Opinión

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PALABRAS LLANAS

Lo que algunos no quieren ver

Publicado: 05/12/2025 ·06:00
Actualizado: 05/12/2025 · 06:00
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En la Comunidad Valenciana, Vox ha demostrado una vez más, que la política útil existe cuando prima la responsabilidad sobre los cálculos partidistas. Cálculos partidistas erróneos o al menos basados en un deseo que no se cumplirá. El bipartidismo ha terminado, y cuanto antes lo entiendan desde Génova y algunos dirigentes del Partido Popular, mejor para todos.

Mientras en Valencia se ha actuado con sensatez, en otras comunidades y en la dirección nacional del PP, se ha optado por un camino distinto: el de atacar al único aliado que puede evitar que gobierne la izquierda, el de buscar excusas para evitar pactos, el de jugar a una supuesta “centralidad” que, en la práctica, solo beneficia a la izquierda. Es una estrategia que no solo desconcierta a una parte de su electorado, sino que además alimenta la narrativa del adversario político.

En la Comunidad Valenciana nadie puede negar que Vox ha actuado con responsabilidad. Hemos apoyado una candidatura necesaria para garantizar el cambio. Lo hicimos porque entendemos la urgencia de gobernar pensando en las familias, en la seguridad, en la libertad educativa y en la defensa de nuestra identidad. Y, a diferencia de otros, no nos hemos dejado llevar por presiones mediáticas ni cálculos de despacho.

Resulta incomprensible que, desde algunas direcciones autonómicas del PP, e incluso desde Génova, se ataque a Vox con argumentos que recuerdan demasiado a la izquierda. Se pretende ganar “respetabilidad” rompiendo puentes con quien será el dique de contención para evitar la vuelta del socialismo. Pero la realidad es que, mientras intentan contentar a medios y tertulias que jamás les respaldarán, generan incertidumbre entre una parte de sus votantes.

Vox no exige imposibles, no chantajea, no amenaza con bloqueos. Lo que pedimos es coherencia, claridad y compromisos cumplidos. Y lo que ofrecemos es estabilidad, acuerdos programáticos firmes y la garantía de que no vamos a ceder ante la presión ideológica de la izquierda.

¿De verdad el Partido Popular de Extremadura, Castilla y León o Baleares no está de acuerdo en dar la batalla contra el Pacto Verde Europeo que tan dañino es para el sector primario y para la industria española?

¿De verdad el Partido Popular de Extremadura, Castilla y León o Baleares no está de acuerdo en rechazar las políticas migratorias de Europa y de Sánchez que fomentan una inmigración ilegal, masiva y descontrolada?

¿De verdad el Partido Popular de Extremadura, Castilla y León o Baleares no está de acuerdo en defender la libertad educativa y eliminar el adoctrinamiento ideológico en las aulas?

¿De verdad el Partido Popular de Extremadura, Castilla y León o Baleares no está de acuerdo en rebajar la presión fiscal a las familias y en implementar un plan de vivienda para jóvenes con incentivos reales?

Eso es exactamente lo que Vox ha pedido al Partido Popular en la Comunidad Valenciana y a eso se ha comprometido el nuevo presidente.

Es posible que los distintos partidos populares hayan perdido todo resto de sensatez, pero ¿y Génova?, ¿no tiene nada que decir? Mucho me temo que es allí donde radica el problema.

Sea como sea, Vox seguirá actuando con responsabilidad allí donde los ciudadanos hayan decidido que somos parte del cambio. Y seguiremos señalando, sin complejos, que los ataques desde Génova no debilitan a Vox: debilitan a la alternativa.

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