VALÈNCIA. El juzgado de Primera Instancia número 18 de Valencia ha admitido a trámite una demanda interpuesta contra Toyota por los familiares de un hombre fallecido en accidente de tráfico en 2018 debido a un airbag defectuoso. Así, ha determinado que se celebre un juicio ordinario por los daños derivados de lo ocurrido. En concreto, la reclamación es de alrededor de 427.000 euros. 

La demanda, presentada por los abogados Ignacio Montoro y Borja García, ha sido acompañada de un análisis pericial realizado por un ingeniero industrial, un médico especialista en medicina forense y la agencia de investigación privada Distrito 46. Sus respectivos informes concluyen que la compañía tuvo responsabilidad por la falta de activación de los airbags del vehículo el día del accidente, así como la relación de causalidad entre el fallecimiento y este defecto.

Los hechos ocurrieron hace más de tres años, cuando el hombre circulaba por la N-330 sentido Alicante para acudir a su puesto de trabajo habitual como médico de atención primaria en un centro de salud. Se produjo un impacto del vehículo a consecuencia del cual murió y, en la comprobación de lo sucedido, lo primero que llamó la atención de la Guardia Civil es que los airbags no se habían activado pese a la gravedad del impacto y de los daños del turismo. 

Los familiares acudieron entonces a un gabinete pericial de València, que determinó que era evidente que no habían saltado estos elementos de seguridad, ni los frontales ni los laterales, pese a que no habían sido desconectados. 

Según los demandantes, se trató de alcanzar un "acuerdo amistoso" con Toyota. Pero ante su "imposibilidad" acudieron a la vía judicial. Los peritos destacan en sus informes que esta situación con los airbags de la compañía no es aislada, ya que tuvo que llamar a revisión a millones de vehículos en todo el mundo por los airbag defectuosos. 

Pese a ello, indican, ni el fallecido ni su familia recibieron ninguna alerta por parte de la marca para cambiar o revisar los elementos de seguridad, algo que tampoco se les advirtió cuando pasaron las diversas revisiones en el concesionario.