una de ellas. Y para conseguir ese objetivo, los bancos sanos, los grandes están llamados a jugar un papel esencial.

En el caso concreto de Banco de Valencia, la situación era extremadamente delicada. Pese a los esfuerzos que había realizado el equipo del FROB en la entidad, dirigido por José Antonio Iturriaga, para tratar de hacer atractivo el banco para los compradores, la viabilidad del banco pasaba nesariamente ya no solo por las ayudas públicas que recibirá, 4.500 millones, sino también por encontrar un socio solvente. Y hacerlo incluso antes de que la Comsión Europea dictase su sentencia sobre los planes de recapitalización de las cuatro entidades que están en manos del Estado: Banco de Valencia, Catalunya Caixa, NovaCaixaGalicia y Bankia.

Había, por tanto que llegar a este miércoles con el futuro del Banco de Valencia decidido y evitar cualquier riesgo, cualquier tentación de Bruselas de cumplir la amenaza que hace algunos meses lanzó el comisario Joaquín Almunia: "Una de las cuatro será liquidada". Una crisis: rapidez y decisión, que los análisis no conduzcan a la parálisis. Eso hizo La Caixa, que se lanzó de lleno a una operación, tal y como adelantó ValenciaPlaza.com la semana pasada en exclusiva. Desplegó su equipo de auditores en la sede de Banco de Valencia, realizó una due diligence y preparó una oferta. Y ganó.

UN COMPRA 'PROTEGIDA'

Las condiciones en las que CaixaBank, que será realmente quien se quede la entidad, comprará el Banco de Valencia demuestran, sin embargo, que en la colocación de los bancos nacionalizados el FROB va a tener que ponerselo fácil a los compradores. El saneamiento del capital lo realizará el Estado, inyectando 4.500 millones de euro antes de la venta, momento en el que se enjuguen las pérdidas acumuladas por la entidad valenciana y los aún accionistas históricos pierdan toda su participación. "Previamente a la recapitalización, los accionistas actuales soportarán las pérdidas en las que haya incurrido la entidad", apuntaron desde el FROB, lo que indica que habrá una operación acordeón que dejará el valor del banco a cero.

Igualmente, se procederá a traspasar los activos tóxicos al banco malo, lo que en el mundo financiero se considera un modelo alternativo a los esquemas de protección de activos (EPA) de los que han disfrutado Sabadell y BBVA en la compra de CAM y Unnim. Pero además, y es lo que causó más sorpresa en el mundo económico, también tendrá un EPA que protegerá durante los próximos años las pérdidas por deterioro de aquellos activos que no se hayan podido pasar a la Sareb, por ser de un importe menor a los 100.000 euros o porque no tienen respaldo inmobiliario. Un 72% de ese deterioro será cubierto por el Estado. Fuentes del Banco de España señalan a ValenciaPlaza.com que esta EPA no comprometerá una gran cantidad de fondos.

Con estas condiciones, mejores de las que se podían esperar los compradores, Banco de Valencia puede ser un buen negocio. Para La Caixa supondrá un salto cualitativo de su cuota de mercado en el territorio natural del Banco, doblándola hasta el 15% en depósitos en la provincia de Valencia, lo que la convierte en un nuevo actor de relevancia en el panorama financiero valenciano.  

EL FUTURO DE LA MARCA BANCO DE VALENCIA

Lo que aún falta por desvelar es qué estrategia aplicará Isidre Fainé en su nuevo banco. La petición de los empresarios de que se mantenga una cierta independencia y la supervivencia de la propia marca de la entidad se encuentra en el aire. Algunas fuentes apuntan a que La Caixa podría estar meditando esta opción, no aplicada en anteriores absorciones, como la de Banca Cívica o Bankpyme, incorporadas a CaixaBank y borrados sus nombres de sus sucursales.

Habrá que esperar hasta que Fainé desvele de qué forma La Caixa quiere gestionar su filial Banco de Valen cia. 

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