VALENCIA. Mientras él quiera (Manuel Llorente) seguirá como presidente. Y si no quiere... también seguirá como presidente. Al menos hasta que llegue la fecha del relevo que no es inmediata ni está cercana en el tiempo. El mensaje que ha recibido Llorente de la Generalitat (que como todo el mundo ya sabe no pone ni quita presidentes en clubes de fútbol) es claro y contundente: pies quietos. Aquí no se mueve nadie ni nadie mete en más líos a Fabra y su gobierno si no lo aprueba el propio Fabra. Y si Llorente cediera a la presión pública y se marchara ahora mismo metería en un follón considerable a una Generalitat que tiene dos frentes gigantescos abiertos con el Valencia. El primero es obvio: el frente económico-financiero del que PlazaDeportiva.com está dando cumplida cuenta estos días. Y el segundo es el de 'reconstrucción' de los órganos de poder del club y más concretamente de la Fundación... máxima accionista de la mercantil hasta que se ejecute el aval del IVF y por tanto entre en escena el gobierno de Fabra.
PRIMERO TOCA 'PERGUEÑAR'
Dimitido Tachi Piles -aunque sin entrar todavía en vigor dicha dimisión... las cosas de palacio van despacio- tras anunciar la Fundación que él preside que ni puede hacer frente al pago de los intereses del crédito de Bankia ni tiene la más remota idea de como hacerlo es cuando de forma inmediata entra en escena la Generalitat y Bankia 'relaja' su posición de fuerza para permitir al equipo de Fabra que 'pergueñe' (palabra utilizada en su día por el 'telefónico' Rodrigo Rato) una solución viable para dicha deuda. Bankia aprieta pero no ahoga. Obviamente no es lo mismo que una Fundación desnortada, sin ideas y con unos estatutos que coartan sus posibilidades de financiación sea la deudora a que lo sea la Generalitat. Así pues, con Bankia más relajada por las garantías que le ofrece su nuevo acreedor, se abre un nuevo plazo de negociaciones que parece que tienen un rumbo claro y definido... pero que lleva su tiempo. 'Pergueñar' requiere tiempo.

DESPUÉS LA NOVA FUNDACIÓN
Bien, mientras se 'pergueña' la deuda, se abre un nuevo frente más social que económico que tiene como objetivo estabilizar y dar credibilidad a la máxima accionista de la mercantil. La Fundación está fundida y ahora -también sin prisa pero sin pausa... lo que requiere es tiempo y estabilidad, es decir que Llorente no se marche ahora no vaya a ser que el lío sea aún mayor-, auspiciado por la propia Generalitat se está 'pergueñando' una nueva fundación de consenso, apolítica o con patronos pertenecientes a diversos partidos políticos, con notables de la sociedad valenciana y con un margen de maniobra mucho mayor que el actual. ¿Inmediato? Pues miren, la idea sí que es inmediata y su ejecución está dando sus primeros pasos... pero todo lleva su tiempo. Ni en dos días (ni en dos meses) se puede llevar a la práctica este cambio. Existen plazos legales de obligado cumplimiento y plazos de negociación que jamás deben ni pueden ser prioritarios: la Generalitat tiene frentes mucho más urgentes que atender que el de dar solución a los males del Valencia Club de Fútbol.
DESPUÉS UNA JUNTA ¿EXTRAORDINARIA?
Seguimos... sin olvidarnos que estamos hablando de soluciones que deben cocinarse a fuego lento, sin prisas, y sin más obstáculos que los que le son propios, que ya son bastantes. En el caso hipotético de que Bankia y Generalitat logren tener embastado el asunto financiero y que una nueva Fundación plural y potente tome el relevo a la actual, es cuando podemos comenzar a pensar en un hipotético cambio en los órganos de gobierno de la propia mercantil. Pero no en el cambio del presidente (Llorente en este caso) sí en el cambio del consejo de administración pero y siempre y cuando la Fundación utilice su mayoría accionarial perpo ejecutar la permuta. Al presidente, recuerden, lo nombra el consejo de administración nombrado a su vez por los accionistas en una junta general o en una junta general extraordinarias si fuera menester y se cumplieran los requisitos mínimos para convocarla. Llorente es presidente no por el voto de los accionistas, sí por el voto de los consejeros de entonces.
PASITO A PASO
En resumen, Fabra no quiere que Llorente mueva un dedo hasta nueva orden. La importancia del futuro del Valencia no radica en el presidente actual, sí en la forma de gobernarlo con órganos coherentes y competentes. Fabra prioriza la negociación con Bankia y la formación de una Fundación con fundamento a cualquier otro movimiento. La marcha ahora de Llorente añadiría más leña al fuego... y eso no lo quiere nadie. ¿Las opciones de Fernando o Alfonso Rus (según publicó ValenciaPlaza.com)? A fecha de hoy cero al cuadrado. Si vienen con dinero ya sería otra cosa... pero no solo ellos. Si yo mismo me presento mañana con una solución financiera bajo al brazo yo sería el amo del calabozo. Mientras tanto (y siempre que algún milagro no lo impida) tenemos Llorente para rato. Así se lo han 'mandado'... incluso.