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POR FAVOR, PERDÓN Y GRACIAS

El PP y las mamografías

Publicado: 22/10/2025 ·06:00
Actualizado: 22/10/2025 · 06:00
  • El presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón.
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¿Qué te parece un 3%, mucho o poco? Si hubiese respondido a esa pregunta hace 18 meses hubiera dicho sin dudarlo que poco, muy poco. Si fueras a las rebajas y te hicieran un descuento del 3% dirías que vaya rebajas más pobres, ¿no? Y cuando escuchas aquello de que sólo un 3% de las mujeres menores de 35 años padecen cáncer de mama pues piensas que a ti no te va a tocar, ¡ya sería mala suerte!

Pues la realidad es que un 3% es mucho y más cuando esa probabilidad va en aumento año tras año. Según la Sociedad Española de Oncología Médica, el SEOM, sólo (¿sólo?) el 25% de los casos de cáncer de mama en España se da en la franja de edad entre 0 y 49 años. Con lo cual, el 75% de los cánceres de mama se detectan en mujeres mayores de 49. Esas cifras son las que han hecho que los cribados se hagan en edades tempranas (a partir de los 45 años) para poder prevenir a tiempo.

Y es que entre ser estadio I o II y ser el III pues hay una gran diferencia entre la agresividad de los tipos de tratamiento, la invasión quirúrgica sobre la mama o el propio coste económico del tratamiento para la sanidad pública. Ya no te cuento si comparamos con el estadio IV en el que la gran diferencia reside en si el tratamiento es curativo o paliativo. En si vivirás o tendrás una esperanza de vida inferior a los 5 años en el peor de los casos.

Todo esto son datos fríos en los que no solemos pensar hasta que nos diagnostican un cáncer. Seamos conscientes que somos una sociedad en la que impera el “para después”. Todo para más tarde, aunque nos juguemos la vida, literalmente.

Antes de sufrir el cáncer pensé muchas veces en cómo sería si me dijeran algún día que tenía una enfermedad como esta. Pensé mucho en eso durante el proceso en el que mi pecho se hizo cada vez más grande, cada vez más duro, con protuberanias perfectamente palpables. Son quistes como otras tantas veces, me dije a mí misma. Pero sabía que no, que no era como esas otras veces. Y di la voz de alarma y empezaron las pruebas. Y el tiempo que pasa entre una y otra, el silencio de la doctora mientras te realiza la prueba, la solicitud de dos biopsias urgentes, la espera de escasos ocho días para los resultados fueron lo más duro de todo el proceso. La incertidumbre, la espera, el no saber por mucho que lo intuyas. La espera mata. Mata si tarda mucho por el avance de la enfermedad y mata psicológicamente a la paciente que espera impaciente saber si su vida va a dar un giro de 180 grados.

Hoy pienso en la ciudadana Pepa Llorca, quien valientemente está denunciando la marcha atrás que ha sufrido el programa de cribado de cáncer en la Comunitat Valenciana. En mi compañera del ayuntamiento de València, Glòria Tello. En todas aquellas mujeres a las que el programa de cribado llamó mucho más tarde de lo previsto y que descubrieron que tenían cáncer. A ellas les ofrezco mi ventana, para que me cuenten bien a través de Facebook o Instagram sus casos.

Y no deja de sorprender la política poco responsable que está teniendo el PP hacia ellas. El president Carlos Mazón llegó a la presidencia de la Generalitat prometiendo centrarse en el cáncer. En su carrera hacia la Generalitat, realizó declaraciones y ruedas de prensa en las que intentó inocular el miedo en las mujeres sobre el sistema de cribado de los servicios públicos. En contraste, el anterior gobierno de izquierdas no solo tuvo que lidiar con el retraso en el programa de cribado causado por la maldita pandemia de Covid, sino que además anunció en Corts en octubre de 2022 que a partir del 1 de enero de 2023 se ampliaba a las mujeres de 74 años las pruebas de cribado.

Pues bien, más de dos años después de gobierno del señor Mazon la situación podemos asegurar que ha empeorado. Por primera vez, de acuerdo con el Comité Economico y Social, en 2024 se redujo el número de mamografías del programa de cribado, unas 12.000. ¿Y la explicación de la Generalitat? Excusas de mal pagador propias de una Generalitat que no pasaría en la vida un polígrafo.

Desde junio de este año, Compromís persigue los datos de Conselleria respecto al programa de cribado, información que no llega al parlamento valenciano como otras tantas relacionadas con el diagnóstico de imagen y que el Tribunal Superior de Justicia ha señalado que deben ser compartidas con la oposición. ¿Están desmantelando el servicio para, siniestramente, engordar las cuentas de las empresas privadas sanitarias? ¿O son simplemente unos inútiles que no entienden dónde están metiendo las manos? Lo cierto es que gobiernan como un niño que juega a pisar hormigas, creyéndose dioses.

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