Han pasado tres meses de la terrible Dana que cambió nuestras vidas y sembró l’Horta Sud de muerte y destrucción. Tres meses muy duros de los que nos quedan recuerdos e imágenes de momentos dramáticos y una inmensa sensación de tristeza por la desaparición de gran parte de lo que configuraba nuestras vidas: además familiares y amistades, nuestras casas, nuestros negocios, nuestros espacios públicos, nuestros polideportivos, nuestras bibliotecas, nuestros museos y auditorios, nuestros centros educativos... La lista de daños es interminable y, en muchos momentos, ha minado nuestras fuerzas, en los ayuntamientos, y también las de la ciudadanía.
No obstante, tenemos en la experiencia de estos tres meses algunas herramientas que nos fortalecen y nos impulsan para salir adelante. Una de las más valiosas ha sido la respuesta del tejido asociativo organizado tanto en los momentos más difíciles, como en el presente y con acciones proyectadas en el futuro. Más allá del movimiento voluntario espontáneo que se produjo las primeras semanas y que fue clave en muchas tareas, las acciones más transformadoras y las que han perdurado son aquellas emprendidas por organizaciones ciudadanas con trayectoria en la comarca. Aunque también en este caso la lista es larga, me gustaría destacar tres ejemplos que han sido una referencia en l’Horta Sud.
El primer reconocimiento ha de ser para la Fundació Horta Sud, con más de 50 años de historia en la comarca, que puso a todo su personal desde el primer minuto a recaudar fondos para rescatar a las asociaciones arrasadas por la Dana, tanto en lo material como en lo personal. Este grupo ha logrado visibilizar la tragedia más allá de las fronteras del Estado español y ha liderado una cuestación millonaria, a través de la cual ha entregado ya un millón de euros a las asociaciones afectadas, mientras prepara la entrega en breve de otro medio millón en ayudas.
También de gran calado ha sido la acción que promovió el Col·lectiu Soterranya de Torrent, que lleva más de una década recuperando, reparando y entregando bicicletas a las personas más vulnerables para sus desplazamientos habituales, una tarea voluntaria por la que ha recibido numerosos premios, el más reciente hace unas semanas del Gobierno de España. En la Dana, Soterranya lanzó el proyecto “Bicis per a l’Horta Sud” por el que ha entregado en tres meses nada menos que casi 1.500 bicicletas a personas afectadas por la DANA.
Finalmente, quiero destacar también el magnífico trabajo que ha realizado Protección Civil de Torrent. Su voluntariado ha sido una pieza clave en el sistema logístico que montó la Mancomunitat de l’Horta Sud para tratar de ayudar a los ayuntamientos con los suministros que necesitaban. Sus vehículos han transportado desde comida hasta hidrolimpiadoras, pasando por material de limpieza, colchones, bicicletas, electrodomésticos y otras muchas tareas. Y actualmente siguen desarrollando esa tarea.
La conclusión es que mientras las administraciones públicas nos veíamos desbordadas y comprobábamos cómo el sistema no estaba preparado para actuar en una catástrofe de esta magnitud, el movimiento asociativo organizado se reconvirtió con rapidez en lo que hizo falta y estuvo a la altura y más. Estas entidades y otras merecen todo nuestro reconocimiento. Su contribución social es de excelencia.
José F. Cabanes es presidente de la Mancomunitat de l’Horta Sud
