VALÈNCIA. En las últimas dos décadas, el gasto privado en salud por parte de los hogares españoles ha experimentado un notable incremento, alcanzando en 2022 los 33.606 millones de euros, lo que representa un aumento del 50% desde 2003. Según el informe Esenciales Fundación BBVA-Ivie Salud 2/2025, este crecimiento ha llevado a que el gasto privado represente actualmente el 25,9% del gasto sanitario total en España, en un contexto donde el sistema público sigue siendo mayoritario, financiando tres de cada cuatro euros invertidos en sanidad.
Este crecimiento del gasto privado ha sido constante, a diferencia del gasto público, que sufrió oscilaciones significativas debido a la crisis financiera de 2008 y a las medidas de ajuste presupuestario adoptadas por las comunidades autónomas a partir de 2010. La pandemia de la covid-19 marcó un punto de inflexión en ambos tipos de gasto, provocando un aumento significativo del gasto público sanitario, pero también una recuperación rápida del gasto privado desde 2021.
En 2023, el gasto medio en salud por persona fue de 631 euros, según la Encuesta de Presupuestos Familiares (INE). La mitad de ese gasto se destinó a seguros privados de salud y a la compra de aparatos terapéuticos como gafas y audífonos, mientras que la otra mitad se distribuyó entre productos farmacéuticos, servicios dentales, médicos y hospitalarios, y servicios auxiliares como psicología o fisioterapia.
Este patrón de consumo ha cambiado en los últimos años. Por ejemplo, los seguros privados han pasado de representar el 15,8% del gasto familiar en salud en 2010 a un 20,7% en 2023. En contraste, el gasto en servicios dentales ha disminuido su peso relativo (del 17,8% al 14%), al igual que el gasto en atención médica y hospitalaria directa.
La desigualdad en el acceso a la salud también se ha hecho más patente. En 2023, las personas en hogares con mayores ingresos gastaron en salud una media de 938 euros, frente a los 265 euros de quienes vivían en hogares con menores ingresos. Las diferencias son especialmente notables en servicios no cubiertos por el SNS: los hogares con más recursos gastan 8 veces más en atención médica y hospitalaria privada, y 5 veces más en seguros de salud.
Esta desigualdad se debe en parte a que el SNS no cubre plenamente ciertas prestaciones como salud bucodental, rehabilitación, fisioterapia u optometría, obligando a las familias a costearlas de su bolsillo. El informe propone como solución incluir estos servicios en la cartera básica del SNS y facilitar el acceso mediante bonos sanitarios o prestación pública directa, basándose en experiencias piloto ya puestas en marcha por algunas comunidades autónomas.