VALÈNCIA. La anécdota la cuenta el concejal de Urbanismo, Comercio y Mercados de Xirivella, Michel Montaner. Una vecina llamada Hortensia Martínez por la mañana come en Xirivella y por la noche se acuesta en València. Su casa se construyó sobre la acequia que partía los dos términos y se encuentra seccionada administrativamente; un lado pertenece a una ciudad y el otro a la otra. Nos hallamos en la calle Joan Batista Comes de Xirivella. O lo que es lo mismo, la calle Alessandro Volta de València. Para estar en una u otra sólo basta con cambiar de acera; en el caso de Hortensia, basta con pasar a otra habitación. La existencia de vías compartidas no es tan extraño. Sucede también al otro lado de la avenida del Cid con Mislata. Lo sorprendente es la unidad estética, que hace que sea prácticamente imposible distinguir la frontera. Que no exista. La rigidez burocrática se vuelve ridícula y obtusa a pie de calle.
Valencia Plaza
La vida en la frontera de La Llum, o de cómo Xirivella resucitó el barrio olvidado por València

- Un avión pasa por encima de una del límite del barrio de La Llum Foto: KIKE TABERNER
Últimas Noticias
-
1Edad avanzada del profesorado y escasez de docentes, retos de la educación valenciana
-
2Sumar se opone "frontalmente" a retrasar el cierre de nucleares
-
3La Comisión Europea ve inaceptables los aranceles y avisa de que todas opciones están sobre la mesa
-
4Hacienda defiende la inspección de la 'Ley Beckham' ante las acusaciones de "carteristas"
-
5Consumo pondrá fin a la renovación automática de las suscripciones a aplicaciones

Suscríbete nuestro newsletter
Siempre al día de las últimas noticias