VALNCIA. Quiero iniciar mi colaboración con este apreciado medio con mi respuesta personal a la pregunta que constantemente me formulan mis clientes y amigos. Suponen, tal vez inciertamente, que mis conocimientos de economía me permiten realizar una previsión certera del momento en que van a finalizar sus agobios.

Bien, pues ahí va: la crisis se acaba este verano.

Como Vds. pueden suponer, pienso abordar más detalladamente en artículos sucesivos los argumentos que me llevan a está afirmación.

Como todos sabemos, la crisis financiera internacional ha servido de multiplicador sobre la propia crisis de la economía española que se asentaba sobre un débil sector industrial y sobre una locomotora sobredimensionada como era el inmobiliario. Esto ha puesto en jaque al sector financiero que a su vez al congelar el crédito ha congelado a toda la economía, produciendo más de dos millones de nuevos parados de los cuales la mitad provienen del parón del ladrillo.

Pues bien, el final del 2009 y el principio de este año, nos están trayendo buenas noticias: se esta moviendo la inversión en bienes de equipo que anticipa mejor y mas producción, las exportaciones están disparadas apoyándose en una "milagrosa" recuperación de la productividad y el desempleo está desacelerándose hasta tal punto que es probable que deje de crecer a mitad de año.

Con está situación que ciudadanos y empresarios van a visualizar, sin duda va a cambiar la confianza de los mismos, factor fundamental para mejorar la demanda a través del consumo, incrementar la producción de nuestras empresas de bienes y servicios y los dieciocho millones de activos dejaran de ahorrar, como vienen haciendo, aportando su granito de arena a la recuperación aunque es verdad que el empleo se irá recuperando lentamente.

Así pues, yo me mantengo en mis trece, este verano es el punto de inflexión de la U que forma el grafico de nuestra crisis. En nuestra cabeza los afanes e ilusiones volverán a tomar cuerpo con los pequeños signos que indican que el verano del 2010 acaba con el peor invierno de nuestra historia reciente.

Ricard Torres Balaguer
Economista y Abogado