Valencia Plaza

EL CALLEJERO

El gallego, un hombre de fútbol que vive con seis teléfonos

  • Foto: KIKE TABERNER

El Camp L'Horta es fruto de la generosidad de varios hombres de Castellar que se juntaron en 1987 para darle una cancha al equipo de fútbol del pueblo, una pedanía de València que hay a un paso de la Albufera. El campo, 36 años después, todavía sigue rodeado de huerta y la gente pasea por los caminos que hay entre los cultivos mientras los perros corretean y se desahogan donde quieren. La tarde es tranquila allí dentro. El sol cae por detrás de una de las porterías, la más cercana a la autovía, y llegará un momento, la 'golden hour' lo llaman, que todo se volverá dorado. Diego se retrasa y, mientras, pasan varios equipos que entrenan allí. Unos pocos padres, ociosos, esperan en la terraza del bar delante de una taza de café vacía. El tiempo se estira desesperadamente en Camp L'Horta. Un entrenador con muchos aires habla por teléfono, a voces, en mitad del campo mientras juegan sus chicos. "¿Sabes qué te digo? Que como no escuchas, te voy a colgar. ¡A tomar por culo!".

Ese equipo se marcha y llegan dos más.

Diego sigue sin aparecer.

El hombre que lleva el bar, algo apurado al ver esperar a los primeros periodistas que han debido pasar por allí desde 1987, dice que Diego está al caer. No queda otra que mirar a unos chavales de catorce o quince años chutar desde el borde del área con más pose que acierto. En una banda lleva toda la tarde un hombre de mediana edad que no se ha movido de allí. No habla con nadie. Sólo ve entrenar a los chicos. ¿No será Diego? No, no es Diego.

Diego llega una hora después. Aparece por la puerta del bar con unos pantalones cortos y las manos metidas en los bolsillos de una chaqueta de chándal que le estrangula el torso. "A ver cómo lo haces para no sacarme mal, que me he puesto gordo", bromea con el fotógrafo para romper el silencio que se ha creado mientras la gente, feliz por haber encontrado un estímulo, le observa, entre curiosa y divertida, cómo se coloca sin naturalidad delante de la cámara.

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