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TRIBUNA LIBRE

¡Era un castillo de naipes!

Publicado: 20/06/2025 ·11:02
Actualizado: 20/06/2025 · 11:02
  • Pedro Sánchez.
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El simple hecho de dedicar unas palabras a advertir que algunas decisiones podían ser inoportunas o que eran claramente equivocadas, ha venido quedado reducido a simple colaboración con la emisión de bulos, actividad propia de las posiciones de la ultraderecha y derecha del país. Toda crítica sólo tenía un fin: su descalificación. Las advertencias sobre las maniobras del Sr. Presidente destinadas a concentrar cada vez más poder sobre su mesa evitando, por ejemplo, las primarias a la hora de designar candidatos a la presidencia de las autonomías eran simplemente ignoradas; la duda no existía como forma de indagación. El golpe de la designación cubría todos los espacios sociales y políticos. Y este proceso sólo hacía que extenderse como mancha de aceite.

El Sr. Presidente del Gobierno tenía hilo directo con los responsables de cualquier actividad en cualquier lugar de la piel de toro; tan contralado estaban las carreras de caballos como la remisión de las cartas, el curso de la energía eléctrica o la circulación de datos por nuestras redes. Todo era negociable y sólo cabía escoger el momento oportuno para informar de lo acordado y para salvaguardar los propios intereses. Sin embargo, algunos insistíamos en que la legitimidad moral es imprescindible; nada puede sustituirla.

En su momento indiqué que quien así procedía, nuestro Presidente de Gobierno, estaba creyendo construir una fortaleza que protegería su actividad y la de su gobierno. Ahora bien, vista esta situación desde la óptica de un ciudadano que "obra siempre según le dicta su razón y que mantiene el deseo de seguir investigando y primando el valor de verdad", que nunca obra según el espíritu de partido, lo que nuestro Presidente estaba construyendo era un castillo de naipes; bastaría la caída de un solo naipe, ubicado en la base, para que se viniera abajo el conjunto. Y esa caída siempre sería irreparable, pudiendo arrastrar consigo a un partido que es preciso dentro de nuestra organización social, el PSOE. 

Las cartas que estaban en la base de ese castillo de naipes han comenzado a ser retiradas por el sistema judicial que ha sido denostado día a día dependiendo no de lo que juzgue, sino de a quién juzgue. Zonas de ese "castillo" se están viniendo abajo. Ahora ya sólo se precisa que se organice el derribo de ese castillo de modo que el PSOE no quede más dañado de lo necesario. Ya sólo queda una solución y es confiar en la capacidad que las gentes tenemos de votar y decidir quiénes han de ser los responsables de nuestra organización social y política. Evitar el derrumbe del castillo de naipes es algo que va contra su misma naturaleza.

Para quienes creen en la democracia ya sólo queda confiar en la sociedad de ciudadanos libres e iguales que respetan las leyes de su país y que están dispuestos a primar "los intereses del todo"  para salvar los conflictos sociales.

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