Opinión

Añorando a las cajas de ahorro valencianas

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VALENCIA. Creo que hemos de ser muy críticos con el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), en el tema de las Cajas de Ahorro. A algunos -a más de uno- nos parecía que tenía un plan preestablecido para forzar fusiones interregionales de éstas. El plan consistiría en bajar la guardia en la tarea de la supervisión -la única que le queda de enjundia al Banco de España- y, dada la tentación del pastel inmobiliario, esperar al acecho para, cuando la concentración de riesgos debilitara las entidades, hacerlas carne de cañón para ser intervenidas. Además, quería impedir que las CCAA tuvieran vela en el entierro, por su concepción tan jacobina de España.

No quería de ninguna manera cajas "regionales", con el señuelo de que, con cajas más grandes -obviamente interregionales-, los males serían menores. Como si una suma de cajas mal gestionadas solucionase los males de la mala gestión y no fuese sencillamente una mala gestión de mayor tamaño y de mayores peligros sistémicos. Creo que en MAFO había, hay, mucha ideología, demasiada.

A pesar de los pesares, no conviene hacer de MAFO un chivo expiatorio de los males que acaecían a nuestras instituciones financieras. Es decir, no escurramos el bulto y seamos contundente y claros: Los primeros responsables de todo el desaguisado de las cajas valencianas son los propios gestores de las mismas y sus superiores jerárquicos de los Consejos de Administración puestos por el partido político con plenos poderes en la Comunitat Valenciana: el PP.

Que este partido se lleve a andana ahora, a toro pasado, apoyando incluso la constitución de una comisión de investigación en las Corts me parece un sarcasmo. Sin quitar responsabilidad a los pocos representantes de otros partidos y de las entidades fundadoras que parecen que no se enteraron o que no se quisieron enterar de lo que pasaba.

Porque me permito subrayar que, en todo caso, tanto el gobierno valenciano -más bien, el desgobierno de la Generalitat gurteliana, quiero decir de un gobierno más pendiente de los juzgados que de la crisis- como, principalmente, los gestores de Bancaixa y la CAM se lo han puesto muy fácil a MAFO en sus supuestos maquiavélicos planes. Aunque se haga difícil saber hasta qué punto los supervisores delegados del Banco de España en las dos cajas conocían las entretelas de su pésima gestión de riesgos, la información que trasladaban estas entidades hacia el exterior era -se ha visto a posteriori- una auténtica sarta de mentiras y enredos.

El final de todo ha sido la pérdida de instituciones financieras propias, con la pérdida asociada del "efecto sede" y las consiguientes pérdidas de las economías de proximidad tan preciadas en un entorno económico poblado de pymes, pérdidas en la visiones valencianas geoestratégicas -por ejemplo, en el apoyo de infraestructuras- y pérdidas del mejor capital humano que teníamos en el mundo financiero, de expertos propios valencianos en ese ámbito, tan decisivo en los nuevos escenarios mundiales de globalización.

Por lo tanto discrepo de mi colega Joaquín Maudos que en una entrevista publicada por este diario, le quita importancia al hecho de la desaparición de las cajas valencianas. Él dice que no añora tener un sector bancario valenciano ya que lo que importa es tener entidades que traten bien a la economía valenciana, sean valencianas o no lo sean. Yo sí que las añoro por lo que acabo de señalar.

Continua diciendo mi colega -por cierto, con el que he tenido el gusto de debatir el tema en otros momentos: "De nada nos serviría tener una gran caja valenciana si no fuera solvente y no pudiera por tanto dar créditos en buenas condiciones a las empresas valencianas. Viendo donde está la CAM (intervenida y a la espera de una subasta que se retrasa), hubiera sido un error una fusión con Bancaja para seguir teniendo una gran caja valenciana. Y en el terreno social, si estamos hablando de la obra social, la cuantía que llegue a los valencianos será reducida ya que dependerá de la rentabilidad del grupo bancario (que será reducida en los próximos años). Y en el caso de la CAM, habrá que esperar a que el FROB valore su patrimonio neto".

La pregunta que le hago al profesor Maudos es: "La fusión de hecho de Bancaixa con Caja Madrid, una de las cajas con más problemas de concentración de riesgos, ¿mejoraba la de CAM-Bancaixa? Lo dudo. En lo que sí que estoy de acuerdo es que el principal problema, en todo caso, reside en la gestión, como apuntábamos más arriba.

Las otras preguntas que quedan en el aire, después de todo lo que ha pasado, son: Además de a los tribunales de justicia, ¿a quién responden ahora los consejeros elegidos por las Corts o los ayuntamientos valencianos (y murcianos), abrumadoramente en manos del PP? ¿Dónde está el Institut Valencià de Finances y su cuota de responsabilidad? Pero la más importante es, ¿dará explicaciones el gobierno valenciano de esta catástrofe histórica para la economía y la sociedad valenciana? Hasta ahora, la respuesta ha sido: No sabe no contesta. El desgobierno valenciano clama al cielo.
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Vicent Soler es catedrático de Economía Aplicada de la Universitat de València

 

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