MADRID (EFE). El Congreso de los Diputados ha concluido este jueves el trámite en las Cortes de la nueva Ley de Prevención de las Pérdidas y del Desperdicio Alimentario, que ya puede publicarse y entrar en vigor.
El Pleno del Congreso ha terminado la tramitación parlamentaria de la ley, con una votación que también saca adelante la modificación de la normativa de la representatividad agraria y otra enmienda para reclamar la desprotección del lobo en el caso de las poblaciones de la zona norte del Duero.
Los diputados han examinado en segunda lectura la Ley y se han pronunciado sobre las enmiendas del Senado: el voto del lobo va en la línea de la Cámara Alta -una enmienda promovida por el PP- pero el cambio de la representatividad agraria mantiene la primera lectura del Congreso y rechaza el dictamen del Senado (que quería suprimirlo).
En el caso de la representatitividad agraria, el PP ha apoyado este jueves su eliminación de este debate, Vox se ha abstenido y el resto de los grupos han respaldado que salga adelante la modificación, que en la práctica supone reconocer a Unión de Uniones al nivel de las otras tres organizaciones agrarias (Asaja, COAG y UPA).
Con este voto, termina la tramitación en las Cortes Generales y, una vez publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) puede entrar en vigor la Ley, que el Gobierno presentó por primera vez la pasada legislatura y cuyo avance se vio truncado por las elecciones generales de 2023.
Posiciones
La bronca institucional (entre el Congreso y el Senado) y la conversión de la ley en un debate ómnibus han ganado protagonismo a la propia legislación sobre desperdicio, uno de los retos del Gobierno en materia alimentaria.
Un debate con posiciones variopintas, a la hora de valorar la norma del desperdicio, al lobo, la representación agraria o a las enmiendas del Senado no votadas.
El resultado es "un disparate y una prevaricación", a juicio de Milagros Marcos (PP), quien ha criticado la "manipulación de las instituciones" y de incluir "por la puerta de atrás" normativas, además de lamentar que no salieran adelante sus enmiendas sobre el IVA.
Patricia Otero (PSOE) ha lamentado que a los grupos críticos "no les importe una buena ley como la del desperdicio" ni la valentía del Gobierno.
Tomás Fernández Ríos (Vox) ha añadido que el sector primario "pagará esta ley".
Teresa Jordá (ERC), Isidre Gavín (JuntsxCat) y Mikel Otero (Bildu) han valorado la modificación de la representatividad agraria; los catalanes no obstante, habían pedido aplazar la votación de este jueves por la decisión de la Mesa de no votar sus enmiendas sobre los purines.
Joseba Agirretxea (PNV), presidente de la Comisión de Agricultura del Congreso, ha dicho que la Ley del Desperdicio es "necesaria" pero se ha convertido en un "ómnibus", "un desastre" de tramitación, con un cielo "lleno de pecadores" incluyendo también al PSOE; el grupo vasco ha apoyado al Senado solo en las enmiendas del lobo.
Para Aida Micó (Sumar), es un "gran día" por la representatividad agraria y la ley contra el desperdicio; Marina Velarde (Podemos) ha hablado del "espectáculo bochornoso" de la derecha por el lobo.
La ley
La ley tiene como objetivo prevenir y reducir las pérdidas y el desperdicio por todos los agentes de la cadena alimentaria y promover la economía circular,
Dirige el foco a la producción, a la venta minorista, en restaurantes y servicios de comidas, así como en los hogares.
El fin es rebajar un 50 % los residuos de alimentos per cápita en la venta minorista y del consumo, y del 20 por ciento "de las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro para 2030".
Para ello, establece una "jerarquía de prioridades de actuación": en primer lugar la prevención mediante la donación de alimentos o su transformación; y en segundo lugar se procederá al reciclado para compost.
Por otro lado, fija como "buenas prácticas" de estos agentes "disponer de infraestructuras adecuadas" para que se minimicen las pérdidas, incentivar la venta de productos con fecha de consumo preferente o de caducidad próxima y promover el consumo de los productos de temporada y proximidad.
También la divulgación relativa a una mejor planificación de los menús, la cocina de reaprovechamiento, la correcta interpretación de las fechas de caducidad y de consumo preferente.