Opinión

Caso Bankia: resulta que Mafo pasaba por allí

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MADRID. En su habitual línea de arrogancia, el exgobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez, salía de su voluntario ostracismo al que se sometió tras su precipitada salida de la entidad supervisora, obligado por el juez Andreu, para comparecer en la Audiencia Nacional durante tres horas y media y testificar en el conocido como caso Bankia.

Fiel a sus principios de no aceptar ningún tipo de responsabilidad, Fernandez Ordoñez, en clara contradicción a lo manifestado en julio del pasado año en el Congreso de los Diputados sobre que "sería contraproducente buscar chivos expiatorios", no tuvo inconveniente en repartir culpas a troche y moche, sin asumir ni una sola: al actual ministro de Economía, De Guindos -"su brusca intervención le hizo perder totalmente el control"-, al expresidente de Bankia, Rato -el Banco de España no confiaba en él, aunque le aprobó su plan de saneamiento- al exconsejero delegado de la entidad, Verdú -fue presidente de un banquito- y a la Comunidad Autónoma de Madrid por tener las competencias y jugar al perro del hortelano.

Olvidándose de sus seis años al frente del Banco de España, como si Fernandez Ordoñez pasara por allí (el Banco de España) y haciendo buena su reflexión de que "la autocrítica está bien vista en España, pero creo poco en ella", según él mismo dijo en julio de 2012, el exgobernador en ningún momento aceptó responsabilidad alguna en todo lo ocurrido en Bankia y en el sistema financiero español, aunque durante su mandato éste llegó a la situación más grave de su historia.

El hombre que junto a Solbes es señalado como responsable directo de la tardanza en reaccionar en la crisis económica, sigue creyendo que hasta finales de 2011 la confianza en España y en su sistema bancario se mantuvo en unos niveles relativos alejados de la amenaza del rescate. Durante su declaración en sede judicial, mantuvo como excusa de su falta de decisión el argumento de que un banco central no puede hacer tomar ciertas decisiones porque crearía un problema de confianza, aunque en su momento no tuvo inconveniente en pronunciar una frase que pasará a la historia de lo que nunca debe decir un responsable de un banco central y que le perseguirá el resto de su vida: "Cuando peor es una caja vale menos, y la CAM es lo peor de lo peor".

Fernandez Ordoñez, el gobernador más cuestionado de los 67 que han ocupado ese puesto, culminó su intervención en la Audiencia Nacional culpando directamente al actual ministro de Economía, De Guindos, de todos los males, acusándole de "brusca intervención", ante lo cual, él se desentendió porque no fue consultado y en un acto de responsabilidad, que él mismo se encargó de enfatizar, optó por el silencio y por adelantar su salida del edificio de la madrileña plaza de Cibeles.

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