MADIRD (EP). El fiscal Julián Salto, que investigó a Alberto González Amador -el novio de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso-- en la causa por delitos fiscales, ha sostenido que la orden de sus superiores para que informara de este asunto fue "legal", aunque ha admitido que no le pareció que el caso tuviera "enjundia" porque era "un fraude más".
Así se ha manifestado en su declaración como testigo durante el juicio que ha comenzado este lunes en el Tribunal Supremo (TS) contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por la presunta filtración a la Cadena SER la noche del 13 de marzo de 2024 de un correo electrónico enviado el 2 de febrero de ese año por la defensa de González Amador a la Fiscalía para buscar un pacto con el que eludiera la cárcel.
Salto se ha mostrado seguro de que fue "una orden legal", por cuanto se trataba de un asunto de relevancia mediática, si bien ha admitido que, al principio, el 7 de marzo, cuando por primera vez sus superiores le pidieron que les informara, enviando una serie de documentación sobre la causa contra González Amador, no le pareció "un asunto de mucha enjundia" porque "parecía un fraude fiscal más".
De hecho, ha detallado que al día siguiente, se dirigió a su jefa en la Fiscalía de Delitos Económicos de Madrid, Virna Alonso, preguntando "a qué viene ese interés". Entonces, le explicaron que el administrador de la empresa investigada tenía "una relación sentimental" con Díaz Ayuso. "Yo lo desconocía", ha contestado.
Interrogado directamente sobre si le dieron instrucciones para no llegar al acuerdo que estaba ofreciendo la defensa de González Amador, ha respondido tajante: "Nadie me ha dado una indicación de que no se pudiese llegar a una conformidad".
Sobre las informaciones que se publicaron la noche del 13 de marzo en ese sentido, ha dicho que "no solo es mentira", sino que "es una campaña de desinformación de 20 meses".
Además, ha querido precisar que nunca ha tomado la iniciativa de pactar: "En ningún asunto, en mis 20 años de carrera profesional, he escrito o me he puesto en contacto con la defensa de ningún investigado para ofrecer una conformidad". "No es mi obligación ni mi deber", ha zanjado.
Con la misma contundencia, se ha quejado de que sus conversaciones por correo electrónico con Carlos Neira, abogado de González Amador en la causa por fraude fiscal, estuvieran en manos de Miguel Ángel Rodríguez, el jefe de gabinete de Díaz Ayuso: "Yo pensaba (...) que eran únicamente privados".
"El fiscal general no puede esperar"
Asimismo, ha puesto de manifiesto que la primera persona que le llamó para preguntarle sobre las negociaciones de conformidad fue, sobre las 21:26 del 13 de marzo, la jefa de la Fiscalía Superior de Madrid, Almudena Lastra. "Le digo que estoy en un evento deportivo, y que si se puede posponer, porque entre el ruido y las circunstancias...", ha descrito. Esa noche estaba disfrutando del partido de Champions del Atleti contra el Inter de Milán en el Estadio Metropolitano.
"Ella lo entiende y dice que a la mañana siguiente", ha dicho respecto a Lastra. Pero como diez minutos después, le contactó la jefa de la Fiscalía Provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, que primero le dijo que podía esperar a que terminara el partido, pero que después le volvió a llamar: "Tiene que ser ahora porque el fiscal general no puede esperar".
Durante el interrogatorio, Salto ha precisado que Rodríguez le avisó de que se había publicado la información de 'El Mundo' en la que se decía que era Fiscalía quien había ofrecido el pacto a González Amador. Según ha narrado, en ese momento, la jefa de la Fiscalía Provincial de Madrid le preguntó: "¿A qué nos hemos comprometido?". Salto ha asegurado este lunes que le aclaró a Rodríguez que no se había comprometido a nada.
Fue entonces cuando Rodríguez le pidió que le reenviara la cadena completa de 'emails' que se había intercambiado con Neira. Se la mandó a ambas al filo de las 22:00: "Para evitar que me vuelvan a llamar por la noche porque estoy en un evento deportivo que estoy intentando disfrutar". Tras ello, volvió a llamar a Lastra por teléfono para quejarse de que sus dos superiores le estaban dando órdenes contradictorias.
Las acusaciones han querido saber si alguna vez se ha visto obligado a tener que cumplir con la dación de cuentas "a tales horas de la noche". No,"única ocasión", ha admitido.
Preguntado sobre si consideraba que los correos que trasladó a Rodríguez encajaban en una dación de cuentas, ha constestado: "Sí, sin ninguna duda". En este punto, ha recalcado que "por la premura" no llegó a poner en el correo que daba traslado del asunto en cumplimiento del artículo 25 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, pero que entendía que respondía a su obligación de informar a sus superiores.
Desconoce cuántas personas tuvieron acceso al correo de Neira
En el marco de su declaración, Salto ha asegurado que desconoce cuántas personas en Fiscalía pudieron tener acceso al correo que Neira envió el 2 de febrero, en el que se ofrecía a reconocer dos delitos fiscales a cambio de un pacto para evitar la prisión. Preguntado sobre si sabe si el abogado envió a la Abogacía del Estado dicho correo, ha señalado que no tiene constancia de ello.
Con todo, ha manifestado que Neira envió el correo del 2 de febrero a la cuenta genérica del departamento de delitos económicos de la Fiscalía de Madrid y que luego se lo rebotaron a él. Preguntado sobre si sabía si dicho 'email' se mantuvo en el buzón o se borró, ha contestado que lo desconoce.
Sobre las conversaciones para alcanzar un pacto, Salto ha manifestado que el hecho de que el abogado de González Amador quisiera llegar a un acuerdo con Fiscalía no le suponía a él ningún compromiso. "A mí no me vincula nada (...) A mí no me vincula porque no puedo llegar a un acuerdo en ese momento", ha precisado.
Según ha explicado, en la causa relativa a González Amador había varios "inconvenientes para llegar a una conformidad": ni era el "momento oportuno", ni cumplía con los requisitos fijados por la ley, ni tenía comprobado de que hubiese aportado el dinero defraudado.
Y además, ha puntualizado, había "otras personas denunciadas" como presuntos colaboradores, lo que también era un inconveniente para un pacto . No obstante, ha recalcado que "en ningún momento" le trasladó a Neira que no había posibilidad de llegar a un acuerdo de conformidad.
Preguntado sobre el intercambio de correos y de documentos que mantuvo con Neira, ha explicado que es la forma habitual de actuar con las defensas, "confiando en que las comunicaciones eran reservadas".
Durante el interrogatorio, la acusación particular que ejerce González Amador ha puesto el foco en la reunión que Salto mantuvo con Lastra y Rodríguez en el TSJ de Madrid el 12 de marzo, a raíz del proyecto Madrid Digital, en la que se habría abordado la publicación del eldiario.es sobre la denuncia contra el novio de Díaz Ayuso.
El testigo ha reconocido que participó en dicho encuentro y, aunque ha recalcado que el objeto de la reunión no era el caso de González Amador, ha señalado que sí se comentó el estado de la investigación fiscal y que se habló de la posibilidad de llegar a un acuerdo de conformidad que conllevaría reconocer los hechos y pagar una multa para evitar el ingreso en prisión.